La red de Alice

Bueno, será que en realidad ando de un amargado pero, para no variar la línea de mis últimas reseñas, La Red de Alice me pareció una novela regular: entretenida pero no espectacular, y la verdad es que estaba esperando algo más, considerando que se trata de una novela histórica, ambientada en una parte durante la Primera Guerra Mundial y que aborda el tema del espionoje durante este conflicto. Me interesé en la trama precisamente por esto último -los espías durante la Primera Guerra, que es un tema poco abordado en la ficción histórica. Sin embargo, la novela me pareció bastante plana. No es aburrida, no está mal escrita, es coherente pero, no sé, creo me pareció sosa.

La red de Alice fue una red de espionaje establecido entre Francia e Inglaterra durante la Primera Gran Guerra y en la cual, las mujeres fueron las principales agentes. Eve es una chica inglesa, criada en Francia, que se une al grupo y empieza a colaborarles. Su misión es trabajar como mesera en un restaurante al cual acuden varios oficiales alemanes y pasar desapercibida mientras que reúne toda la información posible. Desafortunadamente, llama la atención del dueño del lugar, francés también, pero un hombre calculador y frío, lo cual será un obstáculo y llevará a los posteriores conflictos de Eve.

Casi 20 años después, Charlie, una joven americana de familia acomodada, llega a Londres, embarazada y sin estar casada, y buscando pistas de su prima Rose, quien desapareció en Francia poco antes del fin de la Segunda Guerra Mundial. La única clave que tiene la lleva a Eve, quien se ha convertido en una mujer de bastante mal carácter y con problemas de alcoholismo.

La historia es narrada intercalando los sucesos de la vida de Eve y de Charlie y de esta forma, descubrimos que fue lo qué pasó con Eve en su carrera de espía y cómo siendo esa mujer amargada, mientras Charlie se descubre a sí misma en la búsqueda de su prima.

Las dos razones por las que no me convenció la historia fueron las siguientes:

1. La falta de acción en cuanto a la trama del espionaje. En mi opinión, el aspecto del espionaje pasó muy desapercibido, me pareció muy plano y aburrido. Yo entiendo que no todos los espías tuvieron una fama o trabajos tan glamorosos como la Mata Hari pero -pues yo quería leer algo así, es la verdad, algo que me mantuviera al filo del asiento. Siento que todo al aspecto del espionaje se nos dio a cuenta gotas, y la historia se enfocó más en Eve, en las otras mujeres que ella quería impresionar y en la relación que tiene con el dueño del café donde trabaja. Un verdadero desgraciado, pero con mucha más personalidad que las propias espías. Realmente no hubo un misterio como tal ni algún secreto encubierto que me hiciera pensar, “esto es espectacular”.

2. Los personajes. No sé si es la cuarentena, lo terrible de la situación actual, pero la verdad es que no estoy para personajes quejumbrosos ni enojados con la vida. Y nuestras dos protagonistas son un poco de las dos cosas. Puedo entender un poco a Eve -al final, creo que su personalidad es coherente con la de cualquier persona que viviera una guerra y hubiera sido prisionera, pero eso no significa que me simpatizara. Y Charlie no me cayó nada bien, lo siento. Creo que era una niña consentida, que tomó muchas malas decisiones. Creció en el proceso y comenzó a abrirse camino por ella misma pero creo que su actitud no cuadraba con el estándar de la época. Algo que creo que últimamente siento que las novelas históricas están pasando por alto es el contexto en el que se ubican. Charlie era una joven rica, inteligente, que logró ingresar a la universidad y, ante una pérdida personal, se sale del rumbo. Si bien eso le puede pasar a cualquiera, si nos ubicamos a mediados de la década de los cuarenta, su actitud “rebelde”, como que no me cuadra, la verdad. Por otra parte, el deseo de encontrar a Rose me pareció un poco inverosímil. Ahora bien, me explico: Charlie y Rose compartieron unos dos o tres veranos de vacaciones juntas, ya que la madre de Charlie era francesa pero casada con un estadounidense. Si bien las chicas desarrollaron una relación fraternal, básicamente se vieron un par de veces en la vida cuando eran aún unas niñas y luego la guerra se interpuso. Pero, ir a buscar a un pariente que viste un par de veces en la vida? No sé quizá no me resulta creíble. Y eso que tengo una prima con la que tengo una relación cercana y claro que iría a buscarla... pero crecimos prácticamente juntas hasta los 24 años. Por otra parte, tengo primos que obviamente aprecio, pero no vivimos en la misma ciudad, no crecimos juntos... y la pensaría antes de lanzarme a una búsqueda a la brava. Quizá sólo estoy siendo egoísta pero, bueno así son las cosas y por eso no entendí mucho a este personaje.

En resumen, no es una mala novela, pero me dejó esperando más.