Babilonia

Premio Renaudot, 2016, es una novela de la autora y famosa dramaturga francesa.
Elizabeth, que se encuentra en la sesentena, tiene sesenta y dos años, es la narradora y protagonista, lleva una existencia monótona y rutinaria, tanto en su trabajo como ingeniera de patentes en el Instituto Pasteur, así como en su vida familiar, su madre ha muerto, su hijo se ha independizado y, a pesar de su serena relación con su marido, Pierre, se encuentra melancólica y triste.
Decide organizar una fiesta de bienvenida a la primavera, en su casa, para festejar el final del duro invierno parisino y con el fin de encontrar un poco de aliciente, a la que asistirán dieciocho personas, entre los que se encuentran algunos de sus amigos, su hermana y su vecino Jean-Lino con su esposa Lydie, el matrimonio Manoscrivi.
Esta fiesta será el detonante de un hecho inesperado que cambiará su existencia. Su vecino del quinto, Jean-Lino confesará algo que marcará la madrugada.
Nos ofrece un intenso melodrama, también una tragicomedia con toques de novela policíaca y humor negro. Un retrato de las convenciones y banalidades de la vida diaria, también de la angustia y la soledad y el paso inexorable del tiempo.

Cobra vida en la novela el libro del fotógrafo Robert Frank, “Los americanos”, retrato de los Estados Unidos de los años 50, que la llevan a largas reflexiones, como las siguientes:“Es triste, cada foto es un himno a la soledad, es gente sola ante el futuro…” “¿Qué importa lo que somos, lo que pensamos, lo que será de nosotros? Estamos en algún lugar del paisaje hasta el día en que dejamos de estar en él.”

El título procede de un pasaje de la novela, en el que Jean-Lino admite que nunca entendió por qué su padre solía recitar un célebre salmo bíblico —"sentados junto a los ríos de Babilonia, llorábamos al acordarnos de Sión"—
Una novela que mantiene el interés durante todo el libro, poco convencional a pesar de los temas tratados, explorar los abismos del alma, la soledad, la añoranza y el vacío de los seres humanos.

Representación de lo cotidiano y observación de las debilidades humanas pero ahondando en reflexiones más profundas.
Es una buena novela.

Surrealista, esta novela no sabes por dónde va a salir en ningún momento. Los personajes reaccionarán a situaciones cotidianas de manera estrafalaria, por lo que la diversión está servida en este libro.

La narración en primera persona puede resultar algo caótica en un primer momento, pero luego va cogiendo forma y te vas acostumbrando a una lectura que salta en tiempo, espacio y personajes. Es una estructura más compleja de lo que luego parece, pero hasta que no llegas a la mitad no te das cuenta. La infancia de Elisabeth y de su vecino se mezclarán con el presente asesinato, amén de un tropel de personajes que opinan de todo lo que se les ponga por delante.

Lo que más me ha gustado y quiero resaltar es la gran capacidad de la autora para presentar y describir a cada personaje. Ella va dando pinceladas de la vida y personalidad de cada uno, y te vas haciendo de manera gradual una idea de cómo son por dentro y por fuera. Todos tienen rasgos diferentes que los distinguen unos de otros, lo que hace aún más real la historia.

Este enredo no parece tener fin, y a cada minuto que pasa en aquella fatídica noche parece imposible de resolver. Me ha parecido una novela intrigante y me ha enganchado mucho su lectura, por lo que creo que es altamente recomendable.

Una pequeña decepción. No he conectado con el estilo, ni con la narración, ni con los personajes. ¿Quizá falla la traducción? Podría ser, pero lo cierto es que me ha parecido una historia floja e incluso blanqueadora de un feminicidio, lo cual ya, fue la gota que colmó el vaso.

Babilonia es una novela que resiste las clasificaciones, pero si hay que colocar un epíteto yo elegiría “visual”. Babilonia es una novela visual. Y creo que así lo preanuncia el epígrafe de Garry Winogrand (“El mundo no está bien organizado, es un desbarajuste. No intento ponerlo en orden”) y lo confirma la apertura del libro con la prolija descripción de una fotografía de “Los americanos” de Robert Frank y la afición de la narradora por la fotografía.
Babilonia nos “muestra” con interés casi antropológico pero con intensa ternura y total indulgencia una galería de personajes que se debaten entre el absurdo y la vulgaridad de su vida cotidiana y la nostalgia y la soledad de una vida que se les escapa.
La historia se centra en la relación entre Elisabeth Jauze y uno de sus vecinos (Jean-Lino), quien después de asistir con su mujer (Lydie) a una fiesta en casa de la narradora, acaba estrangulando a su esposa durante una grotesca discusión.
Babilonia es como un álbum de instantáneas, como las que tomaba Winogrand en la calle, capta y describe momentos de sus personajes, los encuadra, pero no busca explicarlos y menos juzgarlos.