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"Cadenas invisibles" editorial Dilatando Mentes, portada de Raúl Ruiz con hermoso prólogo de Santiago G. Soláns. Por fin una novela escrita a la vieja usanza de la mejor tradición gótica. Con "Cadenas Invisibles" nos enfrentamos a una historia que más allá de terror y truculencias( que si las hay y muchas) nos habla de todo el dolor y la miseria que se aloja en el corazón humano. Es una novela extremadamente vívida y muy bien urdida en la que pululan seres sobrenaturales de todo tipo, desde vampiros y hombres lobo, hasta un combo de criaturas imposibles que viajan en una de esas ferias de atracciones itinerantes. Nuestra protagonista es una niña mulata, producto del amor ilícito de un patrón de estancia y comerciante de esclavos con una de sus esclavas preferidas. Jacqueline no es sólo una mulata común y corriente, en su sangre y en sus entrañas lleva la ancestral magia de su tierra perdida en la noche de los tiempos, lleva el Vodoo... y con esa carga heredada espera protegerse y salir librada de todo el mal que la rodea. Jacqueline usando la primera persona nos narrara que el mal es una enfermedad que anida en el corazón de todos los hombres, propios y extraños. La ruindad, la mezquindad, la crueldad y la envidia son comunes a todos los hombres y por supuesto a las entidades monstruosas que pululan por los pantanosos e infestados deltas de Luisiana. Pero ante todo esta novela nos habla de la naturaleza del hombre y de como es capaz de los actos más infames, allí reside el verdadero horror y el punto álgido de la historia, que funciona como un mosaico de referencias a la nefasta época de la esclavitud. Cuando se debe combatir el mal, se llama a la magia más oscura. El vudú y el ritual se combinan con las emociones intensas para impulsar la historia en un torbellino de pasión destructiva. Michelle Lane ha demostrado ser una autora ejemplar tratando temas delicados con audacia, verdad y respeto inquebrantables. Porque aunque estamos por lo tanto ante un horror que involucra la opresión racial junto a monstruos, el lector se cuestionara quienes son los verdaderos monstruos en este libro. Los personajes están fragmentados y son multifacéticos, secundarios que dan mucha vida a la trama. Los detalles de la ciudad, la música y la vida, todo está capturado para que cualquiera lo disfrute. A pesar de ese elemento animado, aquí se presencian algunos eventos muy reales y terribles. Michelle nos arrastrara a la misteriosa magia vudú y la atrocidad de la esclavitud del siglo XIX. La narración bien podría dividirse en tres partes. La primera parte de la novela es la que nos pone en situación y es brutal en su forma de presentar la vida de un esclavo en los tiempos pretéritos a la Guerra de Secesión. La autora no rehúye al retratar la brutalidad de la esclavitud, o el conflicto que sufre una niña de dos mundos. Todo el miedo, la incertidumbre y el tortuoso devenir diario están detallados de manera realmente angustiosa. El marco histórico está muy bien logrado, impregna a toda la narración que se pega a las neuronas del lector y provoca sinapsis que son como electroshocks literarios. Será cuando nuestra protagonista vivía en aquella hacienda con su madre, conociendo la atrocidad no sólo de la esclavitud, también de otros hombres de color que en vez de darle consuelo todavía le producen más dolor. Leer esas páginas es encogerse el corazón, la tortura de Harriet remueve hasta el alma, hay trozos difíciles de leer. Aquí aprenderá el arte de las hierbas y vera en sus pesadillas a un hombre de tez pálida. El resto de la novela es el que ahonda en las tramas y subtramas de carácter fantástico y están conseguidas en un nivel muy óptimo en su verosimilitud y en su extrañeza, haciendo presencia aquello que no debería de existir con consecuencias aterradoras. Finalmente la búsqueda de su libertad. Cada comienzo de capitulo se acompaña del dibujo en blanco y negro de una rama de la plantación de algodón, cerrando con unos murciélagos. Aunque hay romance este no se siente romántico, siempre hay un fondo de miedo, el saber que todo tiene un precio. Y es que el titulo ya dice mucho de esta magnifica novela, hay cadenas invisibles, esas que nos ponemos nosotros mismos, siendo al final tan peligrosas llegando atar más que las reales. Sangre, muerte, asesinatos, huidas y mucha magia intentando quitar el dolor de las palabras escritas. Un lugar repleto de pantanos, caimanes y calor, pero también de un poder salvaje e indómito. Dueños de esclavos terribles, la tensión de dos culturas, una a expensas de la otra. Esta es una novela que todos deberían leer. Es un mensaje vital para nuestra sociedad actual. Como dijo Carl Jung: "Uno no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad". Michelle Renee Lane ha arrojado luz sobre la oscuridad, exponiéndola y dándole voz. Todo el conjunto está guiado por una columna vertebral argumental sumamente agridulce. No puede y de hecho no hay un final que se pueda llamar como feliz.... aunque muchos considerarán que las cuentas están saldadas... pero eso queda a criterio de cada lector y de cada punto de vista. En ese sentido es una novela muy personal que deja sensaciones muy potentes una vez acabada su lectura.. Magnifica historia, no me extraña que quedara finalista en los premios Bram Stoker en la categoría de mejor primera novela. Destacar como ya es habitual en la editorial sus extras al final del libro. En esta ocasión una breve información sobre la esclavitud y algunos títulos de libros que tocan el tema. Ya estáis tardando en haceros con un ejemplar. Vais a leer, sufrir y disfrutar. |
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