La verdad sobre el caso del señor Valdemar

Extraordinario relato de Poe con un final marca de la casa.

Al autor le basta una sala, un muerto y un experimento de hipnosis para lograr tensión y angustia, el resto es capacidad de desarrollo.

Su prosa es envolvente, alta definición al servicio del lector, letras que dibujan a la par decorado y sensación, la magia de transportar en la palabra, imágenes y ordenes a tu cerebro.

Terror elegante.

Sufre el alma, no la literatura, belleza negra.

El alquimista que transforma sangre en hielo, así es Poe, como mínimo inquietante.

¿Recurrente? Sí, pero hecho con estilo...divinas palabras.

Para mi no hay otro igual, él y sus circunstancias contra el resto del mundo.

Hay quien tiene la cabeza llena de pájaros, yo solamente tengo un cuervo.

Se lee en un suspiro y el final es...
Alto, tendrás que leerlo y poner tu adjetivo.

La muerte que engaña a todos, menos a si misma.

Otra vez Poe, esto podría confirmar mi hipótesis de que no es un imaginado sino que siempre estaba en el lugar y hora donde sucedían los hechos.

¿Será acaso ese el motivo (el ver cosas) por el cual se dedicó al no tan fructífero deporte de empinar el codo y que fuera una de las causas de su muerte?

Claro está que hay un poco de exageración en los términos del mesmerismo que aunque Poe lo narra como propio, intuyo que solo lo conocía por terceros.

Una prosa clara, con una ligera elevación en la trama, sin tanto revuelo en los protagonistas. Tampoco no había antagonista... Salvo que se le pueda achacar de esto a la misma muerte, (aunque esta, un poco descolorida en su tono habitual). El final magistral de montaña rusa en dónde el climax fungió de resolución.

Relato cortó muy entretenido.
Disfruten la lectura!