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Vale, lo reconozco. Me interesó éste libro por su portada y por la sinopsis. Me pareció tan graciosa y original que pensé que me lo tenía que leer. La verdad es que me ha sorprendido. No esperaba para nada la estructura de la novela, que aunque a veces haya hecho que cueste un poco seguir el hilo, me ha parecido un valor añadido por lo que explica cuando el autor “sale de la trama”. Agatha Crispies, termina en Nueva York, Colorado, tras ser sancionada por una “pifia” cometida en Nueva York, Nueva York. En Colorado no pasa nada, bueno si, el tiempo, pero lentamente, hasta que de repente sucede algo insólito ¡un asesinato! y con ello la oportunidad de nuestra protagonista de resolver lo que comienza siendo un asesinato y termina en… (sssshhh eso tendrás que descubrirlo tu) y volver a su anhelada Nueva York, que ahí si que pasan cosas. La protagonista está como un cencerro. Más claro, agua. La verdad es que no sé como ha sido capaz de sacarse las oposiciones de policía con ese pensamiento deductivo que tiene ella, que en realidad dudo que sirva de mucho, bueno si, para que el lector se ría. Es fundadora de un club de lectura que ella preside y que también es la única participante (para chula, ella). Utiliza converse rosas, tiene un culo como una plaza de toros y come donuts como si no hubiese un mañana. Graciosa es un rato, desde luego. El autor aprovecha que la protagonista es presidenta de un club de lectura para hacer un montón de referencias literarias sobre diferentes obras. Como decía más arriba a pesar de que a veces entorpezca un poco el seguimiento de la trama, me ha parecido inmensamente interesante. No deja títere con cabeza, el pobre James Joyce desde luego, no sale muy bien parado. Me he enterado de un montón de chascarrillos sobre autores históricos y sobre libros que jamás leeré. Puértolas, del cual nunca había leído nada, nos presenta una historia de asesinatos, donde nos presenta a personajes surrealistas y plagados de giros humorísticos. A mi, personalmente, me gusta mucho este tipo de humor. Empasta perfectamente cada uno de ellos, dándoles forma y volumen. Además de contarnos muchos chascarrillos literarios, también creo que esta novela nos deja una moraleja, para que reflexionemos y es la siguiente: ¿el fin justifica los medios? Ahi lo dejo. Besos apretaus. E. |
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