Cinco moscas azules

La novela está contada desde el punto de vista de varios personajes, aunque a su vez es un relato a posteriori realizado por el personaje principal, Rafael Molinet, un hombre maduro, que vive en Londres, descendiente de una familia con posibles pero venida a menos y que ha ido viviendo de las apariencias y de sus pocos escrúpulos. Es un personaje mentiroso, nos va contando la historia a su manera, dándonos los datos conforme le resulta más provechoso y ocultando otros con el mismo fin.

La decadencia en la que se ve estancado le lleva a plantearse el suicidio, pero siendo nuestro personaje tan especial, no se suicidará en el sórdido apartamento en el que malvive, sino que se irá a un balneario de lujo en Marruecos a pasar sus últimos días de la mejor forma posible y por cuenta de la casa.

El misterio lo introduce una sobrina de Rafael, que de viaje de negocios en Londres queda a almorzar con su tío y le cuenta una historia escandalosa que se rumorea entre la gente bien de Madrid. Mercedes Algorta, viuda reciente, es la culpable de la muerte, por omisión de socorro, de su marido por haberlo pillado in fraganti cometiendo adulterio con una amiga de ella. Se dice que se atragantó con una almendrita y ni la amante, ni la esposa dieron la voz de alarma para salvar su vida. La una por miedo a ser descubierta en una actitud poco decorosa con el finado, y la otra en venganza a sus muchas infidelidades.

Este rumor es el aliciente para que el protagonista, y el propio lector, se embarque en la búsqueda de pesquisas, informaciones, correveidiles y conjeturas con el fin de aclarar si Mercedes en culpable o no.

Con un personaje principal con toques de remilgo, pedantería y cursilería al más estilo Hercule Poirot, la historia nos llevará a un balneario en el que coincidirán varios personajes clave en la historia. Cada uno de ellos nos dará su opinión y pondrá su granito de arena para, al final de la historia no llegar a esclarecer lo que ocurrió realmente aquella fatídica noche.

La novela está escrita de una manera maravillosa, con un lenguaje bien estructurado y fluido, con palabras cultas sin resultar pedante, y cargado de fina ironía. Cada capítulo comienza con la una cita que da nombre al capítulo en cuestión y que están sacadas de manuales de etiqueta para mujeres escritos a finales del siglo XIX en su mayor medida, y no tienen desperdicio. Por ejemplo, se nos explica cómo ha de comportarse la viuda en el funeral, o qué ha de hacer una mujer para ser elegante. Nada más que por leer las citas merece la pena leer esta novela.

Especial mención merece el capítulo en el que el personaje principal nos cuenta las circunstancias de la muerte de su padre. Consigue conmover y comprender el porqué de su proceder en la vida.


Esta novela ha sido la última lectura del año en el club de lectura de mi biblioteca y en general no ha gustado mucho debido a que nos hemos quedado todos con las ganas de saber si los rumores eran ciertos o no.


Es verdad que no es la mejor novela que he leído de Carmen Posadas, y que el lector queda algo frustrado por no saber a ciencia cierta qué es lo que ocurrió en la muerte del marido de Mercedes, pero la escritura de esta autora siempre consigue atraparte y disfrutar con el placer de leer.


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