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Hoy os traigo una nueva colaboración con Masa Crítica: Nacida libre. ¡Muchas gracias desde aquí por el envío del ejemplar y la oportunidad de leerlo! A pesar de que su portada no es de mis favoritas, la sinopsis de la historia consiguió desde un primer momento captar muchísimo mi atención. Dos mujeres que intentan encontrarse a sí mismas y se acaban encontrando la una a la otra en el camino. Una premisa que no deja indiferente y que consigue captar la esencia del libro a la perfección. Sobra decir que la novela ha conseguido no solo cumplir con mis expectativas, sino superarlas. A pesar de que ha habido un par de detalles que no han permitido que le dé las cinco estrellas, Nacida libre es, sin duda, una gran elección de lectura. En este caso, la sinopsis es muy completa y recalca los puntos clave de la historia, por lo que prescindiré de mi resumen personal y me sumergeré directamente en la reseña. Nacida libre es una novela compuesta por 27 capítulos cortos y un epílogo. Los capítulos intercalan las voces de las dos protagonistas: Cora y Valentina. No siguen un orden determinado, por lo cual es posible encontrarse varios capítulos seguidos del mismo personaje. Cuando vi que esto ocurría pensé que dicha estructura conseguiría despistarme y sacarme un poco de la historia, pero esta organización tiene sentido en la trama, por lo que no es un inconveniente en absoluto. Por otra parte, la narración a dos voces es un acierto, pues sus experiencias vitales son muy distintas pero ambas buscan —y necesitan— lo mismo: liberarse. Poder ver cómo dos vidas tan diferentes confluyen en la misma meta dota a la historia de una gran riqueza. La pluma de la autora, por otra parte, también es un punto a favor. Es amena, bonita y cercana. Me ha encantado su forma de darle vida a los personajes y describir sus sentimientos. de este modo es inevitable empatizar con ellos. Sin embargo, lo que más me ha fascinado ha sido que muestra un estilo de escritura diferente cuando se trata de Valentina o cuando se trata de Cora. Sus voces se diferencian claramente y es de gran mérito conseguir darle un tono propio a cada protagonista. A pesar de que me ha gustado cómo escribe Minerva, el hecho de que usa onomatopeyas para la risa me ha chirriado bastante. No es algo a lo que esté acostumbrada y la verdad es que me saca de la historia con facilidad, haciendo que los diálogos suenen forzados. Como bien ya he mencionado, la historia la narran tanto Cora como Valentina, siendo ambas el eje sobre el que gira la novela. Por un lado está Cora, una abogada que ve su vida tambalearse cuando su marido Manuel decide abandonarla. Ante esta situación, la protagonista empieza a evaluar su vida y se da cuenta de cuántas cosas perdió por el camino desde que conoció a Manuel, entre ellas su deseo sexual. A partir de entonces el sexo se convierte para Cora en una forma de liberarse, de reencontrarse con la Cora que solía ser, a descubrirse de nuevo como una mujer poderosa y capaz de despertar el interés de cualquier hombre. Por otro lado está Valentina, mexicana que huye de su país en busca de aceptación. Valentina es transexual y toda su vida ha luchado por poder mostrarse ante el mundo como la mujer que es, aunque no se lo han puesto fácil. Su confianza se ha visto mermada por múltiples personas que la han intentado avergonzar por ser quien es; su camino consistirá en recuperarla y encontrar el valor y la fuerza para vivir su vida con la cabeza bien alta. de la historia de Valentina cabe destacar también a su nana, la primera persona que la vio tal cual era: una mujer. Es posiblemente mi personaje favorito de Nacida libre. Si me tengo que quedar con alguna de las dos, no dudo en decir que Valentina es quien más me ha llegado. Su historia atraviesa y me ha ayudado a comprender, desde dentro, cómo puede sentirse alguien transexual. Terminé de leer habiendo aprendido muchísimas cosas de ella. Sin embargo hubo un momento en especial que detesté su forma de actuar ¿Y qué decir de los personajes secundarios? Son maravillosos y están igual de bien perfilados que las protagonistas. Además, la autora les dedica a cada uno su momento en la historia y se toma el tiempo de explicar pequeñas pinceladas de sus vidas. Entre ellos me gustaría destacar a Carla, compañera de piso de Valentina. Ambas comparten experiencias como mujeres transexuales, pero el camino que recorre Carla es diferente, dándonos una visión muy cruda de lo que les toca vivir en nuestra sociedad. Aunque en la historia no se le da demasiado protagonismo a mí es un personaje que me ha resultado necesario resaltar. Pero, sin lugar a dudas, quienes tienen un papel determinante en la vida de las protagonistas son otras dos mujeres: Susana y Rita. Susana es la hermana de Cora y un gran apoyo para ella en sus momentos más duros. Es una persona alegre y acogedora, alguien a quien todos querríamos tener cerca. Rita, por otro lado, es dueña de un sexshop al que Cora acude cuando despierta su curiosidad sexual. Rita, al igual que Susana, es una persona divertida y en la que es fácil confiar. En un momento de la historia, las vidas de estas cuatro mujeres —Cora, Valentina, Susana y Rita— se cruzan y nace una amistad que marca la diferencia en Nacida libre. Es la amistad que surge entre cuatro mujeres que no pueden ser más diferentes lo que hace esta novela especial, entre muchas otras cosas. Sin embargo, este aspecto destaca porque es el hilo conductor de la historia. En Nacida libre también se habla del redescubrimiento, la liberación y perdonarse a una misma. Respecto a la trama, he de confesar que cuando empieza el libro y se nos cuenta que Cora se ha divorciado tuve miedo de cómo podría enfocarlo la autora. Sin embargo, según iba avanzando me sorprendió cómo decidió tratar la separación. Lejos de mostrar a una mujer llena de rabia y de rencor hacia su exmarido —podría haberse pasado perfectamente toda la novela a base de reproches—, la protagonista hace un análisis de su relación e intenta entender la postura de Manuel. Ha sido una reacción muy madura ante el divorcio. También he de mencionar el aspecto que probablemente menos me ha gustado de la historia: banaliza la prostitución. Respecto a este tema hay múltiples incongruencias que me han chirriado. Cora, en muchas ocasiones, parece que está en contra de ella —cuando defiende a una cliente que ha caído en una red de prostitución, por ejemplo— pero sin embargo, a la hora de la verdad, ella misma la consume y la perpetúa. Es en este choque entre sus pensamientos y sus acciones donde yo he encontrado un gran fallo argumental. Por último, el desenlace me ha conmovido y me ha resultado el broche final perfecto para la historia. 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Crítica de lavidademisilencio
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