BOQUITAS PINTADAS T.Colores

Este libro salió a la luz en 1969, pero su despertar fue poco concencional. Puig desafío al cánon publicándolo en forma de folletines, considerados de mal gusto y literatura menor en la época. ¿Qué eran los folletines? El libro se dividía por partes y cada parte se entregaba semanalmente o quincenalmente, Boquitas constó de 16 entregas.
El folletín era el género popular, lo que leía la gente considerada inculta.

Pero no solo su formato es algo inusual, también la estructura de esta novela es de lo más original. Cada entrega muestra un género discursivo diferente, yendo desde las cartas a los recortes de diarios, los avisos funerarios y fragmentos de discursos. Esta estructura introduce cada vez a diferentes narradores con sus voces características, y a veces no se puede identificar a ningún narrador.

Cada narrador es reconocible por su manera de expresarse, por su estilo y hasta sus errores ortográficos como en el caso de Juan Carlos. Es por eso que esta obra me parece de una riqueza inigualable, podemos explorar no solo los pensamientos de los personajes sino también su manera de expresarlos. Podríamos pensar acá en el concepto de polifonía de Bajtín.

Por otro lado, el contenido es súper llevadero. Bajo la premisa de "pueblo chico, infierno grande" Puig arma un rompecabezas del ficticio Coronel Vallejos donde nada pasa y todo pasa a la vez. Los trapitos sucios salen al sol en cada entrega.
Todo gira en torno a Juan Carlos, quien rompió varios corazones y las mujeres que lo rodean y van armando su historia.

Es una novela excelente, a veces difícil de seguir por su complejidad narrativa, pero esa complejidad e inventiva es la que la hace única.

Puig fue un autor brillante y en este libro, su segunda obra, lo dejó en claro. Demás está decir, que quedé fascinada con este libro y con su autor.