El plano oblicuo

🌸Voy a ser terriblemente sincera: no soy mucho de cuentos. Aunque me encantan los de los hermanos Grimm y los de Hans Christian Andersen y los de Charles Perrault y, hasta, los de Chejov.  Hecho que le resta credibilidad a mi primera afirmación. Y mucho, para que vamos a negarlo.

🌸Así que, mientras me replanteo si realmente soy de cuentos o no, déjame que te explique uno, muy corto, cortísimo...

🌸Había una vez, en un país muy lejano, una mujer que no sabía si le gustaban los cuentos. Ella afirmaba que estos le eran indiferentes, pero, en su arcón, guardaba maravillosas ediciones de su niñez. En su afán por crecer, se había olvidado de ese fabuloso tesoro y pasaba los días cantando, bailando y soñando con su príncipe azul. Sus hermanastras, cansadas de su constante alegría, empezaron a decirle que era un atraso esperar la llegada de un príncipe azul, que lo único que podía salvarla de ella misma era la realidad.  Sin embargo, ella seguía esperando el sapo que la llevaría lejos de esas paredes y le haría vivir una vida de ensueño. Así que sus hermanastras idearon un segundo plan: irían a su habitación y tirarían todo lo que encontraran que fuera perjudicial para las creencias de su hermana. Abrieron el arcón, empezaron a sacar esas ediciones y, sin darse cuenta, al abrirlos, las horas pasaron sin que ellas fueran conscientes del paso del tiempo. Y cuando la hermana entró en su habitación y las vio sentadas cerca de la chimenea, devorando sus libros, pensó en tirarlos al fuego. Pero sus hermanastras los defendieron con tanto ímpetu y le explicaron tantas historias maravillosas que habían leído, que esos cuentos empezaron a obrar su magia hasta descubrirle que, en el fondo, no necesitaba de ningún príncipe azul y que amaba tanto los cuentos que empezó a escribirlos ella misma.

🌸Te preguntarás que tiene esto que ver con el libro en cuestión: nada y todo, porque gracias a este libro he descubierto que las pequeñas historias siguen enamorándome.

En primer lugar agradecer a Baelio, Masa Crítica y Editorial Drácena el envío de este ejemplar.

Para ser completamente sincera debo decir que el libro no me ha gustado. Reconozco el talento del escritor y los relatos en su mayoría me han resultado interantes, sus temas y desarrollos son buenos pero, lamentablemente, no es mi estilo.

El vocabulario usado por Alfonso Reyes se me ha hecho pesado y anacrónico, quizá porque los relatos tienen más de 100 años... y aunque en un principio me gustó el lirismo de la prosa que casi podríamos llamar prosa poética, todo un libro con este estilo tan "rebuscado" ha terminado por agotarme.

Podría echarle la culpa a mi estado mental actual, al paso del tiempo, a que no me gusta demasiado la poesía, a la cantidad ingente de referencias históricas, culturales, etc. en definitiva: podría echarme la culpa a mí misma porque he visto opiniones realmente positivas referentes a este libro, pero lo cierto es que de no haber tenido el compromiso adquirido con los arriba mencionados no habría terminado de leerlo.

Mis opiniones siempre son sinceras, y en este caso no podía ser de otra manera.

En primer lugar quiero dar las gracias a Babelio y su masa crítica por enviarme el libro y descubrirme a este autor.

Un libro corto de poco más de cien páginas pero muy concentradas. Está compuesto de once relatos escritos con mucha calidad y muy diferentes entre sí. Algunos contienen poesías, otros parecen pequeños ensayos, pero la característica principal es su buena redacción y lo elaborados que están. Un autor que no conocía y al que admiraba el mismísimo Borges. Un autor mexicano que, aunque vivió en España y trabajó con Menéndez Pídal, creo que es un gran desconocido en España. de los relatos de este libro me quedo con “La primera confesión” y “Diálogo de Aquiles y Elena”.