Treblinka: Epílogo de Vasili Grossman

Estas memorias están compuestas de dos testimonios. Por una parte tenemos los de Chil Rajchman, uno de los pocos supervivientes del campo de Treblinka, en Ucrania. Por otro lado, esta edición de Six Barral ha añadido como epílogo el texto de Vasili Grossman "El infierno de Treblinka".
Me es muy difícil hacer una reseña objetiva de un texto donde se muestra el terror más crudo, la naturaleza más salvaje del hombre. Chil Rajchman describe de forma concisa pero muy explícita todo lo que vivió en Treblinka: como tuvo que cortar el pelo a las mujeres que iban a ser gaseadas, como tuvo que que arrancar los dientes a los muertos antes de ser incinerados, todo el dolor al que fue sometido de forma sistemática y cómo consiguió escapar en una revuelta un año antes que el campo fuera completamente desmantelado y todos los prisioneros ejecutados antes de que el ejército rojo entrara. Es justo ahí donde empezaría el ensayo de Grossman. El texto de Chil Rajchman, que emigró a Uruguay hasta su fallecimiento en 2004, no es de una gran calidad literaria, porque no se trata de eso. Es directo, cruel y terrible, y aún así no nos podemos hacer a la idea de todo lo que pudo vivir.
"El infierno de Treblinka" es un ensayo visto desde fuera, como observador de las atrocidades que Grossman fue. Nos habla de los testigos y los testimonios que reunieron, de cómo se construyó el campo y de para qué servía el pelo o los dientes que le quitaban a los prisioneros. Es mucho más frío, ensalza el régimen soviético como adalid de las libertades pero resulta estremecedor por cómo va soltando detalles y anécdotas. Como resultado tenemos un libro escalofriante pero necesario para entender lo que el ser humano es capaz.

"Igual que los demás , ignoro hacia dónde nos conducen y por qué".
Sinopsis reducida: En octubre de 1942, Chil Rajchman y su hermana Rikve fueron deportados a Treblinka, un campo de concentración pensado exclusivamente para el exterminio de judíos.
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Hace años, cuando yo veía películas sobre la época de la Alemania nazi, siempre me preguntaba por qué los judíos no luchaban y se enfrentaban contra sus enemigos. me enervaba su resignación, me daba coraje.
¡Qué confundida estaba!, ¡qué ignorante era!...
Con este libro, que es un testimonio en primera persona, verídico, se entiende ese porqué, y muchas más cosas.
Sobre este precioso libro no voy a decir más. Porque cualquier palabra que se diga lo frivoliza, lo mancilla. Es como si fuera un secreto, del que ahora solo quiero revelar su nombre. Un secreto que está ahí, al alcance de cualquiera, nada más, para dejar al futuro lector (que no sabe nada) que descubra por si solo lo que hay dentro. Esta vez lo haré así porque a este libro le tengo mucho respeto. Eso sí, tengo que confesar que pocos libros me han hecho llorar, siendo éste uno de ellos. Tal influencia me causó, cuando lo leí por primera vez, que según terminé lo empecé a leer nuevamente desde el principio.
Todo el mundo debería conocer sus palabras, al menos una vez, para no olvidar lo que realmente fue aquel horror.
Sobra decir que para mí es uno de mis "Fondos de Armario".
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