La raíz cuadrada del verano

A grandes rasgos, la trama consiste en la historia de Gottie, que está en un momento muy confuso de su vida, porque no se lleva con la que era su mejor amiga; está todavía dolida porque su ex la dejara, el que, encima, es el mejor amigo de su hermano; no ha superado la muerte de su abuelo y, dentro de poco, habrá de hacer frente a la vuelta de una persona a la que le tenía mucho cariño. Todo ello hará que su vida colisione, se ponga patas arriba y viaje sin remedio a través de agujeros de gusano, viviendo diferentes realidades.
Sinceramente, creo que en esta reseña poco positivo voy a decir. Por supuesto que el punto de partida es original, en lo referente a los agujeros gusano. Pero ha sido un verdadero suplicio justamente este tema. Y es que, aunque contamos con algunas explicaciones de física muy interesantes, de fenómenos y conceptos que no conocía y de los que he aprendido, otras explicaciones eran muy técnicas y utilizaban un lenguaje no apto para mí. Yo no tengo ni idea de física, así que ese tipo de cosas me las tienen que explicar como para niños, porque si no no me entero. Así que hubo partes de la lectura que no entendí nada, lo siento, no tengo formación en este tema. Si a eso le sumamos que los fastidiados agujeros de gusano me sacaban de la historia cada dos por tres... Buf. Se me ha hecho eterna la lectura. Y es que justo cuando había una escena interesante, que captaba toda mi atención y estaba interesada en qué iban a decir los personajes, o qué iba a suceder, Gottie se incrustaba en un agujero gusano, llegando a otra realidad y dejando a medias la escena. O simplemente no se acordaba de lo que había ocurrido en dicha escena. Eso me mataba, de verdad, hizo que la lectura no me enganchara nada y se me hiciera muy cuesta arriba. Tantos saltos temporales sin sentido me volvieron loca, era muy frustrante no enterarme de nada, llegó un momento en el que no sabía qué había pasado, qué no, qué había sido la imaginación, qué había sucedido antes y después del agujero de gusano... En fin, un caos.
Con respecto a los personajes, diré que me parecieron un poco planos. Están ahí para cumplir su función. Destaco al hermano de Gottie, Ned, que da un tono más divertido a la novela y le dice a Gottie algunas cosas que debe escuchar, a Jason, que no me ha caído muy bien que digamos, y a Thomas, un amigo de la infancia de Gottie, el cual es muy buen chico y se le nota que tiene cuentas pendientes con la protagonista. A Gottie es a la que mejor conocemos, por ser la protagonista, y justamente es el personaje que menos me ha gustado. Entiendo su dolor, su pena y todos los sentimientos que tiene acumulados, pero me parece una persona muy egoísta y que tiende a victimizarse. Vamos, que solo tiene en cuenta cómo está ella, lo que le hacen a ella, que se siente fuera de todo, etc. Y no piensa en lo mal que se ha comportado ella con los demás, a quiénes ha dejado fuera de su vida voluntariamente y les ha dado de lado, a las contestaciones que da... No, definitivamente, no me ha gustado nada. Y ya sabéis que si la protagonista no gusta, el libro tiene que ser muy bueno en otros aspectos para conquistarnos, y en este caso, en mi opinión, no lo ha sido.
Lo que sí que me parece que está muy bien llevado es el luto. Cómo cada persona lo afronta de una manera diferente, y lo difícil que es hacernos a la idea, más aún cuando convivíamos con esa persona. Los recuerdos que nos llueven, dejándonos un agujero en el pecho. La reticencia a tocar algo de lo que perteneciera a la persona, a cambiar sus cosas, guardarlas. A visitar lugares que están impregnados de su presencia. Todo eso es muy duro, y creo que la autora lo refleja muy bien, y con esto sí que me he sentido muy identificada, son partes del libro que me han tocado de cerca.
Como veis, no he encontrado lo que esperaba, ya que buscaba una lectura fresquita, de verano, que enganchan y hacen sonreír, y esta a mí me puso cara de haber chupado un limón. No digo que sea un libro malo, pero no ha sido un libro para mí.
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