La gemela

Iris vive con su madre. Ivy vive con su padre. Desde que sus padres se separaron hace ya 6 años, ellas apenas han pasado tiempo juntas, por lo que no tienen ningún vínculo especial entre ellas, ni tampoco tiene ese sentimiento de ser familia, son unas desconocidas. Pero tras el fallecimiento repentino de su madre, tras un resbalón cuando corría, hará que Iris se vea obligada a vivir con su padre y su hermana gemela Ivy. Iris comenzará a hacerle preguntas a Ivy sobre sus amigos, el instituto, las notas, su equipo de natación, su novio y las cosas que le gustan. Podría ser que simplemente Iris quiere ir conociendo mejor a su hermana gemela, después de todo han pasado mucho tiempo separadas y ahora tienen que vivir bajo el mismo techo. Pero cuanto más se interesa Iris por su vida más parece desmoronarse todo a su alrededor, comienza a tener problemas con sus mejores amigas, su novio y su vida comienza a descontrolarse.

La verdad es que el libro está repleto de plot twist, aunque no todos los plot twist que tiene el libro son inesperados, pero más allá de los giros es interesante ver cómo van reaccionando a las cosas que suceden los que rodean a Ivy y los que se supone que mejor la conocen, su padre, sus anigas (Sophie y Haley), su novio Ty.

Reconozco que al principio de la historia me costó conectar con Ivy, nuestra protagonista, no me estaba cayendo muy bien, parecía que tenía una fijación con Iris, todo lo que hacía o decía su hermana la molestaba, la juzgaba por no sentirse igual que ella respecto a su madre, la forma de llevar el duelo, por todo en general. Tienes la sensación de que es una paranoica, ve cosas donde no las hay. Pero a medida que avanzas en la historia, ves las cosillas, comienzas a encajar el puzzle y me fascinó ver como poco a poco Ivy termina siendo relegada de su propia vida por una versión mejorada de ella misma.

Aunque el ritmo es quizás un poco lento al principio, más o menos hasta que no pasas el primer tercio del libro sientes que hay un exceso de detalles que sobran en la historia, pero pasado ese punto comienzas a hilar todo, y gracias a esos detalles lo empiezas a ver todo más claro. No puedes parar, estás continuamente diciendo un capítulo más, que es lo siguiente que le ocurrirá a Ivy y cuando quieres darte cuenta has terminado el libro. Es cierto que yo tardé tres días en leerlo, pero porque no tenía más horas el día, me llega a pillar en un día que no tengo nada o un finde y en menos de 24 horas lo leo.

También me gustó mucho la sensación de pensar que vas dos pasos por delante malo, y pensar “buah, ya le han pillado, se va a descubrir el pastel” y darte cuenta de que en realidad estás a años luz, que ya habían anticipado tus movimientos hace 50 paginas.

A pesar de no ser una historia con una trama muy innovadora, personalmente no es la primera vez que veo o leo algo con el tópico “gemelo bueno / gemelo malo”, la autora sabe perfectamente como atraparte, hacerte disfrutar con sus historias y dejarte en shock con sus finales y con ganas de más (y esta historia no podía ser menos). Creo que es de las mejores autoras de thrillers juveniles.
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