La justicia no deja de existir aunque se desprecien sus leyes; el germen está dentro de nuestro corazón, y cuando no obedecemos a su impulso, es por debilidad, no por virtud
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La justicia no deja de existir aunque se desprecien sus leyes; el germen está dentro de nuestro corazón, y cuando no obedecemos a su impulso, es por debilidad, no por virtud
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La edad de la inocencia