El traje de lo que no importa

Max Nix es el más pequeño de 7 hermanos. Vive en Winkelburg con toda su familia y es un niño feliz al que le gusta hacer las cosas más variadas, desde montar en trineo, hasta ordeñar a las vacas de su padre, pasando por ir al cole o pescar la cena. Max es un niño tremendamente feliz, excepto por un pequeño detalle: toda la gente del pueblo tiene al menos un traje y él no tiene ninguno.
Un día llegará un paquete a casa, pero la lluvia ha borrado el nombre del destinatario. El apellido sí que se conserva, así que está claro que el paquete es para uno de los Nix, pero ¿Para cuál?

En casa nos ha encantado este cuento que Sylvia Plath escribió durante su luna de miel y que seguro después contó a sus hijos. Es una historia muy bonita y dulce que utiliza la repetición como herramienta. A mí peque eso le encanta y además les ayuda a comprender la historia. Sobre todo es un cuento que lo que quiere decirnos es que no importa lo que los demás digan (o creamos que van a decir) sino lo que nosotros queremos realmente. Nos recuerda que, al fin y al cabo, nunca llueve a gusto de todos, así que nuestra opinión no debe verse condicionada por la de los demás a la hora de elegir cumplir nuestros sueños.

Las ilustraciones de Rocío Martínez son lindísimas e inclusivas, acompañan y complementan el texto a las mil maravillas. La traducción de Xesús Fraga es impecable.

Nos ha encantado y, a parte de lo bonito que es, creo que es un gran mensaje el que transmite. Aunque sabía de la faceta de escritora de cuentos de Sylvia Plath, nunca había leído ninguno.