La red de Alice

Es 1947 y la jovencísima Charlotte St. Claire de 19 años, viaja junto a su madre para ir a Suiza, puesto que ha cometido un Gran Error, y tiene un Gran Problema, así que le han asignado una Cita, para deshacerse del Problema, y así Charlie pueda tener de nuevo las opciones de poder casarse bien, que es lo que básicamente a lo que aspira a pesar de ser un hacha en matemáticas. Si bien cuando llegan a Londres, cuando su madre la deja sola, Charlie decide ir en busca de su prima Rose Fournier, que está en Francia, desaparecida desde que terminó la guerra. Tiene un papel que no para de remirar, allá está bien escritos el nombre de Evelyn Gardiner, su esperanza para que le diga en que rinconcito de Francia esta su prima, y mejor amiga.

Su encuentro con Evelyn, no es como ella pensaba que sería, la recibe una mujer ajada, con las manos destrozadas, tartamuda, alcoholizada y gritando que le pegará un tiro si no se va de su casa, aunque de pronto le dice que se quede a dormir, pero que se largue por la mañana... sin saber que hacer, hace noche en esa casa, temiendo que una loca la mate. A la mañana siguiente se encuentra con Finn Kilgore, el chico para todo, decidida ir en busca de Rose, no duda en vender sus perlas para financiar el viaje, pero para su sorpresa se le une Eve. Así los tres irán en busca de su prima, Charlie para poder reencontrarse con una compañera de juegos, Eve para ver su venganza.

Y es que Evelyn Gardiner ha cambiado mucho desde que en 1915, trabajase en un bufete de abogados y el Capitán Cameron, le preguntase si sabía alemán, su respuesta cambiaría el rumbo de su vida, la formarán para ser una espía, usará una identidad falsa, bajo el nombre de Marguerite le Françoise, se verá metida en la red de Alice, y Alice Dubois, o Lili, como quiere que la llamasen, era la mujer más sorprendente del mundo, con su cháchara intrascendente, sus paquetes que no paran de caerse, esa sonrisa que hace que el sol brille y sus rizos rubios, no parece que sea una espía... y mucho menos que tenga toda una red.
Lili (Alice) y Violette Lameron, la ayudarán a que pueda hacer su papel, y es que Marguerite tendrá la misión de vigilar a René Bordelon, con sus ojos grandes y su tartamudeo, parece tonta, así que no le será difícil enterarse de lo que planean los alemanes.
Pero todo se escapa a su control, un buen día toda la operación salta por los aires, Eve acaba con las manos rotas, encarcelada y con un gran sentimiento de culpa, veintidós años después tendrá la oportunidad de poner vengarse del cerdo que le destrozó la vida.

Estaremos entre esas dos épocas, escuchando la historia de Eve y viendo si Charlie se reencuentra con su prima, la atracción que siente hacía Flinn es muy intensa, pero hay varias cosas que se interponen, el embarazo de ella y el pasado oscuro de él.
Luego esta Eve, su voz es potente, a pesar de su tartamudeo, y una desea que tenga la paz que tanto anhela, puesto que a medida que va contando su historia, el corazón se encoje más y más.

Me ha enamorado todo de este libro, partiendo de Evelyn Gardiner, un personaje inolvidable que nos va contando el horror que vivió y la razón de que le dé la bebida y de sus pesadillas, la historia de Alice Dubois ha sido trágica y apasionante, puesto que cada vez que leo algo sobre la primera guerra mundial, me sorprende que aún haya cosas que desconozco, y es que este libro está basado en hechos y personajes reales, junto con una trama que engancha, hace de la red de Alice un imprescindible de la novela histórica.
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