Y, de repente, Pushkin entró en mi vida y, con él, una literatura rusa que en nada se parece a lo que yo me imaginaba: divertido, directo, nada pesado o abrumador. Esta recopilación es el modo ideal de conocerlo pues antes de "entrar en harina" nos pone en antecedentes con el autor y después nos encontramos con relatos tan brillantes como La dama de picas. |