—Noah no puedes estar siempre cuidando de mí —sentencié. —No lo hago por eso —soltó Noah. Ambos nos quedamos mirándonos en silencio, y justo cuando iba a preguntarle a qué se refería… |
—Noah no puedes estar siempre cuidando de mí —sentencié. —No lo hago por eso —soltó Noah. Ambos nos quedamos mirándonos en silencio, y justo cuando iba a preguntarle a qué se refería… |
Hacía tiempo mi madre me dijo que con el tiempo aprendería a reconocer a las personas que merecía tener en mi vida, que no sería algo fácil y que en muchas ocasiones sería doloroso.
|
—¿Ella notó su dura masculinidad contra su estómago? —preguntó Noah por encima de mi hombro sobresaltándome. —Oh Dios, ¿qué mierda haces? —Cerré el libro que estaba leyendo sabiendo que mi cara era un tomate, y fulminé con la mirada a un divertido Noah que se carcajeaba a mi costa. —¿Qué estás leyendo, Abril? ¿Porno? —Cierra la bocaza, idiota. —Miré a nuestro alrededor asegurándome de que nadie nos hubiera escuchado. Ya era bastante humillante que me hubiera pillado Noah. |
No me gustaba dejar a la gente sola con sus problemas. Sabía que todo el mundo tarde o temprano necesitaba un medio por el que soltar su mierda. Y yo iba a ser ese medio para mi hermana, quisiera o no. Ella me había enseñado eso. Siempre había estado para mí, me había buscado cada vez que yo huía con mis tontos problemas. Ahora me tocaba a mí, aunque su problema era más serio que cualquier cosa absurda que me había atormentado alguna vez.
|
“El tiempo me enseñó que pocas personas entenderían mejor mis silencios que mis palabras”.
|
—Alto ahí, surfero. —Noah me enarcó una ceja sin borrar su sonrisa provocadora—. ¿Quince minutos? —me mofé. —Sí, es lo poco que necesito para que estés viendo estrellas. —Su movimiento de cejas me indicaba que no se refería a las que estaban en el cielo nocturno. |
Sin cereales y café, Abril Miller no existía
|
No era su sonrisa convierte-piernas-gelatina, pero le faltaba poco. A mí por lo menos me estaba provocando que el corazón se me volviera loco.
|
-¿Sabes? Yo también puedo jugar sucio. -Ni se te ocurra,Noah. -Haberlo pensado antes. |
- ¿Y a mí no me dices nada? - Estás perfecto -Lo sé |
Manolito ...