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ISBN : 8426410596
256 páginas
Editorial: Lumen Editorial (17/03/2022)

Calificación promedio : 4.33/5 (sobre 12 calificaciones)
Resumen:
UNA NOVELA SOBRE LA SOLEDAD Y LA VIDA SALVAJE, POR LA GANADORA DEL PREMIO JAÉN DE NOVELA: UNA NUEVA Y PODEROSA VOZ EN LUMEN.

No se si se puede vivir para uno mismo. Tal vez no sea posible, aunque lo intentes toda la vida, aunque te destierres una y otra vez, aunque te confines en tu propio mundo lo más apartado posible del resto de la humanidad.

Le llaman Escolta. Arrastrando la marca de Caín y con el corazón destrozado, se instala en u... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (13) Ver más Añadir una crítica
MarisaCB
 03 August 2022
Yolanda Regidor, escritora española, trabajaba en la formación ocupacional, como asesora jurídica y docente en programas de inserción sociolaboral, antes de dedicarse por entero a la literatura.

Es autora de tres novelas, una de ellas recibió el Premio Jaén de Novela en 2014, las cuales fueron muy bien acogidas por el público y la crítica en general.

La última cabaña” es su más reciente publicación encontrada en el mercado. En ella, la autora denota sus inquietudes por la mente humana, los impulsos que nos determina el comportamiento, el origen de las emociones y el modo en que las vivencias nos condicionan, plasmado en la figura de “Escolta” un hombre que vive en aislamiento a las afueras de un pueblo torturado por su pasado.

La pluma de Yolanda es exquisita, delicada, pulcra, lírica y sutil. Las palabras parecen ir uniéndose casi como un puzle perfecto para dar cuerpo a una novela narrada en primera persona, a modo de diario, y con una fuerte corriente introspectiva.

Una de las primeras características que llaman la atención es la ausencia de nombres. Desde el principio el narrador se presenta con el apodo que le asignan, manteniendo un halo de misterio que perpetúa a lo largo de la obra. del mismo modo, pocos son los personajes a los que se les designa con un nombre propio y unos rasgos físicos.

La autora desea que sea el lector, guiado por sus palabras, quien fabrique, en base a su propio juicio, todos aquellos detalles y rasgos que conforman tanto la ambientación como los elementos que componen la historia. Para lograrlo, focaliza toda su atención en las descripciones subjetivas del protagonista, sus reflexiones y pensamientos.

Otra de las particularidades más destacadas de Yolanda es su gran capacidad de crear ciertas personalidades marcadas sin ningún tipo de diálogo que las acredite, es decir, sin incluir ni una sola conversación, deja patente el carácter de cada personaje y su modo de actuar, marcando y delimitando a cada uno según sus características propias.

Se trata de una novela que versa en torno a la vida y todos sus tiempos, presente, pasado y futuro. El protagonista, navega por los recónditos de su mente en post de recuerdos que se entremezclan con acontecimientos presentes y la incertidumbre del futuro mediante una serie de temáticas que no dejan indiferente al lector.

La trama es lineal, sin embargo, el presente va siendo asaltado por recuerdos pasados que van construyendo la figura de “El Escolta” permitiendo al lector conocer a un personaje complejo, el cual genera simpatía y antipatía a partes iguales, que manifiesta sus vivencias de un modo reflexivo.

Personalmente, me ha sorprendido gratamente el modo en que la autora invita a meditar sobre diferentes temáticas que, con gran maestría, se manifiestan integralmente en la linealidad de la trama. La importancia del pasado en nuestra forma de ser y de vivir, cómo nos afectan las vivencias familiares, cómo el amor por la naturaleza y los animales nos hace sentirnos más vivos, cómo iniciamos una búsqueda incansable para descubrir quiénes somos encontrando la paz interior o el modo en que necesitamos las relaciones con los demás para sobrevivir, son algunas de ellas.

Sin lugar a duda, “La última cabaña” es una novela que me ha maravillado y que considero que no deja indiferente a ningún lector. Eso sí, se advierte de que debido a la ausencia de diálogos y a la gran extensión de narración, en ocasiones, la lectura puede llegar a ser algo monótona o tediosa, por lo que recomiendo aprovechar la brevedad de sus capítulos para leerla de forma reposada, deleitándose en esta inolvidable historia.
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Gemmaentrelecturas
 13 July 2022
Por dónde se empieza con una novela como esta, con tantas posibles reflexiones y planteamientos para debate.
 
«Yo tragaba con el cabrón de mi hermano, con la frialdad de mi madre, con la indiferencia de mi padre, todo por seguir en la manada…».
 
El amor limitado y nominal, así es el amor de la madre de Escolta, un amor preferencial, adora a su hijo mayor y rechaza al pequeño. Este tipo de relaciones genera una herida en nuestro protagonista, una mochila cargada de situaciones no resueltas y sufrimientos que veremos que oscurecerán su vida y hasta sus posibilidades como adulto, porque crece creyendo que dentro de él hay algo malo. La madre reprime este rechazo, «Deja en paz a tu hermano, le decía mi madre, no ves que es más débil que tú. No te rías de tu hermano, no ves que tú eres más espabilado. No te aproveches de tu hermano, no ves que de bueno es tonto. Tú, hijo, le decía, vas a ser más alto que tu hermano». Cuando esto sucede, el niño, inconscientemente activa un mecanismo de defensa que se conoce como formación reactiva, antes de que el verdadero sentimiento llegue a la conciencia y duela, lo rechaza conscientemente y se trasforma en lo contrario:
 
«… prendió la culpa, y tuve que tirar, como tantas veces, del odio para calmarla».
 
                La ira y el odio son trampas, pero más sencillas de manejar, se cree, que la culpa y el dolor que nos inhabilitan y nos paraliza. El Escolta trasforma todo ese dolor en odio e ira, pero se siente repulsivo por ese odio y esa rabia, en el fondo siente que es una mala persona y que ese rechazo de su madre es porque ella vio lo que existía dentro de él. La pescadilla que se come la cola. de ahí su forma de ser, falsamente dura y temeraria, imponiéndose desafíos que le cargan más esa mochila con angustias que sabe no se pueden justificar.
 
                «La culpa no es bastante pena, aunque lo parezca. La culpa es el diablo con el que ganarse el cielo».
 
                Nuestro protagonista tiene lo que él llama un exceso de pasado no resuelto que le llevará a escribir una serie de cuadernos para encontrar la paz, descargar esa mochila que nunca debió de existir. Fascinante historia.
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encarnipm
 27 March 2022
No conocía a esta autora, a partir de hoy no se me olvidará su nombre porque me ha conquistado con “La última cabaña”.
El título dice muchas cosas, última por ser al último lugar donde el protagonista quiere ir, última porque está a las afueras del pueblo, última porque puede ser o no, (no voy a destripar la historia, nunca lo hago) su última residencia.
La historia está contada por su protagonista a través de tres cuadernos. El protagonista, al igual que varios de los personajes de la novela, no tiene nombre, tampoco lo necesita, la narración es lo importante. Tampoco es una novela coral, con seis o siete personajes la historia está muy bien creada.
La novela es dura en cuanto a lo que sufre el protagonista pero es apta para personas sensibles, no hay imágenes desagradables, pero si asuntos que te hacen sorprenderte. Los personajes, trazados con cuatro pinceladas precisas, no necesitan más, se ven y se entienden perfectamente, sin adornos ni florituras, como la cabaña.
Una historia de soledad, de tocar fondo y de buscar refugio, pero también es una historia de oportunidades, de amistad y de amor.
Regidor cuenta en doscientas sesenta páginas una historia conmovedora, ni le sobra ni le falta ninguna página, ninguna coma y tiene unas frases dignas de enmarcarse, no, no os voy a poner ninguna, leedlo y me contáis.

El protagonista va cambiando, madurando y serenándose a través de sus cuadernos y de los acontecimientos que pasará en su cabaña. Un libro que no olvidare fácilmente y que, sin duda, pasará a ser parte de los mejores leídos este año. ¡Lo recomiendo!
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Maya
 05 August 2022
La última cabaña de Yolanda Regidor es ante todo una novela de superación. Desde el comienzo de la pandemia he leído varias historias en las que el protagonista huye de un pasado que le mortifica y se instala en algún lugar retirado de la gente: La forastera de Olga Merino, Los besos de Manuel Vilas, Un amor de Sara Mesa o Los nombres prestados de Alexis Ravelo.
Dice Yolanda Regidor que cuando todo nos va mal, es a la naturaleza a donde acudimos para sanarnos.

Volviendo a nuestro libro, El Escolta (mote que le ponen en el pueblo) se retira a una casa en las afueras de un pueblo montañoso, huyendo de su pasado, de la gente y en definitiva de sí mismo. Sin saber por qué, comienza a escribir un diario en el que va vomitando todas las cosas que le han llevado donde está. Vamos pues reviviendo su pasado, intercalado con su día a día en la cabaña.

Este diario es la vuelta a una infancia desgraciada, marcada por el desamor de sus padres y de su hermano que desemboca en una tragedia que le persigue hasta el día de hoy. Y como no, una historia de desamor que termina de desgarrar su ya roto corazón.

“Vine para estar solo, y me sentí muy solo… sin embargo, en la máxima soledad dejé de sentirme así. He comprendido que el mayor vacío de un hombre es la incapacidad de huir de sí mismo, y que solo se puede escapar de uno a través de los demás”

Pero cuando el Escolta busca la redención en la soledad, comienza a sentirse solo. ¿Por qué la autora nos transmite estos sentimientos a través de un hombre? Porque quiere que su protagonista lleve a cuestas, además del resto de pesares, el síndrome de Caín, la culpa primigenia de haber matado a su hermano.

Como en todas estas novelas de supervivencia, el autor nos cuenta que es imposible huir del pasado y de nuestros errores, ya que nos persiguen allá a donde vayamos. La redención solo puede venir de las personas que vamos encontrando: un anciano, una tendera, un lobezno y un niño que busca tus brazos.

“No se puede borrar el pasado ni los surcos que deja”

En la primera parte de la vida de nuestro protagonista nadie tiene nombre. La llegada a la cabaña trae consigo los nombres de lo que le rodea: personas animales, árboles, sensaciones…Los libros que le acompañaron en su vida y que ahora sirven para alimentar el fuego de su chimenea

La autora nos hace reflexionar sobre la indefensión de la niñez y de cómo la adolescencia y nuestras decisiones marcan el futuro del adulto que seremos.

Me ha llamado poderosamente lo que dice el Escolta sobre la tristeza y cómo nos atrapa en sus garras si no luchamos con uñas y dientes:

“Es peligroso dejarse llevar por la melancolía."

Si, es un trastorno morboso. La melancolía es traicionera: siempre se presenta como algo cálido y ligero, tranquilo y reposado, e incluso llegamos a ver belleza en ese camino directo hacia el desasosiego. Una vas allí, es complicado desandar lo andado.”
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Merysg3
 31 July 2022
«Pues bien, querido Jean-Paul, resulta que no; resulta que es mucho peor el infierno de que no haya nadie que te mire. Te condena a un vacío tan próximo a no existir que lo único que te queda es una escasa consciencia para desear la muerte».

En La última cabaña, un hombre desdichado y sin ganas de vivir decide mudarse a una cabaña a las afueras de una pequeña localidad rural para apartarse del mundo. Narrado en forma de diario, vemos como gracias a pequeños factores que surgen a su alrededor va saliendo de esa oscuridad para encontrar algo semejante a la esperanza y la felicidad.

La última cabaña es un libro sobre la soledad y el desaliento. La tristeza que envuelve a este personaje apodado Escolta es sobrecogedora. Atormentado por la culpa y criado en un ambiente hostil desde una edad temprana, sus pésimas circunstancias lo han moldeado hacia una vida adulta amarga y desinteresada.

Es un libro que ha llegado a emocionarme en varias ocasiones, pues cada logro y cada pequeño paso que su protagonista daba hacia la vida hacía que me alegrara por él enormemente. Una lectura que merece muchísimo la pena, con una prosa magnífica, llena de reflexiones y párrafos para enmarcar. Lo cierto es que he disfrutado mucho de la pluma de Yolanda Regidor y creo que no será lo último que lea de ella.
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Citas y frases (7) Ver más Añadir cita
lavieenwordslavieenwords01 August 2022
Decía Schopenhauer que, a excepción del hombre, ningún ser se maravilla de su propia existencia. Y él qué sabía. Qué sabía él de lo que piensa el ciervo cansado de luchar contra otros machos, o la minúscula musaraña que se arriesga, por hambre, a entrar en mi cocina. Qué de ese ciervo cuando vence a su rival o de la musaraña con su pancita llena de migajas. Qué se yo de todo eso. Qué sabe ningún ser de lo que hay en la cabeza de otro. Schopenhauer no cree en el ciervo, ni el ciervo en la musaraña. Tampoco yo en Schopenhauer.
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Merysg3Merysg331 July 2022
Nacemos como seres esclavos, sin libertad alguna, privados de capacidad para elegir cualquier cosa, a merced de los caprichos y la prepotencia de los adultos. Mentir es lo primero que tomamos como arma para la defensa, con tan buenos resultados que pronto lo utilizamos como ataque.
Mentimos. Mentimos todos los días, incluso no teniendo a quién mentir excepto a uno mismo. Mañana no beberé. Mañana no pensaré en ella. Mañana arreglaré esa mecedora. Mañana: día del mentiroso.
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FranmarFranmar08 September 2023
El castigo debe ser impuesto por los demás. El dolor que te infliges a ti mismo no sirve; eso es sólo remordimiento.
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Merysg3Merysg331 July 2022
He comprendido que el mayor vacío de un hombre es la incapacidad de huir de sí mismo, y que solo se puede escapar de uno a través de los demás; de otros seres, de otras cosas, de la fe. He encontrado a Dios en un viejo, en un lobo, en un niño, en mí. Sobre todo en mí, en mi persona con viejo, lobo, niño, bosque y arroyo, búho, estrellas, nieve y lluvia, viento y niebla, fuego, frío, fiebre, sueños y pesadillas, el olor del pan, el sonido del vino al caer en la copa, una trucha asada, Mozart y Darwin, los cuervos, llanto y carcajada, conciencia, arrepentimiento, esperanza y desprecio, un arma en la Biblia, mis pesados recuerdos y vivencias ligeras...
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Merysg3Merysg331 July 2022
Pues bien, querido Jean-Paul, resulta que no; resulta que es mucho peor el infierno de que no haya nadie que te mire. Te condena a un vacío tan próximo a no existir que lo único que te queda es una escasa consciencia para desear la muerte.
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Video de Yolanda Regidor (1) Ver másAñadir vídeo
Vidéo de Yolanda Regidor
El escritor MANUEL VILAS acompaña a YOLANDA REGIDOR durante la presentación de su novela 'La última cabaña'. Una historia sobre la soledad y la vida salvaje. 
#EncuentrosAlberti #AlbertiADomicilio
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