Y Julia retó a los dioses

En esta novela, Posteguillo continúa la historia de Julia Domna, emperatriz de Roma, mujer de Septimio Severo. Es, por lo tanto, una continuación de “Yo, Julia” por lo que han de leerse en orden.

Si en la primera novela conocimos los primeros años de Julia, su matrimonio con el que sería emperador de Roma Septimio Severo y sus tejemanejes para acceder al trono, en esta novela veremos lo que tiene que hacer para mantenerse en él. Porque a Julia no le basta con haber llegado a lo más alto: quiere mantenerse ahí y que, cuando ella falte, le sucedan sus descendientes. A Julia no le sirve con que su marido y ella hayan sido nombrados augustos; ella lo que siempre ha pretendido es fundar una nueva dinastía. Y, por lo tanto, tiene que estar ojo avizor para mantenerse en el trono no sólo mientras ellos sigan vivos, sino después. Enemigos externos: no sólo extranjeros sino otros romanos que quieren hacerse con el poder, el Senado que la sigue viendo como una extranjera, rebeliones, traiciones… y luchas en su propia familia. Porque sus dos hijos, a los que ella quiere ver gobernando en un futuro, no se pueden ni ver. Su enemistad, la envidia entre ambos, está enconada y eso no puede acabar bien. No es el único problema familiar al que Julia deberá enfrentarse, ni mucho menos. Si a eso le unimos la guerra contra Partia, los últimos años de la emperatriz no van a ser nada fáciles. Máxime cuando está aquejada de una enfermedad mortal.

Esta segunda novela me ha encantado, tanto o probablemente más que la primera “Yo, Julia”. Julia me sigue pareciendo una mujer fascinante (aunque no apruebe, ni mucho menos, todo lo que hizo) y que el autor haya elegido contar la historia de ese período de la historia de Roma desde el punto de vista de la augusta y no del de su marido, me parece un gran acierto. Julia no da puntada sin hilo; conoce todo lo que pasa en su imperio y va siempre un paso por delante de sus enemigos. A veces se pasa de lista, no lo voy a negar. Aún así, su fortaleza me ha encandilado. Aunque, como digo, hace muchas cosas que no apruebo pero al final da una explicación que hace que la entiendas y que, en cierta forma, aplaudas cómo actúa en cada momento.

La ambientación histórica es magnífica. Es cierto que Posteguillo es un gran conocedor de la historia de Roma y no son éstos los primeros libros que sobre ella escribe pero, aún así, hay que quitarse el sombrero ante él. Hay veces que te planteas si no habrá descubierto la forma de viajar en el tiempo y se habrá pasado un par de añitos en la Antigua Roma porque es que, de verdad, parece que hubiera estado allí y hubiera conocido a Julia, Septimio, Antonino, Geta, Galeno y todos los demás. Y es que ese es su gran acierto: hacer reales a los personajes. Todos ellos están caracterizados a la perfección y traspasan el papel; son absolutamente creíbles. Vamos., que si por casualidad leo otro libro en el que aparecen alguno de ellos y no son como Posteguillo los dibuja, tacharía al otro pobre escritor de mentiroso.

Esta biología sobre Julia es una auténtica lección de historia. Sin darte cuenta, aprendes muchísimo sobre la época; en múltiples aspectos: política, sociedad, forma de vida en el imperio… Y lo mejor de todo es que lo haces sin darte cuenta, sin ningún esfuerzo. Porque estos libros son instructivos, sí pero, sobre todo, son entretenidos. “Y Julia retó a los dioses” es una novela entretenidísima, muy ágil, yo diría que incluso un “page-turner”. Siempre están pasando cosas, el ritmo no decae en ningún momento, te incita a seguir leyendo… Son ochocientas páginas pero no se hace larga sino más bien lo contrario: no me hubiese importando que se alargara otras doscientas páginas más.

Me ha gustado mucho el punto de originalidad que le aporta a la historia el tema de los dioses y me ha encantado el final (y hasta aquí puedo contar).

Conclusión final

“Y Julia retó a los dioses” es, como ya lo fuera “Yo, Julia”, un novelón. Un libro de diez que recomiendo incluso a los no aficionados a la novela histórica (al fin y al cabo, a mí no me gustan las “novelas de romanos” y ésta me ha encantado). Una novela de diez que estará entre mis mejores lecturas del año.
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