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ISBN : B089MDY7PB
320 páginas
Editorial: La Caja Books (03/06/2020)

Calificación promedio : 4.5/5 (sobre 4 calificaciones)
Resumen:
Barro más dulce que la miel es la historia de un país torturado por el terror de Enver Hxha, el dictador que erró al pensar que podría convertirse en una potencia autosuficiente tras cortar el vínculo que le unía a Yugoslavia, la Unión Soviética y China.
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Críticas, Reseñas y Opiniones (4) Añadir una crítica
Queridobartleby
 04 February 2022
La escritora y reportera polaca, Małgorzata Rejmer, siguiendo la estela del también polaco universal, Kapuściński; se adentra en Albania para recabar testimonios directos o indirectos de personas afectadas por el período dictatorial comunista de Enver Hoxha, concretamente el comprendido entre 1944 y 1985, año de su muerte.

Margo, en unas cifras que son demoledoras, deja clara la devastación que supuso el Régimen de Hoxha durante su prolongado mandato de terror:

«En julio de 1991 se amnistió a todos los presos políticos y los crímenes del régimen adquirieron forma de estadísticas.

Durante cuarenta y siete años las autoridades comunistas mantuvieron encerrados a 34.135 presos políticos.

En un país de menos de dos millones de ciudadanos se asesinó por orden del Partido a 6.027 personas.

984 murieron en las cárceles, 308 perdieron la razón a consecuencia de la tortura.

59.000 fueron a parar a campos de internamiento y más de 7.000 murieron en campos de trabajo forzado o en el destierro.

La Sigurimi, los servicios de seguridad albaneses, envolvió miles de viviendas con una red de escuchas y reclutó como colaboradores a más de doscientas mil personas. Los albaneses siguen convencidos hasta hoy de que uno de cada cuatro ciudadanos era un delator. Y cuando pregunto cómo es posible, contestan: «El régimen lo podía todo, nos aterrorizaba con el arma del miedo. No había forma de huir de él».»

El sistema de trabajo empleado en la elaboración del libro, con la cuidada preparación de campo y conducción de los interlocutores, remite a la escritora bielorrusa, Svetlana Alexiévich; a la que por cierto, Margo considera como una de sus principales referencias.

Margo conversa en primer lugar, con el escritor Bashkim Shehu. Es hijo de Mehmet Shehu, quien fuera mano derecha de Hoxha y llamado a sucederle en el cargo. La familia vivía por aquel entonces en un entorno privilegiado, pero lo que sucedió en determinado momento, refleja las penalidades que sufrieron tantas familias por aquellos años.

El dictador recela de su segundo y lo acusa de traición por un supuesto espionaje. Mehmet se suicida siendo testigo directo, la Sigurimi.

Margo revela la sucesión de desdichas que tuvo que vivir la familia de Mehmet a partir de ese momento:

«La mujer de Mehmet, Fiqirete Shehu, amiga de muchos años de los Hoxha, va a parar al calabozo y tras varios días de tortura acaba declarando que existe una banda que conspira contra el dictador. Morirá en el destierro siete años después.

El hijo mayor de Shehu, Vladimir, es confinado en un campo de internamiento, donde se suicida al cabo de medio año.

Al hijo mediano, Skënder, aquel que se enamoró de una de las malas, le caen diez años de cárcel.

El hijo menor, Bashkim, es confinado en un campo de internamiento y, dos años más tarde, condenado a ocho años.»

Bashkim cuenta, como su hermano mayor le pasaba en la clandestinidad libros de Kafka, Sartre, Joyce o Camus; prohibidos por el Régimen. Revela también la «realidad kafkiana» que se estaba viviendo en Albania:

«–Vivíamos igual que en El proceso –dice Shehu–. Te sacaban de casa para interrogarte y te preguntaban: «¿Qué tienes que decir?». No habías hecho nada malo, pero la autoridad tenía otra opinión al respecto, y, con su particular convencimiento, imponía el castigo a sospechosos e inocentes. Bastaba con que en la reunión de un comité dijeras algo que inquietase a alguien. Tú tal vez no eras consciente todavía, pero ellos ya sabían que albergabas dudas.»

La autora sigue recogiendo testimonios. En este caso, Yzeir Ceka relata a Margo como su familia vivía en Tirana, pero a raíz de una simple observación de su padre sobre la colectivización, sufriría el destierro al pueblo de Sinanaj, naciendo de esta manera él allí:

«Vine al mundo en el pueblo de Sinanaj. Mi padre dijo adiós a Tirana cuando se atrevió a comentar que la colectivización destruiría la ya de por sí frágil agricultura albanesa. La autoridad le agradeció que expresara su opinión desterrándolo al campo junto con su mujer para que pudiera disfrutar de la naturaleza y comprobar si realmente allí se vivía tan mal.»

Yzeir Ceka a Margo Rejmer «Barro Más Dulce que la Miel. Voces de la Albania Comunista» (La Caja Books 2020)
Las familias que se atrevían a criticar al Gobierno tenían que soportar el menosprecio vecinal. En el Colegio, Yzeir sufrió la animadversión de los maestros y la burla de los compañeros:

««Chico malo», me espetó un maestro el primer día de colegio. Me agarró de la mano y me llevó al centro del aula. Me encogí, ellos no me quitaban ojo. Yo solo frente a cien pares de párpados entornados.

–¡Mirad! –exclamó el maestro–. Es un chico malo. Más os vale mantenerlo a raya.

Me expuso, indefenso, a que me devoraran las pequeñas hienas y les dio la señal: «Atrapadlo. Hagáis lo que hagáis, contáis con mi bendición».

Los niños olieron la sangre y se lanzaron sobre mí muchas veces, aprovechándose de mi indefensión. Los maestros se aseguraban de que el chico malo fuera siempre el peor.»

En la misma conversación explica la emotiva relación que mantuvo con el nuevo director del Colegio, Thoma Deliana, ex ministro de Educación y Cultura y represaliado por el Régimen, ¡Cómo no!:

«Nuestro nuevo director, Thoma Deliana, había sido hasta hacía pocos meses ministro de Cultura y Educación, y además el más longevo de la historia: trece años. Se decía que era el responsable de la reforma de la lengua albanesa y que era él quien había fundado la Academia de Ciencias de Albania. No nos cabía en la cabeza que un hombre tan culto, que había estudiado filosofía en Moscú, fuera a parar a nuestro pueblo, donde las gallinas ladraban con el culo, porque por no haber, no había ni perros.»

Sigue contando Yzeir la desgracia que cayó a tantos ciudadanos albanos, por aquellos tiempos, incluido Deliana, que había formado parte del mismo Gobierno:

«Deliana fue arrojado del pedestal acusado de liberalismo u oportunismo, o de cualquier otra cosa, pura y simplemente, en 1976 cayó en desgracia: era una época de recrudecimiento de la paranoia de Hoxha y de recrudecimiento de las purgas.»

Deliana incentivó en Yzeir un pensamiento independiente y el acercamiento a la lectura, que le posibilitó la apertura a otros mundos posibles a la Albania cerrada del momento:

«–La imaginación tiene que trabajar –repetía una y otra vez–. Aquí en Albania ni siquiera sabes con qué se puede soñar porque no has visto otra cosa. Mientras que un libro te traslada en el tiempo y el espacio como una alfombra voladora: estás sentado bajo un caqui, las vacas deambulan a tu alrededor, sabes que nunca saldrás de aquí, pero con los pensamientos puedes estar en cualquier parte. Es como si no pararas de abrir nuevas ventanas y contemplaras lugares nuevos y rostros desconocidos.

Thoma me enseñó un nuevo mundo, otra manera de pensar. Lo que más me gustaba era cuando me contaba cómo se vivía en Europa»

Al cabo de un año como director del colegio, Deliana tuvo que seguir sufriendo los caprichos del dictador y sus adláteres. Lo tuvieron empleado como pastor y posteriormente como operario. Su mujer tuvo que renegar de él para poder regresar con sus hijos a Tirana.

Es conmovedor el relato de Yzeir en torno al reencuentro con Thoma Deliana en 1992:

«Cuando volvimos a vernos en 1992, caído ya el comunismo, Thoma me abrazó como a un hijo y sus ojos se llenaron de lágrimas.

–¡Te prohíbo que nunca más creas en el totalitarismo! Durante tantos años creímos en el sistema del caníbal…

Éramos libres. Él, un enemigo del pueblo, y yo, un chico malo.»

El Régimen tampoco tenía miramientos con las mujeres. Margo recaba el testimonio de Mari Kitty Harapi:

«Me llamo Mari Kitty Harapi, lo que en la época comunista significaba: hija de Simon Harapi, enemigo del pueblo; sobrina de un miembro del Balli Kombëtar, traidor a la nación; sobrina de un ministro de la época de la ocupación fascista y sobrina de un embajador albanés en la Francia imperialista. Toda mi familia fue educada en el extranjero: en Padua, en Venecia, en Florencia; en una palabra, la peor y más abyecta de las burguesías. A los ojos de los comunistas no se podía caer más bajo.»

Un hermano de su padre lo denunció por alguna apreciación sobre el Gobierno. Fue condenado a cinco años, siendo más duro el castigo a sus tíos. Lo relata Harapi amargamente de esta manera:

«A mi padre lo condenaron a cinco años de cárcel porque lo delató su hermano: un hermano acusó públicamente a otro hermano de criticar al poder. Los tíos, el ministro y el embajador debían ser fusilados, pero el sistema mostró hasta qué punto era magnánimo y los condenó apenas a cien años de cárcel…, cien años… Uno permaneció entre rejas veintisiete, el otro, diecisiete, hasta que finalmente los soltaron tan solo para que pudieran morir en sus propias camas. Sus cuerpos estaban desahuciados; sus ojos, vacíos; sus mentes, destrozadas, como si ya hubieran cruzado al otro lado. Se habían llevado de su casa a dos personas y soltaron sendas sombras.»

Como decía anteriormente, las mujeres no evitaban los duros trabajos si había «alguna marca» en la familia. Mari Kitty, que era una alumna destacada para poder continuar con sus estudios universitarios, fue obligada a trabajar, en cambio, en faenas agotadoras:

«Con semejante historia familiar, solo podía convertirme en una obrera del montón, ni siquiera en una destinada a una fábrica, habría sido un privilegio demasiado grande. Me desterraron a una cooperativa agraria, a un duro trabajo físico: a cargar fardos, a cultivar la tierra, a la espalda encorvada. Saqué muy buenas notas durante la secundaria, pero la universidad estaba reservada a los buenos comunistas y no a los buenos alumnos con mala biografía.»

Conversa con Margo, Ridvan Dibra, escritor y profesor universitario. Su padre trabajaba de obrero y los estudios se los debía a él. Es surrealista como el Régimen exigía determinadas temáticas en los poemas. Cuenta Ridvan:

«En aquella época llevé a la comisión de censura casi un centenar de poemas y esperé el veredicto: ¿sería correcta mi poesía o no?

–¿Por qué no ha escrito usted nada sobre tractores? –se mostró preocupado el censor–. al fin y al cabo el tractor es un símbolo del desarrollo agrícola. ¿Por qué su poesía ignora tan ostensiblemente los tractores? Me perdonará usted, pero no concibo este libro sin un poema al tractor…

Compuse el poema conveniente. El censor le echó un vistazo y después sonrió.

–¿Sabe una cosa…? ¡Por poco pasamos por alto lo más importante! ¡Se ha olvidado usted de un poema a la gloria del Partido.»

Ridvan Divra a Margo Rejmer «Barro Más Dulce que la Miel. Voces de la Albania Comunista» (La Caja Books 2020)
Sigue explicando Ridvan como en 1981 reunido con un grupo de amigos se le ocurrió destacar los poemas del poeta Gjergj Fishta, monje franciscano prohibido por el Régimen. Por lo visto, como solía ocurrir a menudo, incluso los amigos, como en este caso, podían delatarte.

El castigo fue desterrarlo a una aldea pequeña y lejana, prácticamente inaccesible. El director del colegio le asignó como castigo, la ordenación de la biblioteca de la escuela. Curiosamente, la tarea, supuso una bendición para Divra al hallarse con el tesoro de libros de autores, incluso prohibidos, sin tener conocimiento las autoridades locales:

«Aquello me salvó: aquella extraordinaria biblioteca. La persona que se había ocupado de ella antes había reunido una colección maravillosa: obras completas de Shakespeare, obras completas de Balzac, todos los clásicos griegos. El conocimiento debía llegar a los rincones más atrasados de Albania, pero el aislamiento de Aldeíta trajo otra sorpresa: en las estanterías fui encontrando libros prohibidos que en Shkodër llevaban tiempo retirados de la circulación: obras de Petro Marko, Dritëro Agolli, Ismail Kadaré. A todas luces las órdenes del Partido no habían llegado hasta la periferia. Aquella biblioteca me salvó. Me encontraba en una isla desierta, podía volver a construirme.»

Ridvan en este lúcido fragmento resume el narcisismo del máximo mandatario y su particular idea del comunismo, basándose en el miedo y la coacción:

«Enver se elevaba por encima de nosotros y lo decidía todo. Sabía muy bien lo que hacía y deformó conscientemente el comunismo para crear un sistema propio. Se amaba a sí mismo al tiempo que amaba a Albania como un paranoico y la consideraba su propiedad. El régimen exigía pasividad y uniformidad, y, como era implacable, no encontró resistencia alguna. Los expedientes de la Sigurimi continúan bajo llave, lo que puede ser una prueba de que buena parte de la actual élite albanesa se ha vendido al poder. A mí también me presionaron durante años para que fuera su informador. Lo peor del régimen fue eso: lo fácil que le resultaba corromper a las personas y conseguir que traicionaran la confianza de su mejor amigo.»

Hay muchos testimonios más y algunos de extrema dureza, jóvenes tiroteados en la frontera y arrastrados los cuerpos por camiones por las poblaciones, fusilamientos, torturas inhumanas… ¡Estremecedor!, sin duda.

Para tratar de dar una visión lo más objetiva posible sobre aquellos años, Margo contacta con algunos partidarios del período de Hoxha. Pero evidentemente, a la pregunta de si hubo persecuciones y represiones, los entrevistados callan al respecto.

Pudiera parecer que la labor de Margo en un segundo plano, tenga poca relevancia en el libro, pero nada más alejado de la realidad. Por un lado, la autora introduce cada capítulo convenientemente, preparándonos para los relatos verídicos de sus entrevistados. Por otro, en la sombra es capaz de orientar a cada persona para que muestre su propia y personal voz, a pesar de lo doloroso de las revelaciones que desvelan. Es preciso destacar también, las certeras reflexiones de la autora vertidas a lo largo de la obra. Por último y no menos importante, la labor de rescate de Margo Rejmer de las voces dolientes de una Albania que desconocíamos y en cuyo período represor, llegó a ser más estalinista que la propia Rusia y más maoísta que China, debido a las ínfulas narcisistas y posesivas de su máximo mandatario, Enver Hoxha.

En algunas entrevistas concedidas, Margo Rejmer, tampoco es muy optimista con la situación de Albania en la actualidad. Existe un alto grado de corrupción debido a que las mafias y los narcos están introducidos en las instituciones. Sigue existiendo emigración en alto grado, que por la inestable situación del país, no regresa nuevamente. Preocupante, no cabe duda.
Enlace: https://queridobartleby.es/m..
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SilviaG
 12 February 2024
Segundo libro que leo de la periodista polaca Margo Rejmen. Y mientras que el primero estaba ubicado en Rumanía, en este segundo nos da a conocer los testimonios de numerosos ciudadanos albanos, sus vivencias y sufrimientos durante la dictadura comunista de Enver Hoxha.

Durante años, el pais se mantuvo completamente aislado y bajo el yugo de un régimen inhumano, que utilizaba a sus propios habitantes como espías de sus familiares, amigos y vecinos. Todo el mundo era susceptible de ser un enemigo del pueblo, y cualquier mínima opinión o acción podía ser castigada despiadadamente. Además, la pena se extendía a toda la familia del condenado, que era trasladada a un área confinada, y pasaba a ser humillada y despreciada por el resto de la población.

Y todo esto pasaba en el centro mismo de Europa, sin que el resto de los países vecinos tuvieran ni idea de lo que ocurría dentro. Hasta el punto de que algunos de ellos devolvían a Albania a los que lograban escapar de régimen.

Este libro me ha dado a conocer una historia que desconocía totalmente. Los testimonios me han parecido desgarradores y totalmente descorazonadores. Es increíble que algo tan horrendo y claustrofobico haya ocurrido tan cerca de nosotros, y haya pasado tan desapercibido para nosotros.
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SrtaLeolibre
 30 August 2020
Al igual que el anterior libro de la autora. Son un conjunto de historias que impactan.
Es un libro para leer poco a poco, porque encoge el corazón de cualquiera. Testimonios llenos de sufrimiento y que ponen la piel de gallina.
Me ha encantado y sorprendido a partes iguales porque no conocía esa parte de ma historia de Albania.
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joelcpellicer
 04 July 2023
Lectura imprescindible para comprender la historia más reciente del pueblo albanés. Narrado de una forma excelente, el libro emociona a la vez que te atrapa por su lenguaje directo, cercano y conmovedor. al estilo de Voces de Chernobyl, una historia que todo el mundo debería conocer. 10/10
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Citas y frases (11) Ver más Añadir cita
QueridobartlebyQueridobartleby04 February 2022
Me llamo Mari Kitty Harapi, lo que en la época comunista significaba: hija de Simon Harapi, enemigo del pueblo; sobrina de un miembro del Balli Kombëtar, traidor a la nación; sobrina de un ministro de la época de la ocupación fascista y sobrina de un embajador albanés en la Francia imperialista. Toda mi familia fue educada en el extranjero: en Padua, en Venecia, en Florencia; en una palabra, la peor y más abyecta de las burguesías. A los ojos de los comunistas no se podía caer más bajo.
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SrtaLeolibreSrtaLeolibre21 August 2020
Nunca comprenderás lo que fue el comunismo albanés. En las remotas periferias de Europa se creó una Corea del Norte, un país búnker, un país fortaleza. A veces se oye decir que nuestro comunismo fue un pequeño holocausto. Al igual que no se puede contar el Holocausto, tampoco se puede contar la vida en un país que fue una cárcel. Podrás exponer hechos y contar historias, pero jamás palparás nuestro sufrimiento.
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QueridobartlebyQueridobartleby03 February 2022
–La imaginación tiene que trabajar –repetía una y otra vez–. Aquí en Albania ni siquiera sabes con qué se puede soñar porque no has visto otra cosa. Mientras que un libro te traslada en el tiempo y el espacio como una alfombra voladora: estás sentado bajo un caqui, las vacas deambulan a tu alrededor, sabes que nunca saldrás de aquí, pero con los pensamientos puedes estar en cualquier parte. Es como si no pararas de abrir nuevas ventanas y contemplaras lugares nuevos y rostros desconocidos.
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QueridobartlebyQueridobartleby01 February 2022
–Vivíamos igual que en El proceso –dice Shehu–. Te sacaban de casa para interrogarte y te preguntaban: «¿Qué tienes que decir?». No habías hecho nada malo, pero la autoridad tenía otra opinión al respecto, y, con su particular convencimiento, imponía el castigo a sospechosos e inocentes. Bastaba con que en la reunión de un comité dijeras algo que inquietase a alguien. Tú tal vez no eras consciente todavía, pero ellos ya sabían que albergabas dudas.
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SilviaGSilviaG12 February 2024
El sistema piensa por ti, te dice como vivir, que opinar y a quien amar. La autoridad llena cada hora de tu vida: levantarse a las seis, preparar a los niños para el colegio, ir a la fábrica, cumplir la cuota...El régimen dicta el ritmo de tal manera que no tengas ni un momento para preguntarte: ¿Quiénes somos?, ¿Qué hacemos?
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