Trilogía Africanus

¡Y a los legionarios que me habéis seguido desde Hispania solo os recordaré que allí jurasteis seguirme hasta el mismísimo infierno! ¡Sea, entonces: bienvenidos todos al infierno!

Que los dioses estén contigo...
[...]
... si es que alguno soporta tu compañía.

Una batalla se puede ganar con el corazón, pero una guerra sólo se gana con la cabeza.

A fuerza de soportar mucho, llegará lo que no pueda soportarse.

Supongo que es fácil no hacer algo pequeño y exigir a los demás que hagan algo grande.

No es superfluo lo que uno necesita para vivir con paz de ánimo y cada uno tenemos derecho a necesidades distintas.

Veo que me va a costar sacarte las palabras. Eres un hombre difícil de trato para alguien que vive de hacer reír a la gente.

Tito Macio, eres hombre de muy pocas palabras para alguien que las sabe usar tan bien cuando escribe.

Tras la caída de Capua y su retirada de las puertas de Roma, todos pensaban que el general cartaginés estaba medio vencido, pero Fabio era bien consciente de que en esos momentos Aníbal no era sino un león herido y todos saben que lo más temible que hay en el mundo es una fiera herida.

No me gustan los hombres que no tienen alguna debilidad, desconfío de ellos. Creo que en cualquier momento pueden explotar, derrumbarse al haberse creído siempre por encima de los demás. Los que se han emborrachado o han perdido la cabeza por una mujer en alguna ocasión saben que todos somos vulnerables, y eso es importante, ser conscientes de nuestras propias limitaciones.