Lo que no cuentan los muertos

Lo que no cuentan los muertos es la tercera entrega de la serie de Julián Tresser, un guardia civil. La serie está formada por las siguientes novelas:
-Morir no es lo que más duele.
-Antes mueren los que no aman.
-Lo que no cuentan los muertos.

Quién iba a pensar hace casi veinticinco años (en 1998) cuando Lorenzo Silva arrancó la serie de Bevilacqua que los guardias civiles iban a tener un papel tan importante en la literatura negra de este país. Porque ya hace un tiempo que no está solo y hay ya series consolidadas que los tienen como protagonistas y con unas ventas muy importantes. Estos son alguno de esos protagonistas:
-Valentina Redondo de la serie Puerto escondido de María Oruña) con cuatro novelas hasta ahora.
-Julián Tresser de Ines Plana con tres libros de una serie.

Habría que añadir, aunque no es una serie pero sí un libro que se vendió muy bien a la guardia civil de la puerta, de Manel Loureiro.


En esta novela, Julián Tresser ha sido ascendido por sus méritos a capitán de la UCO y ha de abandonar su casa de la sierra madrileña para dirigirse a Valencia, donde tiene lugar la acción de esta novela, para abordar un difícil caso, no se sabe si de desaparición, de secuestro o de asesinato.

Este libro forma parte dentro de la novela negra de un grupo que podría llevar como título desaparecidos. Hay un párrafo dentro de la novela que quiero destacaros porque refleja muy bien de qué van estas historias de personas desaparecidas:
«Investigar una desaparición es como perderse en un bosque fagocitado por la niebla, sin que uno sepa dónde está ni hacia dónde debe encaminarse para encontrar la salida. En una desaparición hay pocos rastros que seguir, a veces puede que ninguno. Tampoco hay un cadáver que ayude a entender el crimen. Por no ser, una desaparición ni siquiera es un delito hasta que se demuestre que ha sido forzosa, involuntaria». (Página 18)

Es de esas novelas en el que no solo la trama principal tiene importancia, sino aquellas subtramas que se desarrollan a lo largo de la novela, como es la de la hija adoptiva de Tresser, que ya viene desde el primer libro o la relación con su antigua psiquiatra que ocupa también otra subtrama diferente a la novela.
Todo ello contribuye a que sea aún más entretenida.





OPINIÓN PERSONAL

Es curioso, porque hace poco os hablaba de No decepciones a tu padre de Carme Chaparro que era la tercera novela de3 una serie en la que la segunda novela me gustó más que la primera y la tercera más que la segunda. Con Lo que no cuentan los muertos me ha pasado exactamente igual. Es a mi gusto la mejor de las tres.
Concurre además una circunstancia muy singular en esta serie que de momento es una trilogía. Julián Treser, el protagonista, no me termina de caer bien, porque carece de sentido del humor. Un personaje entregado a la causa de descubrir la verdad y hallar a los culpables para que la justicia los juzgue, pero incapaz de hacer o valorar un chiste, ni bueno ni malo. No es que la autora no sepa capaz de tener sentido del humor, porque esos ligeros toques vienen a cargo de otros miembros del equipo, pero nunca del protagonista, con lo que le falta eso tan importante para mí, sobre todo en una novela del género negro, como el humor.
Pero al margen de eso, ya digo que cada vez me gusta más y más, tanto la construcción de los personajes, como la propia trama en sí. En este caso además con el añadido de una historia con la que arranca la novela: la supervivencia de dos personas en un accidente aéreo y cómo esa buena circunstancia, puede en cambio marcar negativamente sus vidas.

Aunque no os lo recomiendo, es verdad que puede3s leer esta novela independientemente de las anteriores de la serie y disfrutarla mucho.

Rita Marí, heredera de una gran fortuna y casada con un hombre también rico, iba de vacaciones con sus tres amigas cuando el avión en el que viajaban se estrelló. Sus tres amigas murieron, ella sobrevivió gracias a la ayuda de un militar español que también viajaba en el avión. Ambos fueron los únicos supervivientes y eso a la fuerza tiene que unir. Ha pasado un año y Rita vive en Valencia, en la gran casa que heredó de sus padres en una urbanización de lujo. Apenas ve a su marido y a sus dos hijos (hombres adultos ya): el accidente le ha marcado y se ha encerrado en sí misma. Pero un día invita a su casa al militar que le salvó la vida. Eso es lo último que se sabe de ella: tanto Rita como su acompañante desaparecen, todo indica que han sido secuestrados.

Julián Tresser, recientemente ascendido a capitán de la Guardia Civil de la UCO, es el encargado de investigar el caso por lo que él y su unidad se trasladan a Valencia. También tiene que llevarse a su hija Luba, adoptada hace un tiempo tras un caso anterior en el que la niña estuvo implicada, y a una amiga de ésta con la que estaban de vacaciones. Luba y su amiga van a dar lugar a la subtrama personal por la que esta serie se caracteriza.

Empezando por esta trama personal de la que poco puedo contar so pena de desvelar aspectos esenciales de las dos novelas anteriores, tan sólo añadir que lo que les pasó a Luba y a su amiga sigue aún presente en sus vidas, es difícil superar algo así. Pero Julián siente un amor tremendo por su hija y tiene una paciencia infinita y la verdad es que la niña se encuentra super a gusto con él y cada vez le va sintiendo más padre.

Respecto a la trama principal, el objeto de la misma va a ser la investigación de un secuestro. Siempre me han parecido originales estas investigaciones que, por su propia naturaleza, han de realizarse contrarreloj. Y es que la vida del secuestrado depende de la rapidez con la que investigue la policía. En un caso de asesinato no hay tanta prisa, no cuentan tanto los minutos sino el resultado final: la detención del culpable. En un secuestro, lo primero es rescatar con vida a la víctima; la detención del culpable está, por decirlo de alguna manera, en un segundo plano. Además, son casos que suelen ofrecer una gran complejidad. Muchas veces, cuando desaparece una persona, ni siquiera se sabe si la desaparición ha sido voluntaria, si la han secuestrado o si está muerta pero su cadáver aún no ha desaparecido. Por ello, además de rápidos, son casos muy complejos. Pero Julián Tresser es un experto en éste y en otros temas, Rita Martí está en buenas manos.

Julián Tresser es un personaje que me gusta. Aunque es un poco seco, me gusta su forma de actuar y su comportamiento hacia Luba en el que se descubre que no es tan seco ni duro como quiere aparentar. Es serio, no tiene sentido del humor pero probablemente sea porque su trabajo no da para muchas risas; el ver lo peor del ser humano no creo que saque muchas sonrisas.

El problema de estas series que se van leyendo a medida que se publican las diferentes entregas, es que una –que cada vez tiene menos neuronas activas- se olvida de gran parte de lo que pasó en las entregas anteriores. La autora es consciente y va dando datos aquí y allá que ayudan a los desmemoriados a recordar y a quienes eventualmente empiecen la serie por la mitad a situarse.

La novela se estructura en treinta y dos capítulos de corta extensión. El primero se sitúa hace un año y nos relata el accidente de avión y cómo Rita y Eduardo se salvaron. Los demás se sitúan en la actualidad, partiendo del momento del secuestro. Ocupan unos pocos días, el tiempo que dura la investigación. Es un narrador omnisciente quien nos va contando los entresijos de la historia. Alternando adecuadamente la narración y el diálogo, “Lo que no cuentan los muertos” es una novela de ritmo medio y lectura fácil y fluida que sabe mantener la tensión narrativa en todo momento respecto a la trama principal y que viene enriquecida con subtramas personales que le dotan de mayor interés.

Conclusión final

En estas series en las que la trama personal tiene un papel importante, el interés por la misma se acrecienta en cada entrega. Por otro lado, las tramas policiales son independientes y unas pueden gustar más que otras. Sin desmerecer las dos primeras novelas, la verdad es que ésta me ha resultado muy interesante. Recomendable, sin duda: tanto la novela como la trilogía entera. Espero que haya más entregas.


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Desde que leí "Morir no es lo que más duele" con la que Inés Plana nos dio a conocer a Julián Tresser entablé enseguida una formidable amistad como muy pocas veces se ha visto.
Reconozco que soy fan de Julián Tresser y, por consiguiente, de Inés Plana. No lo puedo evitar. Y cuando la conocí en persona durante el festival literario Cartagena Negra, esa amistad que se forjó entre Inés Plana, Julián Tresser y un servidor se ha visto afianzada. Lo que hace Inés en cada una de sus novelas se lo he visto a muy poquita gente. La escritura de Inés Plana es especial y única, al menos desde mi punto de vista.

"Lo que no cuentan los muertos" nos relata una historia llena de pequeñas aventuras, subtramas o como queráis decir que se van uniendo con un hilo invisible para crear una ambientación, una trama y unos personajes que ayudan a que el lector se olvide de sus problemas. La historia, por así decirlo, grande o principal acontece con el secuestro de Rita Marí, heredera de una gran herencia y que sobrevive a un atroz accidente de avión, que desaparece junto con otra persona sin dejar rastro. El equipo encargado de este caso de secuestro es el que está comandado por Julián Tresser, que como he comentado al principio, se dio a conocer en "Morir no es lo que más duele" y que volvió en "Antes mueren los que no aman" hasta llegar a "Lo que no cuentan los muertos". A raíz de esta investigación van apareciendo una serie de subtramas a cual más adictiva.
¿Consiguen liberar a Rita Marí? La respuesta se encuentra entre las páginas de "Lo que no cuentan los muertos".

Quiero destacar, haciendo un apartado bien diferenciado con respecto al resto de la reseña, la subtrama que hay entre Julián Tresser y Luba. Quiero destacar esta subtrama porque me ha enseñado que en la dificultad, siempre habrá alguien que nos quiere, que nos estima y que quiere que no nos pase nada malo, aunque también es verdad que no podemos evitar "lo malo", dispuesto a echarnos un cable para que salgamos hacia adelante y también quisiera resaltar una frase que se me ha grabado a fuego y es la que dice "El dolor no solo se expresa con lágrimas, pero cuando acudan, déjalas que fluyan, no te resistas a ellas". Se me ha grabado a fuego porque acabo de pasar por unos momentos realmente duros y de difícil digestión. Sinceramente, gracias a "Lo que no cuentan los muertos" he podido comprender cosas que no entendía de la vida en general. Gracias, Inés por escribir una novela como la que has escrito.

El oscuro mundo de los secuestros, privar a alguien de su libertad, robarle tiempo, uno de los bienes más preciados y concedidos al nacer, tiempo. Tiempo para disfrutar de la vida, para tomar decisiones, para equivocarnos y rectificar, para amar u olvidar.
En la presentación de la novela, Inés Plana fue desvelando algunas claves de la novela, incluso nos presentó a los miembros de la Guardia Civil que asesoraron para darle cierto rigor, aunque siempre hay margen para la fabulación. No es fácil investigar una desaparición cuando no hay un escenario violento, lo veremos a lo largo de la trama, siempre queda la duda de que se fuera por su propio pie. Pero las primeras horas son fundamentales en cualquier secuestro, y el capitán Julián Tresser y su equipo, lo saben. El suspense y el misterio está servido, y es curioso, pero lo que más me ha gustado, es que este misterio y suspense, nace de un hecho traumático ocurrido un año antes, de cómo Rita Marí, a pesar de su dinero y su vida acomodada, no supera seguir viva y sus amigas no. ¿Su desaparición se debe a eso? ¿Qué sucedió en aquel avión?
 
«Yo propuse ese viaje y os los quité. Lamento haber sobrevivido».
 
Hay tantos tipos de personajes, Inés Plana, no se ajusta al protagonista arquetipo o estereotipo de la novela policiaca, son personajes redondos que han evolucionado desde su primera novela, el ejemplo está en Tresser. Se van trasformando a lo largo de la historia, delante de nuestros ojos. Tresser cambia interiormente, a la vez que se modifican sus circunstancias. Pienso, quizá me confunda, que una novela bien planteada proporciona esa maduración en todos sus personajes, y aquí lo veo.
Me encanta este capitán de la UCO que no ve el chiste como herramienta para romper el hielo, es más, lo considera absurdo para sociabilizar. El humor se basa, en gran medida, en la necesidad de desconectar emocionalmente de la realidad. Seguro conocemos a alguien que lo usa como mecanismos de defensa contra el dolor, la angustia y el sufrimiento, nos permite ponernos en contacto, pero de forma distante. ¿Se puede permitir eso Tresser con sus circunstancias? ¿Puede desdramatizar el momento que vive? Yo me uno a este personaje que por no tener sentido del humor se le mira con suspicacia, parece que ser graciosos es una característica positiva, personajes con humor asociados a gran inteligencia, cierto que va muy unido, por la flexibilidad que suelen mostrar para adaptarse a los cambios, por ejemplo, Groucho Max, leí hace poco una de sus obras, o el indiscutible, Woody Allen.
Pero Tresser es de esos perfiles que me enganchan, ¿qué es la risa? La reacción a un acto placentero, nos reímos cuando nos sentimos bien, ¿está el capitán pasando en un buen momento?
 

Ya habia leido a Ines con sus anteriores novelas, y me gustaron, asique no podía dejar de leer esta nueva.
Esta novela es la tercera parte de nuestro inspector Julian Tresser, que si en las anteriores novelas no me convencia, en esta tengo que decir que me ha gustado mucho, quizá por la subtrama que le implica y que lleva arrastrando de las otra novelas.
Esta vez, Julian tendrá que investigar un secuestro/desaparición de Rita Mari, una mujer con cierto poder y bastante reconocida en Valencia.

Es verdad que se puede leer sin haber leido los anteriores, pero no podrás disfrutar de la misma manera la evolución de Julian y de las subtramas que hay. La trama en este caso es una desaparición, y todo gira en torno a eso, al ser un tema que se trata mucho en los thrillers no pensé que me iba a tener tan intrigada.
Pero no solo se trata la desaparición, hay muchos temas con mucha carga emocional y sentimental en muchos personajes y eso es lo que mas me ha gustado del inspector, además de temas como prostitución, corrupción, política etc… hace que sea una trama super completa.

Y algo que destaco como siempre en las novelas de Ines, es la ambientación, en este caso, la mayor parte del libro ocurre en Valencia, y me encanta como describe ciertos sitios, que si conoces el lugar te transportan de lleno.