La protagonista, Sandra, quiere demostrar que es capaz de encontrar a su pareja ideal con una aplicación para el móvil basándose en sus defectos, hasta ahí todo bien y con cierta originalidad. Hasta que empezamos a leer y vemos que roba los datos de todos los empleados de su empresa para conseguirlo. Encima pringa al pobre informático al que no para de llamar friki y menospreciar porque es diferente. Y para colmo se liga al jefe jefazo y no para de pensar en todos sus ex cada vez que está con él. ¿Hola? ¿Qué clase de mente retorcida es esa? Y hasta aquí la parte normal, luego saltamos a la parte del espionaje y el contra espionaje con un gay divino, una bibliotecaria en silla de ruedas, una chismosa envidiosa, una geek con acné y una suegra malvada y cruel igualita a la madrastra de Cenicienta. OMG. Creo que están todos los estereotipos y clichés que existen en menos de 500 páginas. |