Cualquier aventura de Mundodisco merece como mínimo 4 estrellas. La imaginación y humor de Terry Pratchett es desbordante en todos sus libros y todo ello con un lenguaje y un nivel descriptivo que no se suele ver en este tipo de género "fantasioso humorístico" digamos. En esta ocasión, la aventura de Eric, un niño demonólogo que invoca a Rincewind, ayuda a hacer un repaso en tono de parodia a acontecimientos históricos como la Guerra de Troya o el Imperio Maya, pero también realiza una visita al Infierno que permite a Pratchett reírse de todos los mitos del ser humano. Al nivel de historia, no es el más elaborado y tiene un final un poco atropellado, pero aún así ha sido de las veces que más me he reído leyendo la saga de Mundodisco. Un placer como siempre. |