Y así, joven y abismado en la locura, me enamoré con melancolía. |
Y así, joven y abismado en la locura, me enamoré con melancolía. |
[...] con la mañana me abandonará, como antes me abandonaron mis esperanzas.
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Pero los sueños, para aquellos que como yo sueñan, con ambición, son condena, y muerte. |
¡Oh, ella merecía todo el amor! El amor -como fue el mío en la niñez- |
aquí sin nombre, para siempre jamás.
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Desprecio que aquel mi terrenal hado tenga tan poco de terrenal que hayan sido olvidados los años del amor en la desidia de un instante; no me aflige que los solitarios sean más felices, amor, que lo soy yo, sino que te aflijas tú por el hado de quien no es sino errante. |
¿Deseas ser amada? ¡Que tu corazón pues, no se deje de esta senda! Sé lo que ahora eres, nunca seas lo que no eres. De este modo, tu gentileza con el mundo, tu gracia, tu más que excelsa belleza, serán tema infinito de loa, y el amor, mero servicio. |
Cuando las gemas de tu pensamiento me devuelven tan inmaculados orbes y tu corazón los atesora, me cuesta saber a qué mayor altura conceder: si a tus brillantes ideas o a tus amados ojos brillantes. |
Profundo en tierra yace mi amor, y debo llorar a solas. |
"Aunque el adiós me sea duro, es necesario que me aleje de ella: como mi pobre razón concibe, otro y no yo goza de su favor, por lo que, como un arenque ahumado, nunca sentí una sed mayor. Es para mí una situación penosa: ¡Dios quiera escuchar mi clamor!" -Edgar Allan Poe- |
Marinero en tierra