Morir no es lo que más duele

Comencé esta novela ya habiendo leído su segunda parte, asique ahora lo tengo todo hilado, aunque me hubiera gustado leer esta primero.
Después de leer la segunda, tenia muchas ganas de leer esta, y la verdad, es que no defrauda. La historia comienza con un hombre ahorcado, en las afueras de Madrid: No es un suicidio ya que sus ojos han sido arrancados. Además en el bolsillo de este, se encuentra un papel con el nombre de una mujer, Sara, y su dirección.
Nuestro protagonista Teniente, Julian Tresser y el cabo Coira serán los que se hagan cargo de esta investigación.
La acción se desarrolla en el año 2001, pero parte de la historia contada es del verano de 1973, con lo que esta narrado en presente y pasado, algo que me encanta en las novelas policiacas. El asesino de la historia se conocerá bastante pronto, y nos contará cuales son los motivos del por qué del asesinato y su historia. Aunque pueda parecer que perdera toda emoción por saber tan pronto al asesino, la verdad es que te mantiene super intrigado contando todo lo que queda por averiguar, enlazando todo con una historia personal de nuestro protagonista.

Los protagonistas principales, Julian Tresser, típico policía que tiene un umor de perros, que no soporta a nadie, y que desde un principio cae mal, poco a poco y según vas sabiendo su historia y su pasado, vas empatizando con el. El cabo Coira, en su primera investigación, veremos a un policía muy implicado en la investigación, con muchas ganas y que tendrá que enfrentarse varias veces al humor de Julian.
Novela que no pierde el ritmo en ningun momento, aunque avanza poco a poco, con muchos detalles en la investigación que finalmente resulta ser bastante compleja, pero que según va avanzando la historia, la autora va encajando todas las piezas poco a poco.
He disfrutado con esta novela, es entretenida e intrigante, y además me encanta como se cuenta, mezclando historias del presente y del pasado, que hace que tengas más ganas de saber.