El caballero errante

La obra forma parte una serie de libros conocida como "Los cuentos de Dunk y Egg" que forman parte del universo de Canción de Hielo y Fuego. En este caso se nos presentan las aventuras de estos dos personajes en una serie de novelas gráficas (hasta el momento hay tres publicadas pero se prevén varias más en el futuro) escritas por el propio George R. R. Martin e ilustradas por Mike S. Miller. En este caso nos referimos al primer libro de la colección que me parece un imprescindible para todos aquellos amantes del famoso universo de los Siete Reinos.

La serie de novelas comienza con la presentación de Dunk, un escudero convertido en caballero errante debido a la muerte de su señor, y de Egg, un niño al que a su vez tomará por escudero y cuya identidad (aunque se desvela al comienzo de la trama) no adelantaré por no privar al lector de su descubrimiento. Ambos se dirigirán al torneo de Vado de Ceniza donde Dunk tendrá que lograr que le reconozcan como caballero para poder justar y legitimarse así en el título que él mismo se ha otorgado. Cabe señalar que la trama se desarrolla más de un siglo antes de la conquista de Robert Baratheon, cuando aún reinaban los Targaryen y los dragones, aunque ya desaparecidos, no dejaban de estar presentes en el imaginario colectivo de los habitantes de Poniente.

Considero la obra como un acercamiento realmente atractivo a todo ese mundo previo a lo que conocemos a través de la saga original de Canción de Hielo y Fuego (y su adaptación televisiva como Juego de Tronos). El formato de novela gráfica nos permite una mayor inmersión en todo ese ambiente estético creado por Martin y plasmado tan brillantemente por Miller. La trama es potente, cargada de intrigas, giros, y trasladándonos todo ese clima de tensión y conspiraciones en los Siete Reinos incluso siglo y medio después de la conquista y unificación de Aegon. Únicamente queda esperar a la publicación del resto de aventuras de unos personajes tan carismáticos que, con sus aventuras, nos arrastran de una manera incomparable hasta la fecha, a un mundo tan fascinante y genuino como el del gran continente de Poniente.