Circo Máximo

Quizás Santiago Posteguillo no sea un escritor virtuoso. En ocasiones es reiterativo, excesivamente maniqueo con sus personajes, incluso poco verosímil en algunos diálogos, pecando de peliculero. Pero lo grande de sus novelas no está en el cómo si no en el qué. La gran virtud de Posteguillo es la forma en que logra hacerte viajar al pasado en una experiencia totalmente inmersiva, como si llevases una gafas de esas 3D. Las batallas, las carreras de cuádrigas, las formaciones militares, las increíbles obras de ingeniería romanas. Todo aparece frente a ti de forma tan fidedigna que parece que lo estés viviendo. Más que un escritor, es un profesor que logra darte la más amena de las clases. La historia de Roma es tan potente que al Sr. Posteguillo no le hace falta ser el mejor escritor de novela histórica. Él sabe que terreno pisa, se encuentra muy cómodo en esos menesteres y logra, a pesar de las carencias convertir esa historia en algo apasionante. Es una gozada, Sr. Posteguillo, aprender tanto de historia antigua con usted.