La ceguera del cangrejo

Alexis Ravelo ha sido otro de los escritores que se nos fue antes de tiempo. Así que tenía que hacerle mi pequeño homenaje leyéndolo y más, después de escuchar en una entrevista a Lorenzo Silva diciendo que es uno de los mejores escritores de novela negra española.

Según he leído sus libros transcurren en las Islas Canarias, y suelen ser novela negra con una crítica social importante. Esta vez el autor nos traslada a Lanzarote con la investigación de la muerte en extrañas circunstancias de Olga, una historiadora que está escribiendo la biografía de Cesar Manrique. Y nos acerca a la corrupción y los desmanes del desarrollo urbanístico de la isla.

Me ha parecido una novela correcta donde daremos un paseo por los puntos más emblemáticos de Lanzarote y donde el autor ha aprovechado para darnos a conocer a César Manrique, el artífice de la isla tal como la conocemos. Me he encontrado un gran homenaje a la isla y al artista, pero tal vez tanto detalle ha hecho que no haya sido la novela que esperaba.

No obstante es una novela facil de leer, el autor escribe con una prosa cuidada y donde destacan, por encima de todo, incluso por encima de la ambientación, sus personajes. Nos presenta unos personajes cotidianos, creíbles y bien construidos que dan verosimilitud a una trama que al final me ha acabado enredando lentamente, sin trampas, como a mí me gusta. Pero me ha faltado ritmo, diría que la novela arranca pasada la primera mitad para convertirse en lo que es, una novela negra. Y me ha sorprendido lo negrisima que es, de esas que te revuelven.

Me ha gustado mucho la referencia al título y los cangrejos que habitan en los Jameos del Agua: "están hundidos en la blanca nada del olvido y su ceguera es como la de esta sociedad que tanto calla y a tanto cierra los ojos, que se ignora a sí misma y a la belleza que la rodea y de la que depende para sobrevivir"

La ceguera del cangrejo es un viaje a la isla de Lanzarote de la mano de la obra de César Manrique. Un paseo siguiendo los últimos pasos de Olga en los que Ángel tendrá que ir descubriendo que pasó mientras él se encontraba a miles de kilómetros y ella moría en lo que no parecen circunstancias tan accidentales como todos quieren creer.

Con una interesante ambientación y unos mas que logrados personajes Alexis nos va a llevar por los rincones más conocidos de la isla en un recorrido en busca de la verdad mientras afloran en el protagonista, inmerso en el duelo por la muerte de su novia, los mas variados sentimientos, así pasará de la pena y el dolor a albergar una duda razonable sobre su relación con Olga y el deseo de venganza irá tomando forma en su cabeza mientras recorre la isla en busca de respuestas.

En este viaje de donde algunos personajes parece que no quieren ver y otros no quieren recordar irán apareciendo los entresijos de las tramas urbanísticas que tiempo atrás fueron conformando el paisaje de la isla y a las que César Manrique se opuso para lograr en mayor o menor medida lo que hoy conocemos como desarrollo sostenible, algo que en nuestras costas brilla por su ausencia. Lanzarote no iba a ser menos.

Escrito con una prosa cuidada que mantiene el ritmo, y como no puede ser de otra manera con varios localismos que hacen que no nos olvidemos que estamos en Canarias, esta trama irá ganando fuerza narrativa sobre todo al sobrepasar las primeras ciento y poco páginas. Porque es en la segunda mitad donde adquiere ya un status de thriller local en el que junto a la propia identidad isleña, con sus rincones, su orografía y su particular idiosincrasia va a conseguir que los personajes pongan en movimiento algunas fichas de esta partida que no estaba terminada.

Es en resumen una historia de poder y de poderosos frente a aquellos que aún pudiendo no hicieron nada y ahora siguen mirando a otro lado, y los que por su condición nada pudieron hacer y es también un homenaje a la figura del artista César Manrique y su obra y a la propia isla de Lanzarote.

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Qué difícil es encajar al mismo tiempo una historia negra-criminal con un homenaje al lanzaroteño César Manrique y a su obra e incidencia en la isla, mientras nos damos un paseo por ella disfrutando de sus bellos y no tan bellos parajes. Pues Alexis Ravelo lo hace, y además, consigue fusionarlo de la mejor manera.
La ceguera del cangrejo empieza por el final, con lo que hizo su protagonista, Ángel Fuentes. A partir de ahí, la narración empieza a caminar y va cogiendo el ritmo trepidante de un thriller. Descubriremos porqué Ángel decide llegar a la isla siguiendo la pista de la muerte de su compañera sentimental, Olga Herrera, para averiguar si, tal como se dijo, fue una muerte accidental, o por contra hubo algo más.
La novela, como digo, es un paseo constante por los puntos más emblemáticos de Lanzarote, creándose con ello una particular atmósfera que nos ayuda a ponernos en contexto. Ravelo también aprovecha la trama para meter el dedo en la llaga acerca de la especulación en el desarrollo urbanístico de la isla, dejando claro que la corrupción en ese ámbito no se quedó solo en el entorno estrictamente peninsular.

"—Eso es un clásico, Ángel —le dijo Blas, poniéndole una mano en el hombro—: En este país, cuando veas que hay un partido que se presenta como Independientes de tal o cual sitio, o Coalición de Independientes de no sé qué, tenlo claro: detrás hay cuatro listos hijos de puta que vienen a la política para hacerse el bisnes. Caciques de los de siempre o caciques de los nuevos, pero siempre caciques."

Que complicado es hacer una novela homenaje y que el argumento negrocriminal se aguante con el mismo interés e intensidad durante toda la novela.
Eso es lo que ha conseguido Alexis Ravelo con La ceguera del cangrejo (Siruela, 2019), un homenaje a los cien años del nacimiento del genio de Lanzarote, César Manrique.

Si habéis viajado alguna vez a Lanzarote seguro que sabéis quién era César Manrique, pues la isla está minada de sus grandes obras, obras que se adelantaron a los tiempos cuando aún no se hablaba de turismo sostenible o de proteger el entorno y no dilapidarlo en favor de los visitantes. César Manrique luchó con ahínco para que eso no sucediera en Lanzarote y gracias a él los visitantes pueden disfrutar hoy en día de escenarios únicos que, por desgracias, se han perdido en otros lugares que no tuvieron el cuidado del artista. También es cierto que el artista aplicó su ingenio y magia para convertir lugares recónditos en verdaderos paraísos; en la novela viene explicado alguno de ellos.

Recuerdo mi viaje a Lanzarote y lo sorprendido que quedé al ver como el artista aprovechaba incluso una lengua de lava para hacer algo fabuloso. Es una tentación enumerar esos lugares maravillosos que todo visitante de la isla conejera debería visitar, pero no lo haré. Lo que haré es invitaros a leer La ceguera del cangrejo, a los que habéis ido para que os pase como a mí que he vuelto a revivir aquel viaje con el añadido de estar disfrutando de una trama negrocriminal de la mano de unos de los genios de las letras, Alexis Ravelo. Y a los que no habéis visitado la isla para que os entren unas ganas locas de ir, y si además vais buscando fotografías de las localizaciones que nos presenta el autor, seguro que compráis los billetes de avión.

Es curioso que en el mismo momento que leía La ceguera del cangrejo estaba viendo la serie de Movistar, Hierro, una serie que os recomiendo desde aquí en la que la isla del Hierro se convierte en el escenario de una trama negrocriminal. Qué gran marketing son tanto el libro como la serie.

No os quiero contar mucho de la trama, solo lo que podéis leer en la sinopsis, pues es mucho más gratificante encontrarse con ella.
Si que os quiero advertir que la primera mitad de la novela tiene un ritmo bastante tranquilo. Las piezas del tablero se van colocando muy poco a poco en su sitio, pero a partir de la segunda parte la novela coge un ritmo notable, justo en el momento en la que la trama negrocriminal se hace más presente.

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Al margen de su serie sobre Eladio Monroy que ya va por la quinta entrega, Alexis Ravelo tiene toda una serie de novelas negras con un único nexo común: transcurren en Canarias. Pueden leerse en cualquier orden porque no tienen protagonistas en común. Cada una de ellas es independiente.
En este caso además, la acción no transcurre en Las Palmas sino en la isla de Lanzarote, un lugar que nunca me ha llamado especialmente la atención, pero del que me he quedado con ganas de conocer tras leer la novela que por momentos parece una guía ara turistas describiendo buena parte de las obras que César Manrique dejó en la isla así como sus paisajes. Unas descripciones, vaya por delante, que no me frenaron en absoluto el ritmo de la narración y que disfruté mucho.

De la mano de su protagonista Ángel Fuentes iremos desvelando los últimos días de la vida de Olga.
Ya desde el primer momento siente que lo que está haciendo le sobrepasa, algo a lo que contribuye la poca estima en la que tiene a su inteligencia:

De la mano del libro casi terminado de Olga, iremos conociendo (para aquellos que nos es poco o totalmente desconocida) la figura de César Manrique y el legado de construcciones y obras que dejo a lo largo y ancho de la isla, aunque como bien nos dicen varias veces, aquí en Lanzarote nada está lejos.

Un César Manrique que creó un modelo diferente de turismo compatible en su arquitectura con el paisaje en que se integraba. Un turismo sostenible en un momento en que dicho concepto no estaba ni siquiera inventado.
Eso evidentemente le granjeó el enfrentamiento con aquellos que sólo querían construir rápido y de cualquier manera para explotar las playas. Un entramado de corrupción del que Lanzarote tampoco quedó del todo libre.



OPINIÓN PERSONAL

Lanzarote es una isla que no conozco y, si he de ser sincero, nunca he sentido muchas ganas de ir allí. Pero he de reconocer que La ceguera del cangrejo ha conseguido picarme la curiosidad gracias a las descripciones de la obra que César Manrique creó en la isla.
Pero al margen de esta guía turística que tanto me ha gustado y que por otra parte no frena el ritmo narrativo de la novela, he de decir que estamos ante una trama muy bien montada en la que casi desde un principio tendremos claro que aquella muerte no fue un accidente aunque no tengamos claros ni los motivos ni los posibles autores del fatal desenlace.
Sospecharemos de todos y cada uno de los personajes hasta llegar a un gran final que remata ese gran comienzo de la novela. A lo largo de sus trescientas y pico páginas, iremos conociendo a Ángel y su historia de amor con Olga. Un amor del que dudará en más de un momento Ángel a tenor de algunas cosas que cree ir descubriendo.
Porque La ceguera del cangrejo es una novela en la que los personajes tienen una gran importancia y están muy bien descritos, yendo más allá de los posibles tópicos. Así Ángel es un militar entrenado para la acción. Pero es mucho más que un musculitos, por más que no se de cuenta de todas sus capacidades.

En resumen, una gran novela negra que os recomiendo sin ninguna duda.

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Hoy traigo la reseña de un libro que me habían recomendado hace un par de meses y el otro día cuando me acerqué a la biblioteca la mujer que me atendió me habló maravillas de él... Y que razón ha tenido...
Sí, lo empecé ayer y no he podido parar de leer... El escritor ha conseguido que mi mente viaje a la isla de Lanzarote junto con el protagonista, y ha conseguido abrirme la puerta al legado de ese gran escultor y pintor que lleno de vida a las islas Cesar Manrique...
Me ha parecido un gran libro, muy bien narrado, donde te atrapa desde el principio hasta el final sin saber qué realmente le ha pasado a Olga, así que si éste libro cae en tus manos, ya lo sabes ni lo dudes porque vas a viajar seguro... Gran descubrimiento de éste escritor canario... Por eso... 9/10. ⭐⭐⭐⭐

El protagonista de esta historia vuelve a Lanzarote en busca de los últimos momentos de la vida de su novia, muerta en trágicas circunstancias. Por su camino recorriendo la isla, vamos descubriendo sus paisajes y su pasado en torno a la figura de César Manrique. Ravelo aprovecha todo esto para construir una historia que un principio no parece tener demasiada intriga, pero que a poco a poco te engancha.

Es una novela atípica en su carrera, puesto que siempre ha escrito novelas negras cargadas de personajes de los bajos fondos. Aquí resultan un poco más "suaves", por decirlo de alguna manera, aunque podemos suponer que lo que quiere contar Ravelo ahora es que esos personajes van con americana y corbata y no son exconvictos de barrio ni detectives que frecuentan los bares.

Uno de sus puntos más fuertes es que Lanzarote y César Manrique son dos personajes más. Es evidente que el escritor ha tratado de dar presencia al mensaje sostenible de Manrique a través de algunos personajes que lo van recordando. al final te quedas con ganas de saber más sobre la isla y sobre la vida y obras de Manrique. Ya solo por eso merece la pena leer esta novela, que además va teniendo, como es habitual, unos giros finales sorprendentes.

Lectura muy recomendable.

Una novela que se desarrolla en Lanzarote y que tiene como eje principal a César Manrique, su muerte, y su afán por preservar la isla frente a la codicia de los poderosos.

El protagonista, Ángel Fuentes, es un militar que acude a la Isla con motivo de la muerte de su pareja, Olga, que estaba recopilando información sobre César Manrique para escribir un libro. La duda de que la causa de la muerte fuera un accidente, como se determinó en su momento, planea sobre los pensamientos de Ángel y del padre de la chica. Por ello, el militar decide seguir los mismos pasos que realizó Olga, también como un homenaje hacia ella, ya que él vive con el peso de no haber podido despedirse de ella por hallarse en una misión.

Con todo esto, nos va mostrando Lanzarote, sus rincones y lugares más emblemáticos. Nos cuenta asimismo cómo Manrique intentó preservar el espacio ambiental por encima de los intereses económicos que el turismo siempre crea en manos de los ricos que se quieren hacer más ricos. Y, mientras, va creando una trama donde envuelve al lector para llevarlo por los caminos de una novela negra que si bien al principio cuesta un poco de digerir, ya que se centra mucho en el activismo ecológico de César Manrique y su fundación, a medida que la historia va cogiendo cuerpo acaba atrapando al lector.

A lo largo de la obra, el autor nos muestra el miedo a descubrir la verdad, los celos o la imposiblidad de controlar los impulsos más negros del alma y la necesidad de impartir justicia. Por eso al protagonista solo le queda la opción de ir a por todas y descubrir los hechos tal y como sucedieron, o permanecer en la más absoluta ceguera y obviar lo sucedido, como si fuera un cangrejo albino en las cuevas de los Jameos del Agua.