Un thriller extraordinario, trepidante, adictivo que deja al lector con la lengua pendiente de tantos vuelcos maquiavélicos e inesperados. Le encontré alguna similitud con el principio de Alex, es decir, un comienzo nada de frontal sino lateral pero que nos lleva derechito a un final sorprendente. La quinta esencia de un buen thriller psicológico. |