Ofrenda a la tormenta

Nos encontramos ante la última entrega de la trilogía de Baztán. Éste continúa con todo lo que se quedó abierto en la novela anterior, aunque la investigación principal sea diferente, sin embargo, todo está relacionado. 

Amaia sigue obsesionada con su madre y no cree que esta esté muerta. Los personajes siguen desarrollándose de una manera muy dinámica, llegando a otro nivel. Así, podemos ver la relación entre hermanas (Amaia, Flora y Ros), la relación entre Amaia y su marido Jon y la extraña seducción y atracción que la protagonista siente hacia el juez Markina. 

En esta ocasión se enfrentan a un enemigo poderoso, sin piedad y muy macabro. 

Llama la atención las dudas que Amaia siente hacia ciertos aspectos, tanto profesionales, en cuanto a su investigación como personales. Amaia, que siempre ha sido un personaje fuerte, comienza a acusar el cansancio psicológico y incluso casi perdiendo el control.

Toda la trilogía se hace cada vez más compleja y aumenta en componente macabro con esta nueva secta o asesino. 

Una narración fluida y maravillosa que transmite y hace que el lector se estremezca con algunas escenas. Sigue combinando a la perfección el género de la novela negra con el misticismo y lo fantástico, incluyendo en esta ocasión a un ser o demonio, Inguma. Así pues, entremezcla la clásica lucha del bien contra el mal, tanto en lo terrenal con su investigación policial como en lo espiritual donde profundiza en lo que es el miedo y las creencias. 

Una trilogía que recomiendo y que no deja indiferente. 



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