La condesa sangrienta

Un relato espeluznante, con unas ilustraciones de lo más realistas y macabras, sobre la condesa Erzsébet Báthory. Llevaba mucho tiempo queriendo leerlo, pues este tipo de historias siempre me intrigan y no me a decepcionado.

No es que sea una gran aportación literaria pues es tan sólo un relato, pero aporta un punto de vista diferente y oscuro sobre este personaje, sobre sus crímenes atroces para la época en que ocurrieron y sobre la melancolía/demonología de Erzsébet.

Muy recomendable si os gusta la historia, los personajes oscuros y macabros.

Alejandra Pizarnik nos habla con maestría y musicalidad de un personaje temible y enfermo que, en su soledad y su oscuridad, solo encuentra paz en la agonía de las demás y en la muerte en general.

Las ilustraciones de Caruso te hielan la sangre y el relato te pone los pelos de punta. Tanto es así que ahora tengo mucha curiosidad por saber si esta señora existió de verdad o si es un mito y cómo de documentada está su vida.

No se tarda más de media hora en leerlo y es espeluznante.
La frase con la que Pizarnik termina su relato es demoledora: 'Ella es una prueba más de que la libertad absoluta de la criatura humana es horrible '.

"Nunca nadie no quiso de tal modo envejecer, esto es: morir."

Pequeño libro confeccionado a retazos para dar a conocer a Erzsebét Bathory, una de las criminales más siniestras de la historia, acusada del asesinato de más de 650 personas, la gran mayoría jóvenes para bañarse en su sangre en su búsqueda de la juventud eterna. Alejandra Pizarnik elabora en prosa un retrato magistral del sadismo y la locura, aunque puede dejar insatisfecho al que ya conozca la fascinante y terrible leyenda de la condesa que pervive en el tiempo.

A lo largo de once breves capítulos la autora nos muestra algunos de los atroces sucesos que tuvieron lugar en el castillo de Čachtice de mano de la condesa Bathory. Todo magníficamente acompañado de las sublimes ilustraciones de Caruso, unas imágenes teñidas de negro y rojo que elevan el nivel del cruel y perturbador (y poético) relato de Pizarnik. Una historia que merece la pena descubrir y redescubrir.

Hace algunos meses cuando leí la novela de Mariana Enriquez sobre Silvina Ocampo, descubrí la figura de Alejandra Pizarnik. Me puse a investigar su historia y me dejó entre fascinada y desolada. Así que empecé a buscar sus obras y quise empezar por la obra que le hizo ganar la Beca Guggenheim.

Teniendo en cuenta todo lo que se sabe sobre La Condesa Sangrienta a día de hoy, creo que es un libro que sobre información o datos históricos no aporta nada nuevo.
Pero me encantó la lírica de la narración.

La pluma de Alejandra Pizarnik es súper oscura y poética. Estuve leyendo varias reseñas en Goodreads y la gente estaba desilusionada. No entendían por qué destaca ésta pequeña novela. Y es que yo creo que hoy en día, nuestra generación no sabe valorar el dominio del lenguaje. Nos hemos mal acostumbrado a que las lecturas sean fáciles, y más conociendo algunas historias como la de la Condesa Sangrienta. Pero vale la pena leerlo.

A mí me ha gustado, se lee en un suspiro, y las ilustraciones de esta edición son increíbles. Seguramente lea los poemas o los diarios de Alejandra Pizarnik, quiero conocer más a la autora.

Este curioso libro -mezcla de relatos y ensayo, parte biografía- produce cierto asco por lo que describe, las torturas de la condesa Bárthory sobre cientos de muchachas a las que asesinó (siglo XVI) sin que sus crímenes fueran parados hasta que las muchachas atacadas fueran las hijas de los ricos del lugar. Alejandra Pizarnik hace un ejercicio interesante de mezcla de géneros; el texto queda inconexo, es como una recopilación de notas para hacer algo más detallado, a mi parecer. Las ilustraciones de Santiago Caruso para esta edición son maravillosamente inquietantes y aterradoras.

Hoy he vuelto a mirar y ojear el libro que leí hace ya un tiempo y no he podido resistir el embrujo que despierta, por eso retomo estos comentarios que ya hice, y los traigo aquí porque merece la pena leer y admirar este libro.. Y tratándose de la autora que la escribió, todavía resulta más apasionante.

Sé también que se trata de un libro del que hay múltiples reseñas y también muchas citas en la plataforma, las he leído, ya que la historia de la condesa Erzsébet Báthory ha perdurado a través de los siglos y ha generado también textos diversos y por supuesto multitud de lectores, como yo.

La excelente escritora argentina Pizarnik publicó en el año 1971, este texto sobre Erzsébet Báthory , conocida como la condensa sangrienta.

Lo leí en una edición ilustrada por Santiago Caruso y cuyas imágenes son tan impactantes como lo es el mismo terror, y a pesar de su crudeza, son maravillosas, espectaculares.

Suponen el refuerzo de los baños de sangre que la condesa utilizaba en busca de la juventud y este es el hilo conductor de las ilustraciones así como los colores utilizados, todos los dibujos en solo tres colores, rojo, blanco y negro. La portada es uno de ellos.

Es una novela muy corta que comenzó siendo una reseña literaria. Pizarnik, ante todo, una gran poeta, se adentró en la prosa en sus últimos años.

Y nos relata la leyenda de Erzsébet Báthory, una condesa húngara conocida por cometer múltiples asesinatos de las forma más sanguinaria, cruenta y propia de un sadismo feroz, que ni siquiera podemos imaginar.

Para escribir su obra, se basó en el texto escrito de Valentine Penrose, (La comtesse sanglante) que también he leído y está también reseñada, a la que ella admiraba por su erudición y su poesía.

Esta novela se compone de once fragmentos en los que se relatan brevemente, pero de forma intensa, los momentos claves del libro de Penrose.

En los cuatro primeros capítulos , muy inquietantes, nos describe los diferentes métodos de tortura que la condesa empleaba, los títulos que tienen ya nos lo indican, son los siguientes: la virgen de hierro, muerte por agua, la jaula mortal, torturas clásicas.

En el resto de capítulos, lo que nos narra es la historia de la condesa, para terminar con la condena impuesta después de su juicio celebrado en el año 1611, por los crímenes tan horribles de 650 jóvenes.

En el juicio se supo, además, que había un listado de las víctimas, escrito por la propia condesa, y todas ellas eran jóvenes de los pueblos vecinos a su castillo.

Lo que hace aquí Alejandra Pizarnik, es trasladar a su particular lenguaje literario, lo que más le interesó de la narración de Valentine Penrose y sobre el personaje de Erzsébet Báthory (1560-1614).

Se trata, por lo tanto , de una fusión de géneros, ya que puede considerarse, tanto ensayo, como novela y también poesía.

Nos ofrece descripciones de lo que supuestamente ocurrió en el castillo de Csejthe, y lo más llamativo es, que ante la perversión y la locura, surge la fascinación por el personaje, ya que la autora leyó con fervor todo lo que sobre el tema, escribió e investigó anteriormente Penrose.

La leyenda, desde luego, es absorbente y deseas saber y conocer más sobre esta historia perturbadora y a su insólito personaje. Y es que la condesa Erzsébet Báthory resulta ser un personaje que podrá ser catalogada bajo nuestra mirada de hoy como una psicópata o una asesina en serie, muy difícil de comprender.

En la introducción, Pizarnik nos acerca al trabajo de Penrose sobre la condesa a la que llama “la belleza convulsa” del personaje. Me ha encantado este apelativo.

Después nos va describiendo los distintos métodos de tortura empleados, son aterradores, y junto a ellos, nos propone una serie de reflexiones sobre la personalidad de la condesa.

También desarrolla su historia, nos da a conocer a su familia y termina con la condena que finalmente recibió, por sus terroríficos crímenes.

Es un retrato perturbador que los dibujos del artista Caruso recrea magistralmente en esta edición de los libros del zorro rojo.
Unas imágines tan bellas y escalofriantes como el propio texto, que es además sombrío y perverso.

Resumiendo, una obra muy particular para leer en dosis moderadas, muy poco a poco ya que si entras en este tenebroso castillo, puede que no encuentres su salida. ¿Te atreves?

Yo he avisado.
Absolutamente recomendable.

Este pequeño libro lleva dentro todo el mal que pueda caber en un alma humana y eso es muuucho.
Aquí descubriremos sin necesidad de tomar forma de novela, un compendio de las distintas formas de tortura y muerte que llevó a cabo Elizabeth Báthory, conocida como “La condesa sangrienta”. Más de 600 vidas terminadas antes de tiempo, por las obsesiones de una mente desequilibrada.
Cada capítulo sirve para explicar de manera muy clara una forma de tortura usada. de la manera más cruel que pueda ocurrirse, no puedo negar que tenía mucha imaginación.
Escrito de forma directa y en tercera persona, para mí lo mejor son las ilustraciones que acompañan a la historia, ya que con anterioridad había leído el libro en el que se basa este y creo que es un buen resumen, quitando aquello que me sobró, como la historia del país.
Un libro corto muy perturbador, apto sólo para personas que aguanten bien leer sobre sadismo extremo. Si os interesa el tema, desde luego os lo aconsejo.

Entre 1604 y 1610, la condesa Erzébet de Báthory, una hermosa viuda de edad madura, ejecutó de las peores formas a más de 650 muchachas. El relato de sus crímenes aberrantes incluye sofisticadas formas de tortura (desde el congelamiento hasta el desollamiento y el empleo de sofisticados aparatos letales), vejaciones sexuales, desmembramientos, canibalismo y baños de belleza en la sangre de sus víctimas. Cuando sus crímenes fueron revelados en una investigación ordenada por el rey, sus secuaces fueron quemadas en la hoguera y ella fue emparedada por los tres años que le restaba vivir.

Quien busque un estudio exhaustivo acerca de la condesa de Báthory y sus crímenes, no debe dirigirse al ensayo de Pizarnik, sino al libro de Valentine Penrose del cual ella extrajo la información para escribir una obra en prosa que es difícil de catalogar. Más que informarnos sobre la condesa, Pizarnik la usa de excusa para explorar cuestiones como el sadismo, la naturaleza del deseo y del placer, y la melancolía. Es un abordaje existencialista en el que Pizarnik presenta viñetas de los crímenes de la condesa (exquisitamente ilustradas por Santiago Caruso para esta edición) y a la vez busca mostrar cómo la monstruosidad de su personaje se basa en la combinación entre sus carencias, sus inseguridades, su vanidad, un linaje de locura asesina, y la impunidad de la aristocracia, que permitió que el castigo de la condesa fuese el encierro perpetuo y no la muerte.

Uno de mis capítulos favoritos es "El espejo de la melancolía", donde Pizarnik glosa sobre la obsesión de la condesa por los espejos. "Porque nadie tiene más sed de tierra, de sangre y de sexualidad feroz que esas criaturas que habitan los fríos espejos. Y a propósito de espejos: nunca pudieron aclararse los rumores acerca de la homosexualidad de la condesa, ignorándose si se trataba de una tendencia inconsciente o si, por el contrario, la aceptó con naturalidad, como un derecho más que le correspondía." En el mismo capítulo explica que la melancolía en la época se consideraba posesión demoníaca y especula que los picos de euforia sangrienta eran escapes momentáneos de un estado de depresión: "Entre dos silencios o dos muertes, la prodigiosa y fugaz velocidad, revestida de variadas formas que van de la inocente ebriedad a las perversiones sexuales y aún al crimen". Es una obra interesante que nos permite asomarnos a la estética de Pizarnik y que puede ser una buena puerta de entrada para quienes quieran adentrarse en su producción poética.

Erzsébet Báthory llegó a mi vida durante la adolescencia con el sobrenombre de la condesa sangrienta. Motivos no le faltaban: familia de Vlas Tepes, hechicera, obsesionada por la belleza y la "eterna" juventud (capaz de hacer cualquier cosa para retenerlas). Bien cierto es que ya adulta conocí a otra Erzsébet (inteligente, culta, con capacidad de mando; capaz de manejar los asuntos de un esposo ausente de sus propiedades, con una historia contada a través de los labios de hombres que la tenían), pero la primera Báthory es la que te vas a encontrar en esta historia narrada por Alejandra Pizarnik. Esta es la Erszébet canónica: cruel, adiestrada en las artes oscuras, con gusto por los baños a lo Cleopatra (con alguna pequeña variación) y una Dama de hierro en los bajos de su "modesta residencia".
No ha sido una historia nueva u original; no me ha aportado ningún dato que desconociese; no me ha importado leer una vez sobre un tema que conozco a la perfección. Historia e ilustraciones hacen que el recorrido por esta pequeña "casa del terror" no pierda su esplendor.