Nos lo regalaron los abuelos hace ya unos meses en plena estaba de adoración por las solapas... así que podéis imaginar el número infinito de veces que lo hemos leído. Y seguimos haciéndolo. Por si fuera poco lo de las solapas, añadimos animales que ya sabéis que es otra de las pasiones de Lucas. Y, para rematar, es un libro de contar. Que nada más comprarlo eso le daba igual. ¡Pero ay ahora! Lo que le gusta contar, ir colocando los dedos para decir uno, dos, tres, cuatro y cinco. Y también ir señalando los animales mientras nosotros le vamos contando. En definitiva, se ha convertido en uno de sus libros favoritos. |