Leer siempre a Plath para mi es un placer, pero leer sus cartas significa Plath en estado puro. Y es que en estos escritos la autora no tiene apenas filtros, habla abiertamente de sus sentimientos y problemas, de sus vivencias y quehaceres, haciéndote una idea de lo que fue su vida durante su infancia y juventud. En este volumen comenzamos leyendo cartas de una Silvia pequeña a su familia, unas cartas infantiles pero muy artísticas, sentando las bases de las siguientes con dibujos y poemas. Parece que a veces con solo palabras le cuesta explicarse y necesita realizar dibujos e incluso algunos versos para terminar de comunicar lo que necesita en ese momento. Después asistimos a una parte sumamente interesante de la vida de la autora: cuando fue becada para estudiar en la Smith College. Sus estudios se mezclan con sus ganas de escribir poemas, artículos y relatos, y ponen a prueba a Sylvia en épocas de estrés. Además, los temas que estudia le dan para reflexionar mucho: arte, literatura, política, religión, botánica… Estos conocimientos sentaron las bases para que su escritura fuera más tarde tan completa. Hasta ahora se había editado un libro Cartas a mi madre, en el que solo se podían leer sus cartas a Aurelia Schober Plath, pero en este caso también leemos las dirigidas a amigas, familiares, e incluso a la mujer que le concedió la beca universitaria. Por eso, esta edición es tan completa, porque te puedes imaginar mucho mejor cómo fue su vida. + Leer más |