Ríete. Ríete mucho y con ganas. Y, cuando las circunstancias pidan silencio, convierte la risa en sonrisa.
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Ríete. Ríete mucho y con ganas. Y, cuando las circunstancias pidan silencio, convierte la risa en sonrisa.
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Nunca en su vida se había sentido tan sola. ¡Qué curioso! ¿Quién habría dicho que tendría que casarse y unirse eternamente a otra persona para sentirse sola?
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Decían que era demasiado exigente, que era peor que ser estúpida.
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Le encantaba cómo sonreía, torciendo ligeramente la boca, como un niño, y siempre sorprendido, como si no diera crédito de su felicidad. Le encantaba cómo la miraba, como si fuera la mujer más hermosa del mundo cuando ella sabía, perfectamente, que no lo era. |
El amor puede llegar sin hacer ruido, ¿sabes?
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Sus hijos estaban creciendo y cambiando y no los conocía. Los veía y los reconocía, pero no sabían quiénes eran. Respiró hondo. No sabía cuáles eran sus colores favoritos. ¿Rosa? ¿Azul? ¿Verde? ¿Importaba, o solo importaba que no lo supiera? |
Eres una persona muy especial, Eloise. La vida no pasa por delante de ti como sin nada. Confía en mí. Te he visto crecer y he tenido que ser tu padre en ocasiones en las que me hubiera gustado ser solo tu hermano. Eloise abrió la boca mientras tenía el corazón en la garganta. Tenía razón. Le había hecho de padre. Era un papel que ninguno de los dos quería para Anthony, pero lo había hecho durante años, y sin quejarse. Y ahora fue ella la que le apretó la mano, y no porque lo quisiera, sino porque en ese momento se dio cuenta de cuánto lo quería. —Haces que la vida sea especial, Eloise —dijo Anthony—. Siempre has tomado tus propias decisiones, siempre lo has tenido todo bajo control. Puede que a ti no te lo pareciera, pero es así.
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Nunca te has conformado con la segunda opción y eso es muy bueno. Pero no dejes que la impaciencia te defina -le dijo Violet- Porque eres mucho más que eso. Eres mucho mas que eso y a veces tengo la sensación de que lo olvidas, dale tiempo, Eloise. Sé paciente. No presiones demasiado.
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Su mirada le dejó muy claro que no le importaba que sus modales no fueran refinados. Sin embargo, no era la misma actitud desafiante habitual entre jóvenes de Londres. Había conocido a muchos de esos, los típicos que querían llamar la atención desafiando las convenciones y que luego lo iban publicitando para que todos vieran lo atrevidos y escandalosos que eran.
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[...] como la trampa que me tendió Colin —se giro hacia su hermano con una mirada diabólica— en 1804. Colin puso cara de incredulidad. — ¿Te acuerdas de la fecha exacta? —Se acuerda de todo —dijo Benedict. |
¿Cuál es el título nobiliario de Anthony?