Estuve todo el día del domingo sin parar de leerlo. Me ha encantado. Como viene siendo habitual en esta maravillosa serie, me he enamorado por completo de este libro, de sus personajes, de su historia, de sus idas y venidas. Son dos personajes maravillosos, ¿quién me iba a decir a mi lo absolutamente adorable que era Gregory? Es un AMOR, en mayúsculas. Valiente y enamoradizo, menos mal que consigue abrir los ojos a tiempo. ¿Y Lucy? Ay, la pequeña Lucy, la amiga fiel, la que es capaz de arriesgar su propia felicidad por la de los demás. La que pasa desapercibida porque no es deslumbrante por fuera, pero lo es, y mucho, por dentro. He suspirado y reído mucho con esta historia. Que maravilloso epílogo, he cerrado el libro con una sonrisa de oreja a oreja y lágrimas en los ojos, porque no quiero que acabe. Gracias por esta familia entrañable |