"Lulú", como le llama mi hijo de casi dos años, ha triunfado. Es un cuento interactivo. Es decir, además del cuento, en cada página hay "algo más": una puerta que se puede abrir, papel higiénico del que podemos tirar, diferentes texturas, un pañal con velcro... A mí me encanta este tipo de libros, pero lo importante es que el niño interactúa de verdad, entiende lo que pasa en cada página y sabe lo que hay que hacer, porque son acciones sencillas. Los dibujos también son sencillos, pero llenos de color y detalles que llaman la atención. A mi hijo le gusta mucho. Lleva unos días en casa con nosotros y todos los días me ha pedido que se lo cuente o ha hecho que lo lee él. A mí como madre me parece un pequeño cómplice que está consiguiendo que mi peque quiera parecerse a Lulú y comience a mostrar interés por el orinal. |