InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
>

Crítica de Reader_K


Reader_K
28 March 2021
Empiezan a abundar las novelas en las que alguien contemporáneo decide dejarlo todo, por las razones que sea, e irse a vivir al campo. No sé si la pandemia que aún padecemos y la subida en la cotización de simpatía de la España vaciada tiene algo que ver, pero el fenómeno es indudable. Alguien deja la ciudad y se va al campo. Eso es lo que hacen los protagonistas de la última, y adelanto ya, extraordinaria novela de Edurne Portela, “Los ojos cerrados”.

Ariadna y Eloy son una pareja ya madura, quizá aproximándose a pasos agigantados a la cincuentena, que deciden marchar a vivir al pueblo de la familia de Ariadna para intentar allí superar la crisis matrimonial que arrastran desde el asfalto. No sabemos de qué ciudad huyen ni donde está el pueblo en el que se refugian, Pueblo Chico, lo que viene a crear esa sensación de estar ante una historia universal. Da lo mismo el origen, da lo mismo el destino.

Pero en esta la tercera novela de Portela nada es lo que parece. Empezando por la novela como tal. En un alarde literario digno de elogio, la autora empieza su texto presentándonos a uno de los protagonistas del libro sin saber todavía quien es. Se trata de Pedro, un alter ego de la derrota, de quien sabemos sus avatares personales en su terrible niñez, en su no menos dura juventud y madurez, para encontrarlo ya, en edad avanzada, siendo el nexo de comunicación entre Ariadna, el pasado de esta y Pueblo Chico.

Pero Portela nos engaña en esas tres primeras primorosas páginas, haciéndonos creer que esa voz todavía anónima, será la relatora de la historia. En el siguiente capítulo, un narrador omnisciente nos cuenta una terrible escena nocturna, pasada ya la guerra civil, que nos adelanta el terrible futuro que acecha a Pueblo Chico. En el tercer capítulo, la escena ya recorre el mundo actual, y sigue presentándonos personajes, uno detrás de otro. A alguno ya nos suena de las páginas anteriores, con cincuenta o sesenta años más. Otros son nuevos. Los tres registros literarios son completamente diferentes, y se saltean y desordenan a lo largo de la novela hasta dotar a la misma de un corpus casi perfecto.

Y así va desgranándose una historia plena de violencia soterrada, de silencios cómplices, de miedos y envidias, de secretos y enigmas, algunos se desvelan, otros se intuyen, los menos siguen el curso del anonimato... Aunque uno puede intuir por donde van a ir los tiros, lo cierto es que el final de la novela lo cambia todo. Lo cambia hasta el extremo de asumir que estamos ante otra novela diferente a la que acabamos de leer.

Aunque no soy nadie para aconsejar a los lectores como deben enfrentarse a “Los ojos cerrados”, vaya por delante dos humildes sugerencias. al estilo de un modesto y más pequeño “Cien años de soledad” o “La casa de los espíritus”, no está de más que el lector vaya creando el árbol genealógico del pueblo. No son muchos los personajes, pero si los suficientes como para dudar en las relaciones, amores y amistades que unen y entretejen las relaciones sociales y asociales del pueblo, en el pasado y en el presente: las relaciones son el pilar sobre el que se sustenta buena parte de la novela; por otro lado, al margen de afrontar la lectura de “Los ojos cerrados” de una manera pausada y tranquila, tal y como aconseja la autora, yo animo a que recién acabado el libro, vuelvan a releerlo. Conociendo el final, uno tiene la sensación, ficticia o real, de tener entre sus manos otra novela diferente.

Pero, en cualquier caso, una novela extraordinaria. Aunque estemos acabando marzo, me atrevo aventurar que “Los ojos cerrados” será una de las novelas del año. al tiempo.
Comentar  Me gusta         10



Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro