Morir no es lo que más duele

"El thriller para los que creían haberlo leído todo". Así es como lo describe la editorial, pero al parecer quien no ha leído mucho es quién escribió esa frase. Intenta de este modo alcanzar la calidad y las ventas de autores como Dolores Redondo, Matilde Asensi, Ruiz Zafón, Julia Navarro y similares sin lograrlo.

Un contenido que deja fuera de juego al lector por su contenido, que proviniendo de una editorial como lo es Espasa, deja que desear. Tengo en cuenta que su escritora es novel en este mundo de la literatura.

Desencantado. Así como se anuncia como best seller ya escribo yo en estas líneas que le queda lejos esa etiqueta.

La he llegado a comparar, ya que en la lectura me ha recordado a esa otra novela, con La Chica del tren (pincha aquí para ver la reseña de la chica del tren). Mi comparación viene dado al flojo contenido de la novela y algunos aspectos que trato a continuación.

El marketing, hoy en día, es clave para que un libro se convierta en uno de los mayores éxitos literarios de un año e incluso de años. Y es bonito ver la importancia y el tiempo que se le dedica a autores noveles desde editoriales tan importantes en nuestro país como lo es ésta de la que hablamos hoy. Pero resulta penoso ver que la calidad del contenido no es aquello que te querían vender con una bonita portada y tres frases sacadas del libro.

La novela sigue el hilo argumental de todas aquellas novelas negras/policíacas donde se descubre en una primera escena el cuerpo o delito para pasar posteriormente a una investigación. Personalmente en la página 89 ya sabía quién era el asesino sin necesidad de seguir leyendo más (recordar que el libro tiene 440 páginas). No hay que leer mucho más ya que se desvela el asesino, al menos en este libro y no recuerdo que haber leído otro caso igual, al comienzo del libro. Y de esta forma es como pierde la magia de un thriller negro, de investigación. ¡Ay! Recuerdo cuando cambiábamos de pensar quién era el asesino cada cinco páginas. Bonitos recuerdos.

Otro fallo es el llenar por llenar. Repetir frases o reiterar contenidos en escenas distintas y a escasas páginas la una de la otra... por eso ya no entro. Como consejo de un lector, escritores: obviar la información ya ofrecida anteriormente. Se da por hecho que si alguno de los personajes quiere contar a otro una escena que le acaba de suceder, va a decirle lo que el lector acaba de leer y, por lo tanto, no hace falta volver a escribir dicha escena para que el lector vuelva a leerlo.

Si algo destaco de las novelas es la cantidad de personajes, algo que suele gustarme. Podrás encontrar en esta novela muchos personajes que ayudan a componer los caracteres de los personajes principales, hecho que facilita la comunión con la trama, pero... siempre hay un pero. Otros personajes llevan consigo una subtrama que no aporta nada a la novela, fragmentos añadidos que eliminados no modificarían el resultado de la novela.

Su final no tiene desperdicio. Un cúmulo de casualidades, difícilmente creíbles, y tramas que nos se cierran por si, en un futuro, se decide a una segunda entrega.

El libro se lee rápido, y menos mal. En ocasiones mientras leía he comentado en voz alta "estoy perdiendo el tiempo. Y sé que es lo más duro que un escritor puede leer sobre su novela pero como lector vuelvo a reivindicar una publicidad sana, de calidad.

Como la otra novela de la que os hablaba en un principio, supongo que ésta tendrá sus detractores y personas que amarán la historia. Quienes leen por entretenimiento sin pretender que una historia les aporte nada más que pasar el tiempo, ésta es tu novela. Quienes leemos no solo por disfrute sino esperando encontrar historias que llenen, que fundamenten sus personajes y dejen un toque de ansia por la lectura cuando no estás en ello, eres de los míos.
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