El alma del vampiro

El alma del vampiro ( Lost Souls) es la novela con la que debutó Poppy Z. Brite en 1992 y con la que alcanzó cierta fama mundial. Una nueva vuelta de tuerca a la figura del vampiro, muy influenciada por la época en la que está escrita y por la revisión previa orquestada por Anne Rice en sus crónicas vampíricas. Y me atrevo a decir que también veo ciertas influencias con películas como Lost Boys o Los viajeros de la noche, pero esto ya es cosecha totalmente mía.
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Cuando hablo de la influencia de la obra de Rice me refiero a las nuevas premisas a las que abrió un género hasta entonces bastante encasillado en los tópicos clásicos. Esta apertura permitió nuevas formas de afrontar el mito, lo modernizó, y en cierto sentido, le quitó esa aura romántica que lo envolvía. En El alma del vampiro, Brite va mucho más allá. El mundo que nos presenta es decadente y marginal, igual que sus personajes. Se mueven en la desesperación, en la falta de oportunidades, en el límite de lo socialmente permitido. También son el resultado de millones de frustraciones y de sueños perdidos: son la América del desengaño y la falta de esperanza. Y en este ambiente es fácil que se cuele cualquier criatura sedienta de sangre que prometa sólo vivir el momento, porque el futuro está claro que no existe.
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La novela tiene sus altibajos hasta que empiezas a meterte en ambiente. Una vez dentro el viaje no tiene vuelta atrás. Lo que empieza siendo una historia poco creíble, incluso llena de tópicos adolescentes ( permitidme esta licencia, yo hace tiempo que los pasé), acaba siendo un cúmulo de sensaciones agridulces, con gente que no para de errar una y otra vez y aún así sigue adelante. Hay sangre, gore y sexo explícito. Hay amor y violencia. Hay dolor y desesperación. Y también hay algo de redención, pero no mucho. Un compañero de Bookstagram me comentó que era la versión heavy metal de los vampiros de Rice y, sí, pero no es tanto heavy metal, es más Bauhaus y Joy Division. No es sangre y rabia, es sangre y dolor.

Este libro lo leí hace años por recomendación de mi profesor de literatura universal y me gustó mucho, aunque tambien debo decir que sufrí bastante con algunas escenas demasiado fuertes para mi estómago.