Hielo: Bitácora de una expedicionaria antártica

Hay dos maneras de contar una travesía: Leyendo mucho sobre ella y haciendo la mejor conexión entre todas las historias que se cuentan, o viviéndola en cuerpo propio. Este es un libro sobre la segunda opción.

Ángela es de las autoras que leo desde que era niño pues tiene una colección de divulgación de la ciencia para niños en donde la tía Abigaíl —una periodista científica, como la autora en cuestión— lleva a sus sobrinos a su trabajo de campo para recoger todo el material para sus reportajes. Entonces para mí fue una completa sorpresa cuando supe de este libro, pues sabía ya que me esperaba.

El libro viene bellamente decorado con fotos de lugares, personas y objetos que han marcado la historia de la exploración antártica y un par de objetos de la colección de recuerdos de la autora. Es una edición que parece casi salida de un número muy largo dedicado exclusivamente al continente blanco ¡Algo fenomenal!

El libro sigue el hilo no solo de los viajes que la autora ha emprendido a lo largo de su carrera como periodista científica al sur del mundo, sino que es acompañado también de los pasajes más relevantes de las historias de tantos exploradores que han viajado por múltiples motivos en más de cien años a la Antártida. Una manera muy bien pensada y que muestra todo el amor de parte de la autora por este lugar de ensueño.

Plagado de datos interesantes sobre el continente, su fauna, su historia, las formas de llegar allá, la vida cotidiana, los proyectos científicos en el continente, etc. el libro es completamente absorbente de principio a fin.

El libro llega en el momento justo pues Colombia está dando sus primeros pasos en la exploración del continente y textos como este sirven para despertar el interés sobre el asunto en el colombiano de a pie, que a veces piensa que lo que hacen los científicos es trivial y no le incumbe, otro elemento que sobresale en el libro y que se apoya en como ha cambiado el continente a causa del calentamiento global y en todas las preguntas que se pueden responder gracias a la investigación que se realiza en la Antártida.

Ahora queda pendiente poder ver pronto la película que han grabado allí y leer En las montañas de la locura porque tanta referencia sobre el libro me mata y no puedo vivir con eso.