Buscando Esposa  

Bueno, cuando nos acercamos a esta entrega de la romántica histórica más famosa de los últimos años, no podemos sino esperar lo que todos ya conocemos. Aunque en un primer momento nuestro último Bridgerton se fije en Hermione Watson, sabemos que terminará posando sus ojos en la que es imposible, Lucy, y nuestro interés en la lectura estará en cómo conseguirá que se anule el compromiso que esta tiene desde hace tiempo.
Sin embargo, sí que cabe reconocer a la autora un comienzo impactante que nos lleva a una situación límite. Así, vuelve a los sucesos anteriores para ir narrando hasta ese primer capítulo y en ese sentido engancha al lector porque quiere saber cómo se ha llegado a eso y sobre todo qué pasa después.
Por otro lado, el conflicto básico que encontramos en esta entrega es la confrontación entre el ideal romántico de Gregory, y una personalidad por la cual todo tiene que pasar según él se figura, y el realismo y practicidad de Lucy, que abandera la resignación y el deber para con la familia.
Ritmos
Quizá esto sea justo lo que le falta a la novela. Con un inicio tan de punto crítico, cabría esperar una novela que fluyera, que fuera ágil y que nos llevara a ese inicio de la mano… Pues no. La novela es muy estática y casi podríamos definir dos escenarios para sus trescientas cincuenta y dos páginas.
En esos dos lugares no creáis que suceden muchas cosas: en la casa de los Anthony y Kate, que es donde empieza la acción solo comerán y beberán, reflexionando sobre lo que es el amor y el deber. El segundo, ya en Londres, será un desarrollo sobre lo que es el deber, al que se añade alguna situación tensa y alguna cómica, pero poco más.
Además, otro problema que le he encontrado a la obra es que todos los pensamientos de Gregory, incluso sus palabras, aparecen por duplicado porque tienen su eco exacto en los personajes de Hermione y Lucy.
Hermione y Lucy, como mejores amigas que son y chicas que van a ser presentadas a la sociedad de Londres, se plantean en muchos momentos el tema del matrimonio y el amor, y sus reflexiones son las mismas que se nos narran en Gregory que lo piensa ante la contemplación de su familia y su interés por casarse enamorado. Después, cuando los personajes aprenden, lo hacen al mismo tiempo, llegando a las mismas conclusiones por los mismos hechos y enunciándolas igual. Así que lo dicho, es como leer el libro dos veces a la vez.
Último hermano y plas
La verdad es que me ha decepcionado mucho este último libro de la saga. El libro anterior, el de Hyacint, no nos daba algo novedoso, pero al menos la historia era bonita, sin embargo, en este la novela ha sido pesada y la historia ha sido ¿trope? No sé cómo definirlo mejor y me da rabia porque uno de los libros que más me ha gustado de la saga ha sido el de Anthony, pero ¿todos los hombres Bridgerton tienen que ser idiotas?
Es verdad que a Gregory se le nota la juventud y que es el menor de todos, pero aún así sus ideas que podrían parecer cómicas, se vuelven en algunos puntos o exageradas o impropias, en el sentido de que para él no existe el galanteo que encontrábamos en las obras anteriores.
Igualmente es cierto que el estilo de la autora sigue siendo igualmente ágil y fluido, pero creo que a la hora de montar esta trama no ha esta acertada. Son muchos libros y la fórmula se agota.
Al ser autoconclusivos, y a no ser que seáis tan cabezotas como yo, no os recomiendo que os adentréis en el libro de Gregory. Si para mí ha sido algo pasable es porque al final coges cariño a la familia, pero nada más. Ya me contaréis quienes lo hayáis leído.

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