El regreso

El regreso es uno de esos libros que forman parte de mi biblioteca desde hace años formando un estrecho vínculo historia - lectora. Publicado en 1995 lo lei por primera vez en el 96 y es uno de esos libros al que volver de vez en cuando, como su título sugiere. Además, mi hermana que se llama igual que la protagonista fue quien me lo prestó para que lo leyera la primera vez. Ella adora el libro tanto como yo, y es algo que ambas compartimos, haciéndolo aún más especial.

El libro narra diez años de la vida de Judith Dunbar, de los 14 a los 24 años, comienza en 1935 y termina al final de la segunda Guerra Mundial. La trama nos cuenta la adolescencia y primera juventud de Judith en esos años llenos de agitación por la llegada del conflicto y nos aporta un punto de vista muy interesante sobre la guerra, pues inevitablemente te hace pensar en las oportunidades perdidas, pero a la vez también en la oportunidad que representó para algunas personas de salir de una vida monótona y convencional. En el libro se habla mucho más de los que permanecieron que de los que marcharon y se incide mucho en la cotidianidad y en el papel de la mujer, siendo sin pretenderlo o pretendiéndolo un libro lleno de sororidad y apoyo femenino.

La ambientación es simplemente maravillosa con descripciones extensas y detalladas de los paisajes de Cornualles: la luz sobre el mar y los páramos, la vegetación, las casas y su mobiliario, la ropa, etc. También nos muestra una sociedad y un modo de vida que ahora vemos muy lejos, pero del que hace menos de un siglo. Esto puede ser un problema para algunas lectoras/es, pues hoy en día estamos acostumbrados a libros con menos de todo (descripción, contexto histórico, matices, complicaciones) y no es una crítica, de verdad que lo entiendo. El
ritmo de vida frenético que llevamos no casa con saber disfrutar de estas cosas, necesitamos que la lectura sea una cosa rápida, dinámica, con muchos diálogos y que la trama tenga atajos, además a veces parece que tengamos que leer muchísimos libros cada año para contentar no se a quien. Dicho todo esto y perdonadme estos pensamientos en voz alta, aunque extenso, no es un libro de difícil lectura ni mucho menos, pues la trama es muy ágil y el lenguaje es sencillo, aunque por lo anteriormente dicho, puede no ser un libro para todo el mundo. A mí misma, que soy una fan absoluta del mismo, hay una parte, en Trincomalee (Ceilán) que me resulta un pelín tediosa. Personalmente creo que un libro no tiene porque ser 100% perfecto para que lo adores, sólo debe serlo para ti y como a las personas, podemos amarlo con sus imperfeccciones.

Los personajes son uno de los puntos más fuertes de esta historia. Judith Dunbar es la gran protagonista y es imposible no quererla, por su sentido común, madurez, fortaleza y gran corazón, pero es que además es prácticamente imposible no empatizar con sus circunstancias personales. Ella y todos los demás y son bastantes, están trabajados al detalle (los que gustan y los que no). La autora los cuida, los mima y los hace de carne y hueso. Cuando los presenta nos cuenta su historia y nos hace parte de ella.
Las cartas desde diversos lugares del mundo: Inglaterra (en diversas localizaciones), Ceilán, Singapur, etc., hacen que sepamos lo que va aconteciendo a los diversos personajes a través de los años y lo que estos mismos piensan en el momento en que escriben esas cartas, siendo un recurso utilizado con maestría por la autora.
Además el colonialismo también es un personaje más en el libro, tanto por la ausencia de la familia de la protagonista, como por el conflicto que trapasó las fronteras del continente desplazándose al Pacífico y siendo el final de la guerra, el golpe de gracia para el Imperio Británico significando el final de una era. 
El nombre del libro, El regreso, traducción del título original Nancherrow, está muy bien conseguido pues en diversos momentos se hace alusión a ese lugar al que volver y sentirte como en casa: integrado, en calma, feliz, refiriéndose principalmente a Nacherrow y a Dover House; la primera por la magnífica hospitalidad de sus propietarios y la segunda, por ser refugio de un grupo de estupendas mujeres en tiempo de guerra, pues al final el hogar lo forman las personas que lo habitan y las casas sólo serían cemento y madera sin ellas.

Finalmente decir que el libro está basado en la juventud de Rosamunde Pilcher. Me hubiese encantado tomar el te con ella y que me contase que hay de realidad y de ficción en el mismo.

CONCLUSIÓN:

En un año malo a nivel global y con un fin de año muy complicado en lo personal, una de las mejores cosas están siendo las lecturas de las que estoy disfrutando. Por eso releer este libro con un pequeño grupo de "lectura conjunta", ha sido todo un acierto.

Para mí esta historia es un puerto seguro y me parece muy interesante en muchos aspectos tal como he intentado plasmar en esta reseña. Creo sinceramente, que es un testimonio de incalculable valor de una persona que vivió la contienda de primera mano y todos los cambios que se produjeron a nivel político, social y económico antes, durante y después de la guerra. Si os gusta la historia, un toque de romance, la prosa detallada y costumbrista , que os hará ser parte de la narración, no dejéis de visitar Cornualles con Judith, los Carey Lewis, Phillys, Gus, Jeremy y compañía. Espero que conquisten vuestro corazón como lo hicieron con el mío hace ya tantos años.
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