Si dijéramos la verdad

¿Qué es la honestidad? ¿Somos todos de verdad honestos cuando se supone que deberíamos serlo?
Cuando empecé este libro, pensé, “Que bonita idea esa de escribir tus más profundos sentimientos y soltarlo a la vida”, pero conforme fui avanzando en el libro me he dado cuenta de que lo que puede ser tu verdad en un momento dado o tu honestidad, puede o no ser una realidad o puede ser una realidad manipulada, es decir, puede ser tu realidad distorsionada o bien puede que no seas totalmente honesto contigo mismo aunque asumas que nadie se va a enterar.
El libro me ha gustado, creo que el argumento tiene su punto interesante y sus personajes un poquito si que me han robado el corazón, de hecho, creo que lo mejor del libro son ellos.
Julian un hombre mayor de 85 años que es pintor y en su momento fue un pintor renombrado, es un hombre en apariencia solo, pero lo que le pasa es que lo han dejado vivir con su propio ego, sin embargo, me ha gustado mucho, me cae bien.
Monica, una mujer que presume de feminista, de ser inteligente, fuerte, independiente pero que por dentro es simplemente una persona sola y bastante buena
Hazard, me ha parecido el mejor personaje de todos, esa reivindicación de vida, la lucha constante de verse en el espejo y que no le gusté lo que ve, me parece el más honesto de todos
Riley, un niño en el cuerpo de un hombre, personifica a la bondad y la inocencia, me ha caído super bien, pero dudo que la vida se pueda vivir con su filosofía, soy demasiado practica para poder comprenderlo
Alice, es la clásica y típica joven de hoy en día, una realidad completamente distinta a lo que muestra
Y así cada personaje me ha dejado un granito de sabiduría, así que, aunque la historia me ha gustado, de quienes me he enganchado ha sido de todos ellos.
Lo cierto es que es un libro con un bonito mensaje, es entretenido y divertido en momentos, sin embargo, me parece que la autora ha rizado un poco el rizo innecesariamente en algunos momentos y por ende he sentido que le sobran páginas, nada que realmente me molestara pero fue así como lo he sentido
Honestamente me encantaría saber si algo así sucediera en la vida real, me encantaría pensar que la gente no se mostraría indiferente y me gustaría creer que seguirían el juego de las confesiones, pero no sé, me parece últimamente que hay tanta indiferencia en la gente que no lo veo, pero bueno, es bonito pensar que la gente podría, todavía, involucrarse de esa manera

El libro me lo recomendó una amiga. Y como sus recomendaciones siempre han sido buenas lo empecé a leer. No tiene nada que ver con mis lecturas habituales. Me gusta el desarrollo del libro. Vamos conociendo a los personajes uno a uno. El primero en entrar a formar parte de esta historia es Julián, él será, por decirlo de algún modo, quién empieza a hacer rodar la bola de nieve que se irá haciendo más grande. La forma de hacerlo es muy sencilla deja una libreta sencilla, de esas que usábamos en el colegio, junto a Mónica, en la cubierta aparece escrito “El proyecto de la autenticidad”. Mónica será la primera en leer el cuaderno, aunque es cierto que al principio le da un poco de reparo, al final sigue las instrucciones y continúa con la cadena y de esta forma iremos conociendo poco a poco los secretos más íntimos de nuestros personajes. El siguiente será Hazard quien al final aunque un poco receloso se unió al proyecto, quien Hazard quien le entregue la libreta a Riley, la libreta llegará Alice y después Lizzie. al final este proyecto que empezó Julián pensando que no tendría ningún éxito nos irá mostrando una bella historia en la que por las circunstancias todos personajes terminan conociéndose y lo más importante sabiendo la verdad de estas personas. de por sí resulta ser sincero y contar nuestros mayores secretos, todos los tenemos, pero la idea de que nadie sepa quien eres te dará en el fondo el valor suficiente para hacerlo. El problema surge cuando estas personas que en su vida cotidiana no se habían juntado acaban uniéndose por dicho proyecto. lo que desencadena un torrente de emociones, se crean amistades, se ayudan entre ellos pero no todo es de color de rosas también crea conflictos, porque quien iba a pensar que al final la vida de estas seis personas tan diferentes fuera a unirse de alguna forma. La historia nos muestra que es la amistad, el ser solidarios con las personas que tenemos al lado y que dejemos de centrarnos solo en nosotros mismos y conozcamos a la gente que nos rodea.

"Si dijéramos la verdad" es una lectura que he disfrutado y devorado de principio a fin.
Lo primero es destacar la portada tan preciosa que Grijalbo ha ideado para esta novela. Los colores son llamativos y el contraste del dorado le da un toque muy original que hace que el lector se sienta atraído por ella.
Me ha gustado mucho como Clare Polley, su autora, nos va narrando la historia, y el toque personal que le ha dado a cada personaje. Quizá os preguntéis porqué digo esto, pero es que, al acabar la novela, y leer los agradecimientos, descubriremos que cada personaje, tiene un poquito de la autora. Así que pueden ser perfectamente reales, quizá por eso, en mi caso, haya simpatizado tanto con ellos.
La idea de la libreta de "El proyecto de la autenticidad" me ha enamorado completamente. Me ha parecido muy original. Y sobre todo el enlace de cada personaje involucrado en ella. Que todos, aparte de escribir en ella, quieran ayudar a las personas sobre las que anteriormente han leído, me ha emocionado mucho. Una historia llena de solidaridad, amor y amistad.
Pero sobre todo, llena de vida, de sentimientos, de verdad y también de mentiras. Por que aunque la libreta se llama "El proyecto de la autenticidad", pronto iremos descubriendo que lo que en realidad cada persona cree verdad, al final no lo es, o la percepción cambia, o simplemente eran ciegos a la realidad, era más fácil inventar una mentira hasta creérsela.
Todo esto va a provocar que el lector se replantee su propia vida, su situación y su presente, tal y como realizan quienes escriben en la libreta. Merece la pena pararse unos segundos a reflexionar, y pensar que verdad querríamos nosotros contar, pero siendo honestos con nosotros, y no adornándolo.
Durante la lectura de "El proyecto de la autenticidad", iremos saltando de mano en mano, en función por quién pasa la famosa libreta. Son un total de 6 protagonistas, con los que seguramente simpaticemos, y parezca que conocemos de siempre, con algunos más que con otros, pero todos tienen su aquel.
Cada capítulo está señalado sobre quién iremos a leer, y además viene con un pequeño dibujo en blanco y negro que representa al protagonista. Aunque que en ese capítulo leamos sobre alguien en concreto, no quiere decir que la autora deje de lado al resto, ya que están presentes en todo momento.
El curioso grupo que forman finalmente gracias a "El proyecto de la autenticidad", no podría ser mejor. Cada uno aporta algo, y al final entre todos nace ese sentimiento de camaradería y amistad.
Es una lectura que he leído con una sonrisa en la cara continuamente, y en algunas partes como en el final me he emocionado, ya que también nos depara alguna que otra sorpresa su lectura.
En resumen, "Si dijéramos la verdad" ha sido todo un descubrimiento, y estoy segura de que será una de esas novelas que acabe releyendo.

La vida de seis desconocidos, muy diferentes entre sí, acabará uniéndose gracias a una pequeña libreta donde Julián, un hombre mayor que ya no tiene esperanzas, cuenta la que cree su verdad y deja la libreta en la cafetería donde Mónica trabaja.⁣
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Poco a poco se van enlazando la vida de nuestros personajes, con el fondo de Londres y del acogedor Café de Mónica donde ocurrirán la mayoría de los encuentros. Me han encantado los personajes, cada uno con sus luces y sus sombras y con su verdad, que a veces no coincide con la realidad.⁣
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Es un libro emotivo, actual, que nos muestra que la sociedad a veces nos coloca en una situación en la que no nos sentimos agusto ni con los demás ni con nosotros mismos y otras veces, nos hace conformarnos con mucho menos de lo que nos merecemos.⁣
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Nos muestra la amistad, el apoyo, las dificultades y sobre todo, como, por mucho que cara al público parezca ir todo bien, detrás muchas veces hay gente que siente, que llora y que sufre. Me ha parecido un libro ágil, que se lee como un fluir y que te emociona hasta hacerte llorar en alguna ocasión.

En cuanto vi este libro en el catálogo de la editorial pensé «este es de los míos», ya con ver la portada me transmitió algo positivo algo así como «tienes que leerlo», la sinopsis terminó por convencerme. Debo confesar que cuando leí la quote de la faja me vino a la mente un «a ver si es verdad».

Algunos denominan este libro como de temática 'Feel Good', no soy mucho de etiquetas pero intentaré a lo largo de la reseña explicar qué encontraréis a través de las cuatrocientas y pico páginas, sin hacer spoiler.

Desde el primer momento ya engancha porque ya comienza el misterio, un señor entrado en años (no revelaré la edad ya que él tampoco lo tiene muy claro o intenta ocultarlo), decide crear el «Proyecto de la autenticidad» escribiendo en una pequeña libreta parte de sus vivencias, sus deseos más profundos y frustraciones, invitando a continuar con su cadena a todo aquel que tenga la libreta en su poder. Así, deja el cuaderno en una cafetería y empieza a girar el engranaje de la maquinaria.

Así, conoceremos la vida de Julian, Monica, Halzard, Riley, Alice y Lizzie, y de algunos más que aunque no dieron con la libreta sí que forman parte de esta historia.

Tenemos punto de vista de estos seis personajes, primero empezaremos con los tres primeros que son los más relevantes por así decirlo. Cada capítulo está contando desde la perspectiva de uno de estos personajes, al comienzo del mismo hay una referencia a cada personaje: paleta de pintor para Julian, taza de café para Monica, champán para Halzard... los capítulos no son nada extensos y esto hace, junto al estilo de la autora, que el libro se lea en nada (a mí me duró menos de un día y me regaló un par de ojeras).

No sé con qué historia quedarme puesto que a medida que avanzas va cambiando la balanza. al principio no casaba con Monica, me dio la misma impresión que tuvo Halzard con ella al conocer su historia pero al poco le acabas cogiendo cariño, es metódica, algo maniática y muy altruista. Desde el principio me "posicioné" con Halzard a pesar de ser la oveja negra y el más controvertido, pero se veía que tenía buen fondo y que era más fachada que otra cosa. Riley es un cacho de pan y con Alice y Lizzie al ser las últimas no acabé empatizando tanto como con el resto, aunque me hubiera gustado tener unos capítulos más sobre Alice.

No os voy a contar la historia de cada uno ni cómo se entrelazan, el nexo está claro: la libretita. Ahora queda en vuestras manos si queréis conocer sus vidas y evoluciones. Por si os estáis preguntando si hay romance os digo que sí, no sabría deciros si es el tema principal porque se reñiría con otro importante como es encontrarse a uno mismo. Pero el romance sí tiene una carga muy importante en este libro, sobretodo para un personaje en concreto: Monica (¿o alguno más?). A veces los parámetros son difusos pero sí que la catalogaría como novela romántica, pero si la queréis llamar 'feel good' para que quede más moderno pues vale. Para que os hagáis una idea, el estilo de la autora es tipo Manuela Inusa en la saga Valerie Lane y también el nivel de romance.

A ver cómo puedo extraer yo el concepto de esa etiqueta "feel good", nueva para mí también, si tuviera que definir este libro creo que tengo que señalar varios pilares, fundamentales en esta historia: en lo simple está la dificultad, con esto me refiero tanto al estilo de la autora como a la propia idea, consigue enganchar de principio a fin, es original y tiene dos giros interesantes que no me esperaba; es una novela que transmite buen rollo, a pesar de todos los problemas de los personajes. El lector se puede identificar con algún personaje fácilmente, ya que tanto por las distintas formas de ser o los diversos problemas o incluso las diferentes profesiones, creo que es difícil no empatizar con alguno de ellos (o con los secundarios).

Durante la lectura y al final, me transmitió lo mismo que cuando vi «El exótico Hotel Marigold»: un momento de relax y de desconexión. Hay situaciones divertidas, tristes, románticas, originales y reflexivas. Solo me queda recomendarlo y pedir más libros de esta autora.

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