No me ha decepcionado tanto como el libro anterior de la saga del agente Pendergast (La cámara de obsidiana), que me costó terminarlo, le faltaba la chispa habitual que hace que no puedas soltarlo. Este está mejor, aunque no llega al nivel de los del resto de la saga, parece que los autores no se esfuerzan tanto en una trama dinámica, interesante, adictiva... Volvemos a tener juntos a Pendergast y D'Agosta investigando unos macabros asesinatos en la ciudad de Nueva York. |