Dioses Menores

Om, dios convertido en tortuga por diferentes circunstancias, encuentra a Brutha, un novicio bastante simplón pero buena persona, con él empieza un viaje en busca del porqué después de haber sido un gran dios venerado y temido, ahora es una simple tortuga.

Como todos los libros que he leído de Terry Pratchett, esconde una reflexión profunda y crítica, todo envuelto en el estilo cómico que le caracteriza, y que a mí me hace reír a carcajadas. El humor de Pratchett es completamente absurdo, loco y divertidísimo. Sus reflexiones son muy razonables, en este libro habla de la guerra y la filosofía, aunque su tema central es la religión, como ésta se puede sacar de contexto y en ocasiones se extremiza llegando hasta el absurdo.

Brutha nuestro protagonista es un hombrecito muy simple, eso cree él, eso cree todo el mundo y eso nos hace creer a nosotros, ya que según avanza la historia lo que he podido comprobar es que no es como parece, más bien es una persona sencilla que aporta soluciones sencillas (suelen ser las mejores), y que no entiende por que el mundo es tan complicado, por ejemplo por que tienen que llevarse mal personas de diferentes religiones, siguen siendo personas ¿no?, son la clase de preguntas que se hace Brutha. Om es otro cantar, es bastante egoísta y como no, lo de ser dios lo tiene un poco subido a la cabeza, pero curiosamente Brutha le hace aprender que los humanos sentimos, también sufrimos, que tenemos derecho a la vida, y que no tenemos por que adorar dioses que nos machacan, curioso que "el tonto" enseñe algo a un dios. Esta tortuga es uno de los personajes que más me han gustado, sus frases de dios prepotente son imprescindibles. Nos encontraremos también varios filósofos, una de las mejores partes del libro es la explicación de como funciona la profesión de filósofo.

También tenemos al masacrador Vorbis, el jefecillo, el que maneja la Quisición, es decir si no hacéis lo que el dice, o creéis como él dice... os... tortura tiernamente. Un hombre muy agradable, dentro de toda su crueldad, ya que no cabe duda de que aplastaría a un gatito y eso le haría feliz.

Brutha y Om, hacen un viaje desde Omnia donde la religión es lo único y la Quisición ordena y manda, hasta Efebia, donde viven los filósofos, que mucho reflexionar y hablar pero luego ven esencial tener esclavos, de todo esto habla Terry, sin perder el humor y sin tomarse las cosas demasiado en serio, como a mí me gusta.

Este libro es el más reflexivo de los que he leído hasta ahora (de Mundodisco), es como un caramelo de reflexión envuelto con una completa comicidad. Para los que habéis leído a Terry, este libro os gustará seguro, y para los que no os habéis lanzado, de verdad os lo recomiendo, yo no habría leído nada de Mundodisco si no fuera por recomendación, creo que no me habría llamado la atención, y sin embargo me encanta.
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No suelo leer fantasía, no es mi tipo de género y me cuesta bastante. Este libro no ha sido una excepción. Prachett me ha sorprendido con su manera de escribir y de, a través de la fantasía, contar realidades que más de una pensamos y que muchas veces no somo capaces de admitir. Para mi entender, es una lectura difícil y el hecho de no tener capítulos la hace aún más complicada.
Este libro autoconclusivo, está dentro del Mundodisco, base de la mayoría (sino todos) de las historias de este autor. En dioses menores, nos encontramos un muchacho analfabeto y bonachón que se convierte en el Elegido por el dios Om, el cual se presenta ante él en forma de tortuga con un ojo ciego. Todo lo contrario a lo que todos los omnianos esperan, un dios en forma de león o toro bravo. Las aventuras que ocurren entre estos dos personajes, unidos a la santa exquisición y la estructura omniana, hacen que pase de todo en esta historia tan real como satírica.

Pese a no ser el tipo de género que acostumbro y que si no fuera por el Club de lectura jamás hubiera leído, no me ha disgustado, aunque sigo pensando que la fantasía no es lo mío.

Tenía muchas ganas de leer este libro porque lo ponían como uno de los mejores del Mundodisco. Es una pena, pero para mí no lo ha sido.
La primera mitad del libro se me hizo bastante aburrida, pero por suerte, a partir de ahí mejora. Aún así, aunque suelo disfrutar de los diálogos absurdos de Pratchett, los de este libro no me han parecido tan buenos.
Por otro lado me ha gustado mucho el personaje de Brutha, y las cosas que le ocurren durante la historia. Los demás personajes apenas me han dejado impresión. El dios Om, como personaje, también me ha gustado mucho, aunque a veces se pasaba de rosca. Y por supuesto, siempre agradezco los cameos de la Muerte.
El libro, como crítica, está bastante bien, y toca conceptos de manera llana e interesante. Aparte de eso y de Brutha, no ha sido de mis favoritos de la saga (incluso "Mort" me gustó más).
En fin, no está mal, pero esperaba más.

Tenemos al dios Om, un dios menos “cualquiera”, que por casualidades de la vida se ve convertido en una tortuga –en vez de en toro, como venía siendo hasta entonces-, el águila que lo captura para comérselo y lo lanza, no tenía previsto que fuese a caer en el huerto del hermano Brutha, un novicio rechoncho e inocente… poseedor de una memoria impresionante.
Y que además resulta ser la única persona que oye la voz del dios.
Para devolverle su poder, se ven envueltos en una espiral de todo un poco, pasando por tomas de ciudades, quemas de bibliotecas, laberintos o peleas de filósofos.

Acompañaos a nuestros protagonistas mientras se preguntan –debates incluidos- sobre el mundo como tal, veremos la teoría del mundo como lo conocemos todos vs. el Disco sujeto sobre una tortuga.
Entre guiños a Santo Tomás de Aquino, Sartre, Diógenes o Aristóteles, descubrimos que si todo el mundo deja de creer en un dios, este acaba por desaparecer. Pero sobretodo, conoceremos a Om… y a varios de los profetas que dicen predicar su palabra divina.

Como siempre, el autor nos deja situaciones hilarantes y buenísimos diálogos, aunque en esta ocasión me ha parecido un libro algo más “serio”, del que –eso sí- se puede sacar mucho mucho jugo.
La verdad es que, aún estando plagado del sarcasmo que acostumbra, es el primer libro del autor que me ha hecho reflexionar, ya que hay (como ya dije antes) muchas pullitas al fanatismo religioso, crímenes en nombre de la Iglesia o la filosofía.
Personalmente, aunque no sea el que más carcajadas me ha arrancado, lo he disfrutado igualmente, diría que es uno de los mejores libros del autor –al menos de los que levo leídos hasta ahora- y, por supuesto, lo recomiendo sin dudarlo.
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De los mejores de la saga Mundodisco. La sátira que hace a las religiones y a las guerras es tan válida hoy en día que no se notan los veinte años que han pasado desde que lo escribiera. El gran acierto de Terry Pratchett es disfrazar de humor absurdo las grandes preocupaciones, preguntas y problemas que tienen las personas. Y eso no es nada sencillo.