El egoísta

El egoísta es una novela la cual comienza narrando el protagonista en primera persona y nos cuenta lo que siente como en una especie de diario. Ya desde el minuto uno nos pone en situación. Sabemos que Baltasar Orellana ha perdido la memoria durante 24 horas y sabemos que su edad son 69 años y le gustan las mujeres, el poder y el dinero, no le importa nada más que él mismo.
Sin embargo, la autora nos va alternando capítulos, pues no toda la obra está narrada en primera persona desde el punto de vista del personaje principal, sino que también está narrada en tercera persona, dándonos una imagen de las personas que lo rodean, especialmente de las más allegadas a él. Su amante, Maria Luisa y su psicóloga, Telma. Las cuales lo ven como un ser egoísta y ególatra, llegando hasta el punto de ser insoportable. Ambas lo describen como un ser al que se adora a sí mismo y encerrado en su burbuja, pues sólo le importa él. Lo ven como alguien incapaz de amar o de tener algún sentimiento, quedando claro que utiliza a las personas para su propio beneficio. Está tan en su mundo que tiene una personalidad obsevia. Orellana ve siempre la paja en el ojo ajeno, pero no ve sus propios defectos.
A lo largo de la novela podemos observar como se va desenmarañando la historia de su vida, llegando a sentir un mínimo de lástima por la mujer que amó y de la cual se separó debido a una desgracia. El protagonista presiente que va llegando el final de su existencia y comienza a tener algún leve remordimiento. van pasando las páginas y el personaje principal va recuperando la memoria y recordando lo que le pasó. Es como si al final estuviera arrepintiéndose de la forma que tuvo en vivir su vida.
Es un libro bien escrito, de fácil lectura, aunque reconozco que me costó un poco el princio. Pero según se va avanzando y se va desentrañando la historia, coge un ritmo más ágil, especialmente al final.
Es curioso poder ver cuáles son los sentimientos de Baltasar Orellana, sus pensamientos, obsesiones y el por qué de su egoísmo. Aunque observando el resto de personajes, no sabría decir quién es más egoísta. La amante lleva con él casi 20 años y lo aguanta por interés, pues quiere llevar ese ritmo de vida acomodada y además heredar su fortuna; la psicóloga tiene un ex al que le cuenta sus problemas pero ella no escucha los de él; el secretario de confianza lo detesta a pesar de que le paga bien... Todos se arriman a él por interés al igual que el protagonista también los tiene por interés. Es algo recíproco.
La conclusión es que las personas solemos centrar todo en lo material, valorando muy poco lo sencillo y cotidiano del día a día que es lo que realmente nos hace ser felices. El dinero y las grandes riquezas no suelen dar la felicidad, quizá la aleja.
Libro que recomiendo especialmente por la profundidad de sus personajes y su estupenda lectura.
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"Jamás me he sentido tan vulnerable ante el sufrimiento como cuando estoy enamorado…"
 
De esas lecturas que según avanzas dices, aquí todos van a lo suyo, ni Baltasar Orellana es tan malo, ni María Luisa una santa. María Luisa busca un objetivo concreto, que Baltasar la mantenga y le deje heredera de sus bienes, no le importa pedir favores a alguien que ni conoce, ponerle en un compromiso y utiliza el victimismo cuando sabe que la situación peligra. Hasta Telma, la psicóloga, necesita una terapia y una revisión porque utiliza a su ex a su antojo, aunque nos parezca en un principio que no. El egoísmo corrompe.
Y no puedo decir que no me haya gustado el estilo de la escritora o en general la novela, pero la historia que narra en algunos momentos se me hizo muy pesada, me desenganchaba.