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Este libro llegó a mis manos como regalo de Navidad y apenas tenía información sobre él cuando lo empecé a leer. No sabía qué esperar, y quizá por ello me haya sorprendido tanto. Rosella Postorino no nos cuenta la Segunda Guerra Mundial a través de los ojos de la protagonista sino que nos cuenta la vida de esta mujer que se ve obligada a convertirse en catadora de Hitler y las consecuencias que esto tiene en su vida. El conflicto bélico influye a todo el mundo, pero apenas aparece reflejado en la novela de una forma directa. Son las consecuencias de la guerra y cómo afecta psicológicamente a las personas lo que Postorino nos cuenta en La catadora. La forma en la que está narrada la historia resulta de lo más estimulante. Conocemos absolutamente todos los pensamientos que pasan por la cabeza de Rosa, la protagonista; sus deseos, sus miedos más profundos... Y esto lleva a que a veces dudes de que lo que está contando sea real o simples ensoñaciones al más puro estilo Otra vuelta de tuerca. La historia en sí, es decir los hechos que se narran, no son especialmente interesantes. No es un libro que te mantenga en tensión, con un ritmo frenético y giros de guión que te sorprendan sino que es un libro que se centra mucho en los personajes. Los vas conociendo poco a poco, te vas encariñando con ellos y comprendiendo mejor sus actitudes y para el momento en el que el libro se acaba sientes un vacío al tener que despedirte de ellos. En definitiva, no creí que La catadora me fuera a gustar tanto cuando empecé a leerlo, pero es una de esas historias que se va cociendo a fuego lento y que finalmente se disfrutan y hacen reflexionar. |
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