Los mejores años

Enmarcada en el contexto social actual de los Estados Unidos, la novela narra la relación de una joven afroamericana con sus amigas, su novio blanco y su con su jefa blanca. Y por otro cuenta la cotidianeidad a la que se ve sometida la vida de una afamada emprendedora, blanca, tras mudarse de New York a Filadelfia.
La trama principal de la novela gira en torno a los problemas raciales que aún hoy en día existen en Estados Unidos, por ello en el inicio de la reseña destaque los colores piel de sus protagonistas, donde por el simple hecho de no ser blanco o caucásico/a te miran y vigilan con mayor desconfianza. Así la relación interracial que surge entre dos de los protagonistas en principio no es bien asimilada por Emira, sobre la que gira toda la acción, porque no se fía del propósito de su pareja, Kelley (blanco). Especialmente evita tratar el tema racial para que la relación avance. A esto hay que añadir que además es una relación con una evidente diferencia de edad, aunque no es algo que de verdad importe.
Otra de las tramas que desarrolla se centra en los cambios que sufre la vida de las personas tras mudarse de ciudad y dejar en punto muerto las actividades que desarrollaba en su anterior localidad. Todo esto ocurre por amor.
También es una oda a la amistad, en todas sus vertientes y edades, y a la búsqueda de lograr los objetivos marcados en el terreno profesional.
Conforme se avanza en su lectura, se ven detalles que resaltan las diferencias de vida entre los blancos y los negros en Estados Unidos, aunque haya gran cantidad de personas que están intentando cambiar la situación racial en uno de los países más poderosos del mundo.
Y aunque el cuidado de los niños es otro de los temas secundarios, lo principal de él es la inteligencia tanto intelectual como emocional que pueden demostrar en las situaciones más complicadas, a la vez que saca a la luz la dependencia emocional que se crea entre el cuidador y el niño. En este tema se ve también una crítica velada hacía la forma de actuar tan políticamente correcta y la doble moralidad con que se rige la población estadounidense.
Incluso se puede sentir la crítica que hace la autora hacía esas personas que viven su vida a través de las de otras personas. Y el trauma de no terminar de superar una ruptura amorosa, especialmente si es el primer amor.
Como ya apunté al comienzo, existe un punto crítico con aquellas personas que están o les gusta compartir su tiempo con personas de otras razas, por una especie de fetichismo. Lo que lleva a que sobre el personaje siempre gire la sombra de la duda de si sus actos son puros o buscan una cierta satisfacción, generalmente de índole psicológica o sexual (ya sea autosatisfacción o a través de otra persona)
Por último durante toda la novela se observa una gran sororidad entre las distintas féminas que aparecen en la obra. Por un lado entre las jóvenes negras que se ayudan para superar cualquiera de sus problemas, y por otro entre la jefa de Emira y sus amigas neoyorquinas, tres blancas más y una negra, con sus cuitas de gente adinerada.
En resumen la novela nos adentra en el pensamiento, generalizado, de las mujeres estadounidenses de distintas edades, y la compleja situación que se produce cuando se quiere ayudar pero no se hace de manera correcta y dando desde el principio tu verdadera opinión sobre las cosas y el por qué las quieres hacer.

Los mejores años está catalogada como una obra de ficción contemporánea donde se nos narrarán hechos ficticios que ocurren en nuestros días. Aunque el hecho que se nos narre sea ficticio, detrás de este relato nos encontraremos una gran crítica social respecto al racismo y a las diferencias de clases.

Todo lo que se nos narra estará basada en estas dos críticas pero vistas desde un punto cómico e irónico en ciertas partes. La autora pretende con unas escenas realistas pero ligeras, ir dejando pequeñas ideas y pistas en la cabeza del lector para que vaya comprendiendo la crítica que quiere dejar plasmada en su libro.

No suelo leer este tipo de géneros donde, a través de ciertas ideas, hechos y relatos, se nos muestre de forma tan clara y contundente una idea. al ser un libro de ficción contemporánea, crea que el lector se sienta identificado con la época y con los hechos que se muestran y, por tanto, consigue captar la atención del lector desde la primera página.


En lo que respecta a la pluma de Kiley Reid, tengo que reconocer que me ha impresionado. La autora escribe con capítulos cortos, una narración en tercera persona desde dos puntos de vista y con una división de la trama en cuatro partes, con lo que consigue crear el ambiente perfecto para su lectura.

Los capítulos son cortos y ágiles y su pluma es ligera y simple por lo que no llegas a perderte en ningún momento y no se hace pesada. Puedes leerte el libro en prácticamente horas porque la autora lo que pretende con este formato de lectura es que disfrutes y que te zambullas en la historia de sus dos protagonistas.

La primera vez que cogí el libro lo hice con la idea de leer cada día una parte, pero no pude. al final tuve que parar y leerlo en dos días porque quería disfrutarlo, quería comprender a la perfección la idea de la autora y lo que quería mostrarme y tengo que decir que me ha dejado con un muy buen sabor de boca.


En cuanto a la trama, tengo que decir que todo es importante. Parece que la autora solo quiere contarte sus vidas y que al final te dará un dato crucial para el rumbo que tomará la vida de nuestras protagonistas, pero para nada. Todo lo que te va contando, todo lo que va soltando poco a poco y los pequeños retazos que te dejan ver, son importantes a la hora de comprender la trama.

Al principio sentirás que quizás todo ocurre un tanto rápido, pero la autora crea el escenario perfecto para que vayas comprendiendo la vida de Emira y Alix, su pasado, su presente y futuro. Aquello que les ha hecho ser como son y lo que implica estos hechos en sus futuros.


Me ha impresionado mucho las críticas sociales que deja porque no solo habla de la discriminación, si no de las diferencias de las clases sociales, la crianza de los niños, la importancia del futuro laboral en los jóvenes.

Todo lo que se nos muestra son realidades que, por desgracia, ocurren en nuestro día a día. Es por todo esto que la trama se nos hace cercana y real a pesar de ser ficción, porque aunque todo sean hechos ficticios pueden ocurrir sin ningún tipo de problema.

Creo que es de esos libros que te enseñan a no normalizar las cosas, a entender que porque la sociedad lo vea ya como “normal” no significa que sea algo normal o justo. El hecho de no dejar que estos hechos sigan ocurriendo y a no callarnos. Además nos hace comprender que no todos los que defienden ciertas causas lo hacen por motivos leales o sinceros, si no por conveniencia propia o por su propio beneficio.

También nos enseña la importancia de conocer todos los hechos de los sucesos que nos rodean pero, a su vez, a no dejarnos llevar por los prejuicios u opiniones que las personas puedan tener porque pueden ser distorsiones que ellos mismos han creado. Nos muestra que cada persona tiene una percepción del mundo y que por esto no todo es de una misma forma.

El valor de la familia, de la unidad familiar, de querer a nuestros hijos tal y como son y a darles el apoyo que se merecen por igual. El saber criar a nuestros pequeños y el no delegar ciertas tareas que les tocarían a esas personas por ser padres. Y en especial, la importancia de los primeros años de un bebé.



Por último os quiero hablar de los personajes, los cuales me han parecido reales, crudos y muy bien representados. Tanto los personajes principales como los secundarios están muy bien construidos y llegas a conocer sus personalidades y motivaciones a la perfección al final de la obra. Solo os hablaré de las protagonistas principales:

Nuestra primera protagonista es Emira, una chica joven, un poco pérdida y sin muchas motivaciones en la vida. En ella veremos la representación perfecta de muchos jóvenes que no encuentran su camino hacia el mundo adulto, la importancia de la motivación y el apoyo. Además debido a su color de piel, nos muestra la crueldad con la que suelen ser tratados por ciertas personas y por las situaciones que se ven obligados a pasar. Creo que es el personaje perfecto para la obra, llena de vitalidad y ganas por conseguir un buen futuro pero a su manera porque no todo es el dinero.

Nuestra otra protagonista es Alix, una mujer ambiciosa, insegura y llena de mil capas que te hacen plantearte durante toda la obra si de verdad la estás conociendo. Es de esos personajes que te sorprenden por su complejidad, por su forma de pensar y por las acciones que toman. Una vez que crees que la conoces bien viene y te sorprende a lo grande y es por esto que, a pesar de odiar sus comportamientos, su forma de pensar, de actuar y de ser, tengo que reconocer que es el personaje perfecto para esta trama. Aunque es de esos personajes que odias al final de la obra, también es de esos de los que te hacen pensar y replantearte muchas cosas.


En conclusión, es una obra que he disfrutado, que me ha hecho replantearme muchas cosas y que creo que debe leer todo el mundo por las lecciones que nos quiere transmitir y las ideas y costumbres que pretende romper. Sin duda, un libro que recomiendo mucho.

Emira es una joven negra que trabaja como niñera para la familia blanca Chamberlain. Una noche, un guardia de seguridad se acerca a ella en un supermercado, acusándola de secuestrar a Briar, la niña que cuida. El incidente sorprende a Alix, la madre de Briar, pero Emira solo quiere dejar todo atrás. Por no trabajar con un contrato formal y estar a punto de perder el seguro de desempleo, teme que la exposición termine por perjudicarla, aunque Alix está dispuesta a hacer cualquier cosa para hacer justicia.

En tercera persona, los capítulos se alternan en narrativas que traen las perspectivas de Emira y de Alix, lo cual es fundamental no solo en la construcción de la tensión de la novela, sino, principalmente, para contrastar dos realidades opuestas.

La escritura en su conjunto es ágil y atractiva y, junto con la tensión creciente, permite una lectura voraz, casi imposible de interrumpir.

Centrado en situaciones cotidianas, Los mejores años debate cuestiones de clase y raza. El triunfo de Kiley Reid no es simplemente señalar el racismo que sufre Emira en sus diferentes manifestaciones, sino cómo es entendido -o no- por los blancos que lo difunden. al traer la perspectiva de Alix, el lector tiene acceso a sus conflictos emocionales y sus buenas intenciones, que aún expresan racismo sin ser notado. de esta manera, queda claro cómo se trata de un problema estructural, cuyas apariciones silenciosas son tan dañinas como las reconocidas.

También es interesante notar el carácter irónico utilizado en la construcción de Alix y los demás personajes criticados en la obra. La blancura está muy bien representada, sobre todo por sus contradicciones. Alix se afirma constantemente como un tipo de persona y expresa su ansia de no ser como los que repudia. Sin embargo, la forma en que se comporta con sus hijas, su visión de su propio cuerpo y muchas de sus actitudes aparentemente inocentes son componentes sutiles - y críticos - que apuntan a una construcción más compleja, de una individualidad arraigada en vanidades y privilegios que la aproximan precisamente de quien condena.

La relación de Emira con Briar es uno de los puntos de lectura más emocionantes y encantadores. Las conclusiones de Emira sobre esto, sobre todo al final, son las que resultan dolorosas, no solo por la obvia carga sentimental de la conexión entre las dos, sino también por la consideración social, imposible de sacar de la ecuación. Es importante decir que Emira es un personaje sólido, con sus propios deseos y conflictos, mucho más que un objeto sobre el que se manifiesta el racismo de la historia. Ante los dilemas propios de su etapa vital -la transición a la edad adulta-, cuándo no siempre está claro lo que queremos hacer, y cómo la presión por averiguarlo aumenta con las responsabilidades y exigencias que llaman a la puerta.

En general, Los mejores años fue una lectura adictiva. Con personajes y situaciones complejas, sutilmente construidas a partir de una mirada sensible y aguda, es uno de esos libros considerados necesarios, ya que aborda con tanta acierto cuestiones de clase y raza, no siempre percibidas, en la dinámica social.

😕 Lo cierto es que me esperaba una historia diferente, pero tengo un lío en la cabeza enorme en cuanto a mi opinión, no sé si me gustó o no la verdad.

🤔 Saben que no me gusta contar mucho de la historia de los libros, pero en esta ocasión lo necesito. Alix es una mujer blanca y Emira es su canguro y es negra, hasta ahí todo bien, esperaba encontrarme una historia más chocante, más sorprendente ya que la sinopsis nos cuenta que sus vidas dan un vuelco por algo que les pasa a ambas por cosas (más bien personas) en común. Vale, hasta ahí todo bien, pero no termino de creerme esa cosa en común a mi me dejó muy WTF! No lo entendí, no sé lo vi muy artificial (puedo contar cosas de la trama pero no hacer spoilers, lo siento)

🤨 Pero estos personajes creados por Kiley... Alix es racista, lo mires por donde lo mires. Es la típica persona que intenta acercarse a alguien, caer bien de forma forzada (y encima en este caso es muy... Fuerte la forma, digámoslo así) y que va de salvadora, en este caso intenta defender a los negros, intenta demostrar que son igual de válidos... Lo siento, mi niña, no hace falta demostrar nada ¡PORQUE LO SON! Pero claro, luego están los demás personajes que bueno están bien y no sobran, cosa que le dan un puntito al libro.

📘 El libro tiene 28 capítulos y puedo decir que los finales son los mejores, esos donde se descubre el pastel… (como el pastel de revelación de sexo de bebé, pues igual) peeeeero, la parte final del todo es demasiado apresurada, es como: venga te cuento ya que tal están, que está pasando firmo el contrato, cobro, pagas y hasta la próxima (espero que la próxima con otro libro suyo sea mejor, la verdad)

😖 ¿Cuál es el puto problema? (Lo siento, solo imito a la narradora omnisciente de este libro) que Kiley Reid escribe bien, engancha, porque eso no lo niego. Y ahí viene mi dilema ¿Me gusta este libro o no me gusta este libro? Sí, me gusta el libro, el aprobado se lo lleva, pero para mi no es el mejor libro del año.

Una lectura agradable en general con una narrativa honesta y muy detallada sobre la raza y los privilegios. Hay muchos temas de discusión: clase social, racismo, paternidad, familia, amistad y relación. Es la historia de Emira Tucker, una joven afroamericana de veintitantos años, que es detenida y groseramente interrogada, una noche en Filadelfia, por un guardia de seguridad en un mercado de alto nivel. Se le pregunta por qué tiene un hijo blanco con ella. Poco sabe ella, un espectador capturó todo el encuentro en su teléfono, pero acepta dejar que Emira tome la decisión sobre si publicar el video o no. Este encuentro desencadena una serie de eventos que alterarán tanto la vida de Emira como la de quienes la rodean, pero no por las razones que crees. al entrar en el libro, pensé que toda la trama se centraba en este video, y aunque lo hace de alguna manera, realmente no es el punto focal. Es más una incursión en la percepción y en cómo los matices de un evento pueden variar de una persona a otra. Entre Alix, la madre del niño que Emira tenía con ella en el mercado; Kelley, el espectador que captó el encuentro en video; y Briar, la adorable y precoz hija de 3 años de Alix, a quien Emira cuida como un trabajo secundario mientras descubre qué hacer con su vida después de graduarse de la universidad, y una miríada de otros personajes imperfectos pero interesantes. Me encantan todos los personajes de este libro pero a la vez no, ya que están bien desarrollados y son extremadamente multidimensionales y creíbles, y hay cosas que me gustan y cosas que no me gustan en cada uno de ellos, pero a la vez, todos los personajes carecen de crecimiento y desarrollo y ni siquiera de una manera "bueno, es realista", simplemente los deja donde empezaron y espera que lo aceptes. Creo que la autora hizo un excelente trabajo a través de los personajes al retratar un racismo sutil e incluso involuntario y lo hice sin caer en estereotipos o usar personajes unidimensionales.