El vuelo de las Perseidas

Nuestros pasos no pueden llevarnos al pasado, pero no por ello tenemos que dejar que nuestra mente se quede enjaulada en nuestros errores,

Me encanta escucharte leer en voz alta. Siento que puedo viajar a esos mundos de papel que tanto atesoras. Por eso me gusta cerrar los ojos cuando pones sonido a esas palabras, para que mi imaginación vuele con tu voz.

En mi interior se abrió una sensación de calidez, como si todo a mi alrededor tuviera sentido, como si estuviera en casa.

Las únicas lágrimas que merecen la pena son las de felicidad y siempre está más cerca de lo que pensamos. Tras la puerta del miedo.

En la mayoría de las ocasiones, el hogar se halla en un abrazo, en un beso, en una sonrisa o en una simple mirada. El hogar es amor, cariño y comprensión y se construye en el lugar donde tus sentimientos viven.

Las únicas lágrimas que merecen la pena son las de felicidad y siempre está más cerca de lo que pensamos. Tras la puerta del miedo.

De eso trata el amor. De afrontar el miedo juntos y luchar por quien se quiere, no de hacer sufrir antes de salir herido. No de estropear las cosas antes de que se estropeen por sí solas. El amor no va de huir por miedo a perder.

Tenerlo todo contigo. Esquivar las balas que la vida nos disparase porque nuestro amor era así, a prueba de balas. Jamás pude imaginar que el proyectil que destruyese todo cuando éramos, todo lo que podríamos haber sido, serías tú.

Nuestros pasos no pueden llevarnos al pasado, pero no por ello tenemos que dejar que nuestra mente se quede enjaulada en nuestros errores.

Todos tomamos nuestras decisiones en esta vida. Elegimos hablar, elegimos callar. Podemos rendirnos o seguir luchando, al igual que está en nuestras manos quedarnos o huir. Enfrentarnos a nuestros miedos o dejar que estos nos rompan en pedazos.